El ultraenfriamiento de órganos, la clave para mejorar los trasplantes
Entre los grandes problemas de los trasplantes de órganos, a parte de las conocidas reacciones inmunitarias (hay que recordar que nos están dando un órgano procedente de otro cuerpo, y nuestras defensas lo reconocen), está la dificultad de conservación de los órganos. Una vez extraídos de su cuerpo original, hay que “usarlos” en un tiempo determinado, alrededor de 12 horas. Esto, junto a la escasez de órganos para trasplantar, está dando muchos problemas en los países occidentales. Sin embargo, puede que una nueva técnica pueda cambiar las cosas: Ultraenfriar los órganos, sin llegar a congelarlos.
Ultraenfríar órganos, la clave para alargar la vida de los tejidos
La investigación que explica esta técnica se ha llevado a cabo por parte de un equipo de investigadores del Hospital General de Massachusetts, en Boston, liderados por Korkut Uygun. De hechol, se ha llegado a publicar en la prestigiosa Nature Medicine.
En su estudio, estos científicos cogieron hígados de ratas y los trataron con oxígeno y otros productos químicos que actúan como anti-congelante, llevando a estos órganos hasta los 4 ºC, sin llegar a su congelación. Posteriormente, los hígados se almacenaron a – 6 ºC durante tres días. Se volvieron a calentar y se trasplantaron lentamente a otras ratas.
Tras haber pasado tres meses, las ratas que habían recibido estos órganos ultraenfriados, pero no congelados, habían sobrevivido sin percance alguno. Por su parte, un grupo de ratas control recibió hígados guardados durante tres días mediante métodos convencionales, pero ninguno de los animales sobrevivió a los tres meses tras la cirugía.
Los investigadores creen que su sistema podría llevarse a cabo en cualquier órgano, y no solo en el hígado. Esto podría acabar con este tiempo límite de 12 horas y abrir la puerta a muchos más trasplantes que no tienen lugar precisamente por culpa de ese tiempo limitado.
Eso si, cabe destacar que esto tan solo se ha conseguido con ratas, y los hígados humanos son más grandes, por lo que su velocidad de enfriamiento y calentamiento es bastane diferente, lo que plantea serias dificultades, ya que estos procesos de cambios de temperatura en los órganos deben darse de manera uniforme. Por el momento se planean estudios con animales más grandes, y con otros órganos, esperando poder llevar a cabo ensayos clínicos en humanos en los próximos 3 años.
Vía | Nature Medicine.