Hadrian X es el brazo robot de 30 metros de largo que es capaz de construir una casa en tan solo dos días.
El periodo mínimo para construir una casa es de uno a dos años, sin contar claro con el tiempo necesario para encontrar un arquitecto, pedir los permisos y un largo etcétera. Pues este brazo robótico diseñado por una compañía australiana es capaz de montar una en tan solo 48 horas. De este modo, no se consigue solo un aumento de la productividad (pues se reduce un plazo que suele tardar semanas a tan solo dos días), sino que los costes se abaratan logarítmicamente debido a la reducción de mano de obra necesaria.
La versión comercial llegará, supuestamente, a finales de este mismo año. No se sabe de momento ni el precio ni su disponibilidad (lo más probable es que acaben fabricándose muy pocas unidades en un principio).
En realidad la salida estaba programada para finales del año pasado desde 2015, que fue cuando se lanzó el proyecto, es decir, deberíamos tenerla ya mismo, pero no ha podido ser así. Lo bueno es que desde entonces hasta ahora ya tenemos la versión física y no solo una simulación por ordenador.
1.000 ladrillos por hora
Al fin y al cabo funciona como una impresora 3D: tiene un sistema de coordenadas orientado en tres dimensiones y a partir de un diseño informático va colocando los bloques, que, por otro lado, pueden ser de diferente tipo.
No solo es capaz de colocar los bloques de la fachada, sino que también se encarga de hacer las habitaciones y de recortar cada uno de los ladrillos en función de las necesidades. Para las puertas y las ventanas, deja un hueco en el que un albañil rellenará con guías para posteriormente colocar los marcos.
Este tipo de cosas ratifica que cada vez estamos más inmersos en un mundo donde los trabajos no cualificados están dejando de existe. El dilema salta mucho: ¿realmente se crean tantos puestos cualificados como para eliminar los no cualificados? Lo cierto es que aún no hay ningún estudio que aporte datos de la proporción de trabajos cualificados que se crean al eliminar trabajos que no necesiten estudios (como el de este caso, el de albañil).
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