El sector de los coches volador tiene en España uno de los países de referencia con empresas como EHang que tienen en Sevilla y Valencia dos ciudades laboratorio donde probar su tecnología. Si eso ya parece algo más propio de la ciencia ficción, el siguiente paso en el que ya se está trabajando va encaminado al diseño de autobuses voladores eléctricos.
El concepto es muy similar al del coche volador solo que a unas dimensiones mucho más grandes a las que estamos acostumbrados a ver. Normalmente, el número de ocupantes suele situarse entre los 3 y los 5, con excepciones de 7 plazas. Pero la compañía neoyorquina Kelekona apuesta por un vehículo volador de 40 plazas más la del piloto.
Su diseño con un perfil aeronáutico muy fino tan solo está interrumpido por un total de 8 motores, todos ellos compuestos por una doble hélice. Están colocados de dos en dos en cada esquina de la aeronave y son vectoriales, pudiendo inclinarse para que el autobús volador de Kelekona pueda despegar y aterrizar verticalmente.
"Los sistemas de propulsión son independientes y está a prueba de fallos para cumplir con los exigentes estándares de seguridad de la FAA, EASA y otras agencias reguladoras", apuntan desde Kelekona.
Los desarrolladores se han centrado mucho en todo el apartado de la autonomía y han diseñado un conjunto de baterías reemplazables para ir incrementando el rango a medida que mejore la tecnología.
Aunque no irá nada mal con la que se le presupone de fábrica. Podrá cubrir trayectos clásicos como San Francisco con Los Ángeles, Londres con París o Nueva York con Washington DC en tan solo una hora. Cogiendo esos ejemplos y trasladándolos a España, la ruta de Madrid a Barcelona también podrá finiquitarla en una hora.
Además del transporte de pasajeros, otra opción que plantean desde la compañía es la capacidad de transporte de mercancías en contenedores estandarizados. En esta versión carguera, podrá llevar 4.535 kilogramos (10.000 libras).
En cuanto al apartado de sensores, el Kelekona dispone de "una combinación de cámaras estéreo y radar que proporciona 100 millas [160 kilómetros] de conciencia situacional adicional para la detección y evitación de aeronaves desconocidas, colisiones con pájaros, anomalías climáticas e infraestructuras físicas inexploradas".
Más allá del transporte comercial de pasajeros o mercancías, las aplicaciones del Kelekona tienden al infinito. La propia compañía describe algunas de ellas posicionándolo como un sistema de transporte de tropas y de logística militar y también como ambulancia aérea, capaz de llegar a los sitios más recónditos en muy pocos minutos y con -casi- los mismos requerimientos técnicos de espacio que un helicóptero convencional.
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