El confinamiento por el coronavirus ha obligado a millones de personas a descubrir de repente qué es el teletrabajo. El hecho de no poder asistir físicamente a nuestro puesto de trabajo no significa que tengamos vacaciones; y mucho menos con la tecnología a nuestra disposición.
Sin embargo, esto es algo nuevo para todo el mundo, y se nota; pocas empresas y trabajadores han hecho la transición perfectamente, a menos que tuviesen algo de experiencia previa. No es el caso de la NASA, que había previsto ya hace semanas que iba a tener que hacer algo.
La organización espacial no puede parar en ningún momento; siempre hay una misión a la que atender, aunque el trabajo de las sondas, robots y rover marcianos esté relativamente automatizado debido a las largas distancias (y por lo tanto el retardo en las comunicaciones).
Teletrabajo para la NASA
Las noticias sobre el coronavirus y las primeras reacciones en el resto del mundo ayudaron a la NASA a tomar las decisiones correctas; se obtuvieron y se enviaron a domicilio las herramientas y equipamiento necesario para que los ingenieros pudiesen seguir trabajando desde casa. Así, cuando finalmente llegó la orden de confinamiento, el trabajo no paró en ningún momento.
Así, el día de hoy ha sido el primero en el que ningún miembro del JPL (Jet Propulsion Laboratory) acudió a su puesto de trabajo, y pese a eso todo ha funcionado como debería. Eso incluye controlar el rover marciano Curiosity, que en estos momentos circula por Marte; en efecto, usando los ordenadores personales y equipo especializado, los ingenieros pueden controlar el vehículo marciano desde casa, programando sus acciones y enviándolas hacia Marte.
No es tan perfecto como suena, por supuesto. Buena parte del equipamiento no puede ser transportado así como así, y los equipos informáticos personales de los trabajadores tienen sus limitaciones. Por ejemplo, un ordenador normal es incapaz de procesar las imágenes 3D usadas con gafas especializadas para planear los siguientes movimientos; así que usan las típicas gafas con una lente azul y otra roja, para conseguir un efecto similar.
Los problemas de controlar un rover marciano
Otro problema que tienen es que, normalmente, el control de un rover no es cosa de una sola persona; es todo un equipo de unas 20 personas en la misma sala y docenas de manera remota, que discuten el mejor curso de acción y cómo programar las acciones. Ahora eso se tiene que hacer con varias videoconferencias al día y con el uso continuo de apps de mensajería; confiesan que es un esfuerzo mayor del habitual, ya que es importante asegurarse de que todos los miembros se entienden entre si.
Es por eso que estas reuniones ahora duran una o dos horas más de lo habitual; y eso a su vez limita la cantidad de órdenes que ahora pueden enviar cada día. Pese a todo, el Curiosity sigue funcionando y realizando sus funciones, al igual que los satélites y sondas que están siendo controlados de la misma manera.
Puede que, una vez que todo esto termine, la NASA tenga mucho que enseñarnos sobre cómo se teletrabaja, para la próxima vez.