Encontrada una nueva forma de mejorar la producción de antibóticos
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Muchas bacterias del suelo producen antibióticos de manera natural
A día de hoy existen muchas bacterias que generan infecciones que no somos capaces de tratar con antibióticos. La más temida de todas es una cepa de Staphylococcus aureus, causante de la mayoría de las infecciones que ocurren durante las hospitalizaciones y causante de muchas muertes que podrían evitarse con un antibiótico eficaz pero existen cepas que se han vuelto muy resistentes.
Por contra, también existen muchas bacterias que producen antibióticos de manera natural, muchas de ellas localizadas en el suelo. Uno de estos antibióticos es la planosporicina, producido por la bacteria Planomonospora alba y es el que ha servido para el estudio.
Los investigadores han demostrado por primera vez que ocurre una especie de retroalimentación positiva, es decir, la producción del antibiótico es la señal que necesita el propio antibiótico para que se siga produciendo. Parece un trabalenguas, lo sé, pero muchos procesos fisiológicos del cuerpo humano ocurren de manera similar.
Gracias al nuevo conocimiento de este mecanismo de señalización, los científicos fueron capaces de aumentar la producción mediante la sobreexpresión de dos genes reguladores para que el proceso actúe de manera positiva y eliminaron el mecanismo que actúa de manera negativa. La planosporicina es muy similar a otro antibiótico, NAI-107, que está a punto de utilizarse en ensayos clínicos contra la temida cepa de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina y contra otras infecciones causadas por enterococos que son resistentes a la vancomicina. El mecanismo utilizado con la planosporicina está siendo utilizado para aumentar los niveles de producción de NAI-107.
El profesor Mervyn Bibb, uno de los autores del estudio, alude a que uno de los problemas más frecuentes que existen para poder comercializar un producto natural es que no se puede proporcionar la cantidad suficiente de la sustancia para los ensayos clínicos. Con el nuevo método desarrollado por él y su colega parece que esto ya no será un problema, siempre y cuando las bacterias en las que se pretenda utilizar este proceso utilicen la misma vía de señalización.
Fuente: John Innes Centre