La renta básica universal no es cosa de ‘cuatro gatos’, tiene bastantes defensores.

La renta básica universal es un tipo de ingreso teórico que debería percibir cualquier ciudadano de pleno derecho. En el desarrollo de esta teoría se parte de la idea de que en algún momento dado el trabajo lo realizarán las máquinas y no las personas. Entonces, ¿cómo viviríamos las personas? Gracias a esta paga.

Los coches serán autónomos, y los aviones; las casas se construirán mediante robots especializados; los cajeros ya están desapareciendo poco a poco (siendo sustituidos por máquinas) y ya vamos camino de desarrollar una IA con la que se pueda mantener una conversación plena. Si lo pensamos, esta renta básica no solo no es mala idea, sino que es necesaria para suplir todos esos puestos de trabajo que se han eliminarán.

Uno de los grandes argumentos en contra de la renta básica es que cuando se destruye un trabajo descualificado se crea otro cualificado (alguien que diseñe, un ingeniero y alguien que repare, por ejemplo). Sin embargo, por el momento no hay estudios que demuestren ni una cosa ni la otra, sino que simplemente se habla por hablar.

Personas electrónicas, una solución

Pero, ¿de dónde saldría todo ese dinero para pagar a la población? Una de la soluciones es crear la figura de ‘persona electrónica’. Esta se sumaría a las personas físicas (nosotros) y a las personas jurídicas (instituciones, como empresas). Estos dos últimos grupos pagan sus impuestos, pero, ¿por qué lo primeros (que aún no existen como tal) no?

Si un robot quita un puesto de trabajo, ese mismo robot debería pagar la seguridad social que deberían estar pagando las personas a las que está sustituyendo. En muchos supermercados han ido cambiado de forma progresiva a empleados físicos que hacían la función de cajeros por robots. Esto ha provocado que por cada cuatro empleados de este tipo, se eliminen 3, pues tan solo es necesario uno por cada 4 cajeros.

Entonces, es menester pensar que ese o esos robots paguen tantos impuestos como hubieran pagado las 3 personas físicas a las que sustituye. Al fin y al cabo, el empresario seguiría ahorrándose el suelo neto de los 3 empleados, pero seguiría aportando lo mismo a la seguridad social. Si no, simplemente llegaría un punto en el que el sistema se colapse.

Elon Musk

Elon Musk, CEO de Tesla, la compañía que está revolucionando el sector de automóvil (también fundó PayPal), es uno de los grandes personajes que están a favor de esta renta universal. Este personaje es muy importante en el panorama tecnológico y sobre todo en el de los vehículos autónomos.

El año pasado declaró a la CNBS que «Hay una buena posibilidad de que terminemos con una renta básica, o algo así, debido a la automatización». Añade, además, que «La gente tendrá tiempo para hacer otras cosas, las cosas más complejas, las cosas más interesantes». Lo que no especifica es cómo se va generar ese ingreso extra.

Bill Gates

Gates, co-fundador de Microsoft, prevé que para evitar la acumulación de riqueza, se ha de gravar un impuesto especial para robots. «Si un robot reemplaza el trabajo de un humano, este robot debe pagar impuestos como un humano».

El razonamiento de Gates es que llegará un momento en que el gobierno tenga que redistribuir la riqueza. Por supuesto este pensamiento no es nada errrado. Los procesos de producción están cada vez más optimizados; llegará un momento en el que el empleado será cada vez más pobre, así como el empleador acumulará cada vez más riqueza.

Mark Zuckerberg

El fundador de Facebook no solo se ha posicionado a favor de esta renta, sino que además realizó un llamamiento al presidente estadounidense Donald Trump para que se comenzase a considerar la renta básica universal. Esto aún incluso sin que la IA haya destruido aún los puestos de trabajo actuales. Chris Hughes, uno de los desconocidos co-fundadores de Facebook también se ha posicionado a favor de este ingreso.

Pierre Omidyar

Pierre Omidyar, único fundador de eBay, también está a favor de esta renta. Además, ha comenzado un experimento social en Kenia para estudiar el impacto de esta renta en la población.

En concreto, se escogió a 6000 personas con baja capacidad económica para que recibieran una paga mensual durante 12 años. Los resultados, por ahora, son muy esclarecedores. Y es que, la gente, aún teniendo la libertad, no lo ha derrochado, sino para mejorar su calidad de vida.

Barack Obama

El antiguo presidente estadounidense ya no tiene poder político, pero sí influencias. No se ha manifestado totalmente a favor de la renta básica. Sin embargo, sí que ha especificado que es un debate que no se podrá evitar por mucho más tiempo.

Lo que sí ha explicado es que si la Inteligencia Artificial (IA) llega a comerse gran parte de los puestos de trabajo actuales será necesario un tipo de renta para evitar la pobreza.

A estos personajes hay que añadir también numerosos economistas y numerosos politólogos. No son pocos los abogados de esta renta básica. Por lo que, tal y como ya ha expresado Obama, no se puede aplazar más aún un debate tan necesario como este.<z<