Consejos para tratar las picaduras: Una pequeña guía práctica
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En pleno ecuador de este caluroso verano, no dejan de repetirse los casos de picaduras (de mosquitos, sobre todo, entre otros insectos). Hace poco ya intentamos hacer una pequeña vía visual sobre los tipos de picaduras que existen en el artículo “Doctor, ¿qué bicho me ha picado?” con el objetivo de poder reconocer más fácilmente las diferentes picaduras, aunque su tratamiento suele ser más o menos similar en todos los casos a excepción de alguna situación puntual donde la picadura en cuestión requiera medicación de urgencia.
Hoy nos centraremos en el tratamiento de dichas picaduras, desterrando algunos conocimientos pseudocientíficos no basados en la evidencia, y dando algunas pinceladas sobre qué debemos hacer en cada caso
(Spoiler: NO hay que pinchar medicación siempre y en cualquier picadura, aunque admito que muchos profesionales médicos lo hacen sin excepción, cosa que no debería suceder).
Picaduras: Consejos generales
Por suerte, el Servicio de Pediatría del Hospital General de Villalba, a cargo de Roi Piñeiro e Iván Carabaño, ha publicado una guía para el tratamiento de estas picaduras en la Revista de Pediatría de Atención Primaria. Dicha guía hace hincapié en el tratamiento de picaduras más graves, como las de abejas, avispas o arácnidos, sin dejar de lado las más típicas como los mosquitos u otros insectos.
“Las creencias populares sobre las picaduras de insectos y arácnidos están tan arraigadas que incluso en ocasiones llegan a influir en las actuaciones de los profesionales sanitarios, pediatras incluidos, si se dejan guiar por costumbres, prácticas y tratamientos basados en la divulgación no científica. En general las picaduras de insectos tienden a resolverse por sí solas en horas o días, sin precisar tratamiento específico“
Aún así, estos especialistas comentan una serie de medidas generales delante de cualquier picadura que es importante tener en cuenta:
- Lavar la piel con agua y jabón, y posteriormente realizar una desinfección local (con povidona iodada, por ejemplo).
- Extraer cuerpos extraños, como los aguijones, mediante pinzas esterilizadas y sin usar nunca las manos o succionando.
- Lociones de calamina o amoniaco para disminuir el prurito local, la irritación de la piel y neutralizar el veneno.
- Aplicar frío en la zona.
- Aplicar, si fuese necesario, corticoides, analgésicos orales o cremas.
El problema grave, según comentan, serían las reacciones alérgicas frente a los venenos o salivas de los insectos. En estos casos SÍ es conveniente llegar a pinchar medicación (ya sea vía intramuscular o endovenosa). Y, como comentaremos a continuación, es importante estar atentos a otros insectos más graves que un simple mosquito: Abejas, avispas, arañas o escorpiones.
Picaduras: Consejos frente a los aguijones y reacciones alérgicas
Como bien comentan estos profesionales, posiblemente estas sean las picaduras más frecuentes del verano. Asimismo, como bien sabréis, la diferencia entre abejas y avispas radica en que las primeras tienen un aguijón en forma de arpón que se queda incrustado en la picadura. En el caso de la avispa no, por lo que esta última podrá picar en más de una ocasión.
“El cualquier caso, si queda el aguijón en la herida, no hay que tratar de quitarlo pellizcando la piel de alrededor, ya que corremos el riesgo de incrustarlo más. De la misma forma, es mejor evitar aplicar barro en la picadura, ya que los gérmenes que contienen pueden provocar una infección”
Aunque las celulitis y sobreinfecciones de estas picaduras son raras, a excepción de una mala extracción del aguijón, las reacciones alérgicas sí son bastante más frecuentes.
En el caso de mosquitos y tábanos no hay veneno, sino su propia saliva, la cual da lugar a la aparición de vesículas y pústulas a consecuencia de una hipersensibilidad a dicha saliva (mucho más frecuente en estos insectos que en las abejas o avispas). Actualmente no existen mosquitos de la especie Anopheles, transmisor de la malaria, pero hace décadas sí existió, por lo que estos profesionales no creen que sea un disparate pensar en que pueda volver.
Picaduras: Cuidado con las arañas y escorpiones
Finalmente, tenemos el caso de las arañas y escorpiones. Respecto a las primeras, hay que tener especial cuidado con las tres especies habitantes en la cuenca mediterránea: Viuda negra, araña marrón (o de los rincones) y tarántula europea. La primera de ellas produce un veneno capaz de causar convulsiones e incluso el coma, por lo que requiere ayuda médica inmediata; la araña marrón tiene un veneno poco tóxico, pero en casos excepcionales puede provocar un fracaso renal; finalmente, la tarántula provoca graves reacciones alérgicas a su veneno.
Por otra parte, los escorpiones tan solo disponen de dos especies en España a las que temer: El escorpión amarillo (más conocido como alacrán) y el escorpión negro. Curiosamente, y aunque pudiésemos pensar lo contrario, la picadura de escorpión implica un riesgo mucho menor que en el caso de las arañas.
“Tanto si se trata de un escorpión como de una araña, para evitar la absorción del veneno, lo mejor es elevar el miembro afectado y aplicar frío local, administrando en su caso analgésico local y valorando la posibilidad de la vacuna antitetánica. Desde luego hay que olvidarse de esa escena, tan frecuente en el cine, de hacer un torniquete al miembro y un corte en la herida para succionar el veneno, ya que podemos causar un problema mucho mayor del que queremos solucionar”
Vía | AEPAP.