La relación entre la obesidad y el cerebro
Noticias relacionadas
La obesidad es un gran reto para la salud humana en todo el mundo, ya que se asocia con enfermedades graves como diabetes de tipo 2, enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular. A pesar de que es bien sabido que los hábitos alimenticios poco saludables son la principal causa de la obesidad, la alimentación descontrolada sigue siendo el pan de cada día. Porque nos lo ponen fácil, porque a la industria alimentaria le interesa seguir ampliando sus beneficios y también, no nos quitemos culpas, porque en general nos resulta muy difícil decir que no a comidas copiosas y placenteras.
Todavía no está del todo claro por qué algunas personas son propensas a comer en exceso y aumentar de peso. Mucho se ha dicho de un posible origen neurológico de la obesidad que llevaría a esta dificultad por restringirnos a la hora de comer.
Una nueva investigación publicada en la revista Journal of Neuroscience y llevada a cabo por investigadores de la Universidad Aalto, en Finlandia, ha revelado cómo la obesidad podría estar asociada con una alteración en el funcionamiento del sistema de transmisión opioide del cerebro, que está íntimamente involucrado en la generación de sensaciones placenteras. Estos mismos investigadores ya informaron hace 2 años de la importancia del cerebro en el desarrollo de la obesidad.
Los investigadores han encontrado que la obesidad se asocia con una reducción significativa del número de receptores opioides en el cerebro. Y, contrariamente a lo que podría parecer, no han observado cambios en el sistema neurotransmisor de la dopamina, que regula los aspectos motivacionales de la acción de comer.
Los resultados ponen de relieve cómo la obesidad se asocia con cambios moleculares a nivel cerebral. Según los investigadores, podría ser que la falta de receptores opioides del cerebro predispusiera a las personas obesas a comer en exceso para compensar la disminución de la respuesta hedónica de este sistema.
Lógicamente, los resultados tienen importantes implicaciones en la comprensión de las causas de la obesidad, aumentan la comprensión de los mecanismos implicados en el hecho de comer en exceso, y proporcionan nuevos conocimientos sobre el tratamiento y la prevención de la obesidad. El problema, no obstante, sigue siendo el de siempre: a pesar de la relación clara entre el cerebro y la obesidad, aún no ha podido discernirse si la alteración neuroquímica cerebral sería una causa o una consecuencia de la obesidad.
¿Obesidad genética?
Entre otros trabajos que también han señalado la importancia del cerebro en el desarrollo de la obesidad, me gustaría destacar el que aún no hace un año publicó un equipo internacional de investigadores en la revista Nature. En dicho estudio, realizado en ratones, se constataba que el cerebro podría jugar un papel clave en la obesidad y en la diabetes. Mostraron que las mutaciones en la actividad de un gen en el hipotálamo (el IRX3) podrían generar animales un 30% más delgados y resistentes a dietas altas en grasa.
El número elevado de investigaciones que refieren a este tema, así como las importantes diferencias en cada una de ellas, remarcan la importancia de la cuestión pero también el largo camino que queda aún por recorrer para acabar de entender las claves de la obesidad.
Fuente | Sciencedaily y RTVE