En España hay más de 2.000 personas que sufren transtorno del espectro del autismo (TEA), según datos de Autismo España del 2019. El año pasado fue especialmente duro, por el confinamiento obligatorio por la pandemia del coronavirus.

En realidad, podrían ser muchas más. El gran problema está en el diagnóstico del autismo, y aunque se han dado pasos importantes en esa dirección, la falta de concienciación y la dificultad a la hora de identificar los trastornos asociados no ayudan.

Ahora, un equipo de investigadores de Hong Kong ha anunciado un logro importante para el diagnóstico temprano del TEA, gracias al uso de Inteligencia Artificial y aprendizaje automático.

Detectar el autismo

La fortaleza del sistema desarrollado por el equipo liderado por Benny Zee, profesor de la Universidad de Hong Kong, es que se basa en un simple escáner de retina, lo que es suficiente para obtener indicios de que el paciente puede desarrollar los trastornos asociados con el autismo.

Más importante aún es que este sistema es capaz de detectar el autismo en sus etapas más tempranas, en niños jóvenes; eso puede permitir una intervención adelantada en el desarrollo del menor, lo que a su vez supone una mayor probabilidad de éxito en el tratamiento, según ha explicado el propio Zee.

En las pruebas con esta tecnología, 70 niños probaron la máquina desarrollada por el equipo; 46 ya habían sido diagnosticados con TEA y los otros 24 eran el grupo de control necesario.

Esta tecnología fue capaz de identificar autismo de manera correcta en el 95,7 % de las ocasiones, un porcentaje de éxito que fomenta la esperanza. Más aún cuando la persona más joven del experimento tenía sólo seis años, siendo trece años la edad media de los participantes.

Inteligencia Artificial

El sistema usa un escáner de retina para detectar indicios de que se podría desarrollar TEA en el paciente. El equipo cuenta con una cámara de alta resolución que registra la retina, una imagen que es entonces analizada por un sistema de aprendizaje automático; estos son capaces de 'aprender' tareas sin necesidad de ser programadas directamente, a partir de ejemplos presentados durante el periodo de 'aprendizaje'.

En este caso concreto, el sistema busca una combinación de factores que pueden indicar el desarrollo de autismo, como capas de fibras o la posición y forma de los vasos sanguíneos en el ojo.

Este puede ser un gran avance para la comunidad de pacientes de TEA en todo el mundo, pero según recoge Reuters, el mayor impedimento puede no estar en la tecnología, sino en el estigma que aún tiene esta afección; se ha demostrado que, incluso con todas las pruebas posibles, muchos padres se niegan a aceptar que su hijo tiene autismo, lo que retrasa la implementación de las medidas necesarias y empeora su caso.

Un sistema que sea capaz de predecir o indicar de manera segura el desarrollo de autismo puede ayudar a los padres a tomar la decisión o al menos, esa es la esperanza.

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