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Una poción milenaria contra las resistencias a los antibióticos

31 marzo, 2015 18:43

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Las resistencias a los antibióticos se están convirtiendo en un grave problema, y la cosa no será mucho mejor en el año 2050. Por su parte, los llamados “remedios milenarios” nunca han sido grandes amigos de la medicina, pues la mayoría no suelen estar estudiados y comprobados como exige el conocido método científico. Sin embargo, alguno que otro de estos remedios consigue pasar el filtro, es decir, demostrar que sí es efectivo y que su uso puede otorgar grandes beneficios tanto a la salud como al conocimiento científico actual. Eso es lo que ha sucedido con una “poción medieval” que ha encontrado una profesora de la Universidad de Nottingham en una receta escrita en inglés antiguo, la cual podría tener la clave contra las resistencias a los antibióticos.

Medicina antigua contra las resistencias a los antibióticos

En su momento comentamos los extraños remedios caseros que se usaban hace tan solo 100 años, como usar cocaína contra la congestión nasal, o inhalar salitre o humo de tabaco con estramonio para sanar el asma, pasando también por el uso de sanguijuelas, o whisky para el dolor de garganta, con escabrosos resultados. Evidentemente en esos momentos el conocimiento médico era considerablemente mejor que el actual, y hoy no hablaremos de remedios “locos” como estos, sino que hemos dado la vuelta y, con el conocimiento actual, hemos podido desempolvar un remedio milenario pero bastante eficiente.

El hallazgo lo ha realizado Christina Lee, profesora de estudios vikingos de la Universidad de Nottingham, la cual se topó por casualidad con un tratamiento milenario anglosajón para tratar las infecciones oculares causadas por una bacteria que está dando muchos quebraderos de cabeza en la actualidad: El Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, o SARM. En otras palabras, una de las bacterias mas resistentes en la actualidad. El descubrimiento se ha presentado esta semana en la Conferencia Anual de Microbiología de Reino Unido.

La profesora Lee tradujo la receta del inglés antiguo en el Bald’s Leeckbook (el cual tenéis enlazado al final del artículo), escrito en el siglo IX, y siendo uno de los primeros libros de texto médico conocidos. Los investigadores prepararon la receta con dos especies de ajo y cebolla, vino y bilis del estómago de una vaca, en un caldero de bronce y dejándolo reposar durante nueve días.

“Tomar el ajo y la cebolla, ambos en cantidades iguales, mezclarlos bien, junto a vino y bilis de vaca, ambos también en cantidades iguales, y mezclarlo con puerro en un recipiente de bronce. Dejar reposar nueve días en una vasija de bronce, escurrirlo y limpiarlo bien, ponerlo en un cuerno y aplicarlo en el ojo mediante una pluma”

Con este texto arcáico, los investigadores siguieron la receta a rajatabla. Posteriormente, probaron el curioso brebaje en cultivos de bacterias SARM en heridas artificiales, y posteriormente en ratas con SARM. Los ingredientes por separado, como cabía esperar, no tenían efecto contra los cultivos. La sorpresa viene cuando la combinación del liquido acabó con casi todas las bacterias, pues tan solo 1 de cada 1.000 bacterias conseguía sobrevivir.

Si se diluía la “poción medieval”, no se conseguía matar a las bacterias, pero sí interrumpía la comunicación entre ellas y la expansión de los microorganismos hacía otros tejidos, algo que también se buscaba como posible tratamiento para evitar que las bacterias infecten otras zonas del organismo.

Los investigadores están bastante sorprendidos, y no es para menos. Ahora el objetivo es saber cómo ha funcionado este brebaje, y si su aplicación es posible contra otras enfermedades y bacterias modernas.

Vía | Popular Science.

Fuente | Bald’s Leeckbook.