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¿Madres obesas, niños con problemas de desarrollo psicosocial?

1 mayo, 2015 21:02

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A medida que avanzan los estudios se van descubriendo factores asociados al desarrollo de ciertos tipos de trastornos en la infancia, factores como los asociados al parto, los genéticos, etc… El estudio de hoy analiza un factor nuevo: el peso materno en relación con el desarrollo psicosocial del niño.

En los últimos años se ha visto un aumento tanto en la obesidad como en la incidencia de trastornos del aprendizaje. El estudio pretende averiguar si hay algún tipo de relación entre ambos dado que hay pocos estudios al respecto.

El estudio

Heejoo Jo y Laura A. Schieve junto con otros investigadores fueron los que desarrollaron este estudio. La muestra que utilizaron estaba en la fase de seguimiento de otro estudio, concretamente el estudio de prácticas alimentarias infantiles II (un estudio longitudinal llevado a cabo entre 2005 y 2007). En 2012 esta muestra debía ser evaluada en seguimiento y ellos escogieron 1311 parejas madre-hijo para evaluar las relaciones entre el IMC de la madre durante el embarazo y el desarrollo infantil (los niños tenían 6 años de edad). Para ello las madres completaron el cuestionario de dificultades y fortalezas que evalúa las dificultades psicosociales del niño, además se tuvieron en cuenta informes de trastornos del desarrollo y inclusiones en grupos de necesidades especiales.

¿Qué es el IMC?

El IMC o Índice de Masa Corporal es una medida que compara la masa de la persona con la talla (estatura), se obtiene mediante el índice de Quetelet: IMC= masa (kg)/ altura (cm²).

Sus resultados se interpretan así:

  • IMC menor a 18,5 indica infrapeso.
  • IMC de 18,5-24,9 implica un peso normal (sano).
  • IMC de 25,0-29,9 ya es sobrepeso.
  • IMC de 30,0-34,9 pertenece al grupo con obesidad clase I.
  • IMC de 35,0-39,9 agrupa a la obesidad clase II.
  • IMC de 40,0 o mayor es considerado indicativo de obesidad clase III, esto ya es obesidad grave, de hecho se la conoce como obesidad mórbida.

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Resultados

Los hijos de madres con obesidad tipo II y III (en comparación con los hijos de madres con normopeso durante el embarazo) tenían una mayor probabilidad de sufrir:

  • Síntomas emocionales. Doble de probabilidad que los hijos de madres con normopeso.
  • Problemas con los iguales. Doble de probabilidad.
  • Dificultades psicosociales generales. Doble de probabilidad.
  • Diagnóstico de TDAH. Riesgo 4 veces mayor que el resto. Este dato es bastante impactante.
  • Diagnóstico de trastorno del desarrollo o autismo. Riesgo multiplicado por 3.
  • Necesidad de terapia para el discurso y el lenguaje (deducimos que se refieren a algún tipo de logopedia).
  • Necesidad de asistencia psicológica.
  • Necesidades especiales.

Ajustar los datos en función de aumento del peso durante el embarazo, diabetes gestacional, duración de alimentación por pecho, depresión post-parto y peso del niño al nacer no variaba los resultados, no afectaba de forma sustancial a la estimación, por lo que no parecen ser las causas de los datos obtenidos.

El estudio no tuvo en cuenta los hábitos dietéticos de la madre durante el embarazo (el tipo de alimentación que siguió) y eso es algo a investigar, podría ser un factor relevante. Otra hipótesis que se baraja y que tampoco se pudo comprobar es la asociación entre obesidad materna y aumento de la inflamación, lo cual podría afectar al desarrollo del cerebro del feto.

En cualquier caso se puede concluir que existe riesgo para el feto si la madre está entrando en un embarazo con obesidad elevada, ya que este factor puede provocar consecuencias a largo plazo en el desarrollo psicosocial general del niño.

Fuente: Pediatrics, ReutersWikipedia,

Imagen: Flickr, Flickr.