Cómo el Zika podría acabar cancelando los Juegos Olímpicos
Os contamos cómo evoluciona el caso del virus del Zika y las Olimpiadas, explicando qué opinan los científicos sobre ello.
8 junio, 2016 11:00Noticias relacionadas
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El caso del virus del Zika y su relación con los Juegos Olímpicos de 2016 ha llegado pisando fuerte a los telediarios en los últimos días.
Aunque se intenta hacer un llamamiento a la calma, muchos deportistas han reconocido estar pensándose no viajar a Brasil, por lo que si la idea se extiende podría ser necesario llegar a cancelar esta edición.
Esto ha despertado una gran polémica entre aquellos sectores de la población que están de acuerdo con esta disposición y otros muchos que la consideran exagerada. Lógicamente, cada cual tiene sus propios argumentos, pero nosotros hoy os vamos a contar de una forma lo más objetiva posible qué está pasando y por qué.
El virus del Zika y las Olimpiadas
Hace una semana, el conocido jugador de baloncesto Pau Gasol hizo unas declaraciones en las que mostraba sus reticencias a la hora de acudir a los juegos Olímpicos y solicitaba que se informara debidamente a los deportistas de los riegos que corrían con ese viaje.
Su petición no tuvo respuesta oficial, pero ha servido para terminar de encender la llama del miedo, que se ha extendido bastante más rápido que la de la antorcha olímpica.
Pau no ha sido el único en confesar sus temores, ya que otros participantes como el golfista Rory Mcllroy o la futbolista Hope Solo también han declarado estar planteándose su ausencia, por lo que cada vez parece más plausible la necesidad de cancelar o aplazar los juegos.
De hecho, un grupo de más de doscientos científicos ha escrito una carta abierta a la OMS en la que explican detalladamente las causas por las que celebrar los juegos olímpicos como está previsto sería un acto inconsciente y falto de ética, ya que pondría a una gran parte de la población mundial en un riesgo innecesario.
¿Es realmente el virus del Zika tan grave como para cancelar las Olimpiadas?
Se conoce que los síntomas del virus del Zika en condiciones normales no son para nada peligrosos, ya que básicamente constan de malestar general, fiebre, dolores de cabeza y erupciones en la piel, por lo que se puede curar con reposo y un tratamiento muy simple.
Esto podría hacernos pensar que realmente no es una enfermedad a la que se deba temer tanto como para cancelar unas Olimpiadas, pero lo cierto es que hay muchos motivos para plantearlo seriamente.
Ya se ha comprobado que en caso de afectar a mujeres embarazadas sus hijos pueden nacer con microcefalias; pero, como explican los doscientos científicos que han escrito a la OMS, es biológicamente posible que también produzca otros daños cerebrales hasta ahora sin detectar, del mismo modo que ocurre con otros virus similares como el del dengue.
Además, la epidemia ha llevado a que el sistema sanitario brasileño sea muy deficiente, por lo que en caso de aumentar el número de casos sería muy complicado que fuesen atendidos.
Todo esto está haciendo saltar todas las alarmas de Brasil, pero si el país se llenara de personas procedentes de otras regiones, sería posible que el virus se extendiera por el resto del mundo, haciendo mucho más complicada su erradicación. Se conoce que el principal transmisor de la enfermedad en Sudamérica es el mosquito Aedes aegypti y que para que se pudiese extender por otras regiones del planeta sería necesaria la existencia de otros insectos capaces de actuar como vector. Esto podría hacernos pensar que en Europa estamos libres de riesgo, pero lo cierto es que en la zona meridional de nuestro continente vive Aedes albopictus, otro potencial vector que, además, también podría extenderse a otras regiones.
Lo mismo ocurre en Estados Unidos, ya que tanto A. aegypti como A. albopictus se encuentran en algunas zonas del este del país.
Por último, aunque últimamente sólo se hable del Zika, A. aegypti transmite también otros virus aún más preocupantes, como la artritis epidémica del chikunguña, por lo que esto debería tenerse en cuenta igualmente.
¿Cuál podría ser la solución?
Lógicamente todo dependerá de las autoridades competentes; pero, visto lo visto, el consejo de la ciencia es que los juegos Olímpicos se aplacen o se cambien de sede.
En la carta a la OMS recuerdan que el virus se puede erradicar; pues, de hecho, ya se hizo en los años 50. Por eso, podría esperarse hasta que todo esté más tranquilo y celebrarlos en el mismo lugar.
Otra opción sería mantener las fechas celebrándolos en otro país al que no haya llegado la epidemia y que posea una infraestructura más adecuada para ello.
De todos modos, aún no hay nada decidido y habrá que esperar a que se tome una decisión mientras las declaraciones de los deportistas temorosos de la enfermedad siguen llegando con cuentagotas. Eso sí, pase lo que pase, os mantendremos informados.