Un sistema holográfico 3D ultra-rápido que es como mover el objeto real

Tanto si sois fans o no de Iron Man, seguramente al menos os suena por algún anuncio ver a Tony Stark con sus típicos hologramas táctiles para controlar su taller de trabajo. Si, todo muy ciencia-ficción, y de hecho es lo que toca pues estamos hablando de una película de superhéroes. Sin embargo, puede que la ciencia-ficción ya no sea tan futurista, sino que se encuentre plenamente entre nosotros, o al menos su prototipo. Hoy hablaremos de estos hologramas en 3D que sí, se pueden tocar.

Una interfaz holográfica 3D que podrás tocar

zspace3d

Aunque en su día hablamos de algunos de los planes de Microsoft y sus hologramas táctiles hechos con una especie de mezcla de luces y vapor, lo que comentaremos hoy es bastante diferente. A cargo del Laboratorio Ishikawa-Watable, llega un sistema de alta velocidad que analiza los gestos de nuestra mano para poder tocar una interfaz holográfica en 3D. El sistema ha recibido el nombre de ZSpace 3D, el cual funciona gracias a cámaras estéreo de altísima velocidad que reconocen los gestos de la mano y sigue su posición a 500 fps con una latencia extremadamente pequeña.

De hecho, es tan rápido que puede detectar movimientos como la agitación de forma fácil, además de ser un sistema muy bien integrado con los movimientos reales humanos, por lo que es muy cómodo e intuitivo de usar.

Según comentan desde el propio laboratorio, los sistemas actuales como smartphones, tablets u ordenadores tienen un tiempo de latencia significativo que llega a dar lugar a una insatisfacción por parte de los usuarios, llegando a la incongruencia por el tiempo de espera entre nuestra interacción y la funcionalidad del dispositivo. Pero este sistema no produce tal incongruencia, sino que da la sensación de que estemos inmersos en un entorno virtual.

Por el momento los planes para el ZSpace 3D incluyen las intervenciones quirúrgicas u otro tipo de situaciones como la educación o las investigaciones, donde sea necesario un toque de creatividad y pruebas previas, eliminando así la necesitad del uso de materiales o el daño a los pacientes, en este caso en particular.

Vía | Universidad de Tokyo.