La soledad produce cambios en el cerebro
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Ya hemos comentado otros aspectos de la soledad en anteriores artículos, por ejemplo cómo afectan las redes sociales, cómo combatirla mediante meditación, cómo se asocia a un mayor riesgo de muerte o cómo sacarle beneficio. La soledad aumenta el riesgo de presión sanguínea alta, de peor calidad del sueño, de depresión, provoca un declive inmunológico y cognitivo y se asocia con una muerte más prematura. Hoy vamos a hablar de un estudio que explica los cambios funcionales y estructurales que produce la soledad en el cerebro.
Los efectos de la soledad:
La soledad puede ser una enfermedad por sí misma, puede alterar la percepción, los pensamientos, la estructura y la química de nuestros cerebros. Stephanie Cacioppo, John Capitanio y John Cacioppo publicaron su artículo “Toward a neurology of loneliness” en la revista “Psychological Bulletin”. Basándose en investigación neurocientífica y psicológica, conjuntamente con estudios sobre animales que demuestran que la soledad es la causa (la enfermedad en sí) que causa varios síntomas o efectos en el humano, viéndola de esta forma como un origen y no como una consecuencia publicaron los resultados de su búsqueda.
En cuanto a los efectos sobre la cognición (sobre la función del cerebro) se ha encontrado que las personas solitarias tienen una especial sensibilidad a los resultados sociales negativos lo que las lleva a que su actuación en estos contextos quede impregnada de estas cogniciones y se vea afectada (en experimentos de tiempos de reacción las personas solitarias respondían antes ante palabras negativas de contexto social, demostrándose el sesgo). Mediante imagen funcional también se observó que la respuesta ante estímulos sociales reforzantes estaba disminuida en los que se sentían solos, es decir presentan una respuesta neural suprimida lo cual hace que presenten menores deseos o excitación ante posibles nuevos contactos sociales. La capacidad de predecir lo que los otros piensan también se ve influenciada (la actividad de las áreas cerebrales que se encargan de este proceso también aparece disminuida). Se presume que muchos de estos mecanismos forman parte de un “modo de auto-preservación“.
En cuanto a los correlatos biológicos los modelos animales nos ayudan a extrapolar teorías al campo humano. Para empezar se ha encontrado que para los ratones el ser criados en aislamiento (soledad) implica que se agoten sus neuroesteroides clave, algunos de ellos por ejemplo involucrados en la agresión, esta situación de aislamiento además reduce la mielinización cerebral (clave para la plasticidad cerebral, ello se relaciona con la falta de flexibilidad y el alejamiento que presentan los animales que crecen aislados). Además esta situación puede influenciar la expresión de genes asociados con la ansiedad. Por último se han observado alteraciones en la memoria y la comunicación (debido al crecimiento neuronal suprimido en las áreas encargadas de estos procesos). En el sueño profundo estos animales muestran menos actividad Delta y se alteran las respuestas inflamatorias del cuerpo (de forma desfavorable).
Los estudios en humanos han podido asociar en cierta manera la soledad (expresada de forma subjetiva) con la degeneración del tejido neural, por ejemplo se sabe que en individuos solos es más probable se produzcan casos de demencia, aunque en algunos casos la demencia es la que promueve la soledad, pero una cosa no quita la otra.
Mi mensaje personal es que no cuesta nada saludar a la gente por la calle, tener unas palabras amables en el autobús o ser simpático en la cola del supermercado. Puede parecer una tontería para nosotros, pero para aquellos que se sienten solos y no tienen a nadie ese puede ser su único momento de conversación con alguien, su único contacto social. Intentemos por lo menos que sea uno positivo. Esto es especialmente importante para las personas mayores, un colectivo al que la soledad afecta de forma más intensa.
Si te interesa participar en algún tipo de actividades para ayudar a la gente que se siente sola, existen bancos del tiempo, programas de acompañamiento a mayores y varias actividades sociales y de ONG´s.
Si tu eres el que se siente solo, recuerda que la gente puede no saberlo y que deberás dar un pequeño primer paso y sumergirte en alguna actividad que te permita conocer gente: prueba con voluntariados, actividades sociales, apuntarte a un gimnasio, clubes de lectura, clases de algo, etc… Hoy en día existen actividades específicas para asistir en solitario y conocer gente. Justo en mi comunidad se ha iniciado una de excursiones gratuitas guiadas por la montaña para conocer gente nueva de todas las nacionalidades y a la vez aprender idiomas, es una buena iniciativa. Seguro que en otras comunidades hay programas similares, lo importante es hacer algo ya si una situación nos produce malestar. Piensa que hay mucha gente en la misma situación y que no es algo de lo que avergonzarse.
Otra cosa muy importante es que estar con gente no implica no sentirse solo, si no hay vinculo real uno puede sentirse solo aún estando rodeado de cientos de personas. Hay que conectar con esa persona. Lo importante es la calidad de la relación y no el número de relaciones. Mejor trabajar en tener pocas y buenas que muchas y malas (o superficiales).
Fuente: Research Digest.
Imagen: Flickr.