¿Cómo encuentra nuestro cerebro unas llaves perdidas?
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¿Y la rabia que nos da que nos pregunten dónde hemos perdido las llaves cuando no las encontramos? ¡Si lo supiera las tendría en mis manos! Pueden ser más cosas, además de las llaves del coche o de casa que en realidad descansan en los pantalones que queremos lavar, como la tarjeta del metro o de crédito, el monedero o el móvil. Olvidamos su ubicación en cuestión de segundos y podemos tardar una eternidad en dar con ellos. Nos ponemos a recapitular momentos, buscamos sin cesar el último instante en el que vimos el objeto perdido y… Eureka! Muchas veces el cerebro es capaz de conseguir el objetivo. ¿Cómo? Científicos de la Universidad de California en Berkeley han descubierto que cuando nos embarcamos en la búsqueda específica de algo, varias regiones visuales y no visuales del cerebro se movilizan de forma conjunta para facilitar la tarea.
Esto significa que si, por ejemplo, estamos buscando a un niño perdido en una multitud, las áreas del cerebro normalmente dedicadas a reconocer otros objetos, o incluso las áreas dedicadas al pensamiento abstracto, cambian su enfoque y se unen al grupo de búsqueda. Por lo tanto, el cerebro cambia rápidamente para convertirse en un “buscador” del niño muy centrado, y redirige a esta ardua tarea los recursos que utiliza para otras labores mentales. Los resultados de la investigación se han publicado en la revista “Nature Neuroscience”.
Los investigadores, con estos resultados, han llegado a la conclusión de que nuestro cerebro es mucho más dinámico de lo que se pensaba, al reasignar rápidamente los recursos sobre la base de las demandas de comportamiento y, por tanto, al optimizar nuestro rendimiento mediante el aumento de la precisión con la que podemos realizar las tareas pertinentes.
Estudios con imágenes
Los resultados se obtuvieron en estudios que utilizaron la resonancia magnética funcional para registrar la actividad cerebral de los participantes mientras buscaban a personas o vehículos en escenas de películas. En un experimento, los participantes pulsaban un botón cada vez que una persona aparecía en la película. En otro, hicieron lo mismo con vehículos.
Un escáner analizó la actividad neuronal medida simultáneamente a través del flujo sanguíneo en miles de áreas de todo el cerebro. Cada una de las aproximadamente 50.000 ubicaciones cerca de la corteza respondió a cada una de las 935 categorías de objetos y acciones vistas en las películas. Los investigadores encontraron que cuando los participantes buscaban seres humanos, más zonas de la corteza se dedicaron a las personas, y cuando buscaban vehículos, ocurría lo mismo. Por ejemplo, las zonas que normalmente están involucradas en el reconocimiento de categorías visuales específicas, como las plantas o edificios, se reajustaron para buscar seres humanos o vehículos, por lo que se amplía muchísimo el área del cerebro que participa en la búsqueda.
Según los investigadores, estos cambios se producen en muchas regiones del cerebro, no sólo en las que se dedican a la visión. De hecho, los mayores cambios se producen en la corteza prefrontal, zona que se cree que participa en el pensamiento abstracto, la planificación a largo plazo y otras tareas mentales complejas. Además de mostrar los mecanismos por los que el cerebro logra recordar o encontrar objetos perdidos, este trabajo también podría ayudar a explicar por qué nos cuesta concentrarnos en más de una tarea a la vez. Los resultados también sugieren cómo las somos capaces de cambiar nuestra atención hacia tareas difíciles, y pueden proporcionar una mayor comprensión de los trastornos por déficit neuroconductuales y de atención.
Las conclusiones se basan en un estudio previo de la misma universidad que mostró cómo el cerebro organiza miles de objetos animados e inanimados en lo que los investigadores denominan un “espacio semántico continuo”. Esos resultados desafiaron las suposiciones anteriores de que todas las categorías visuales se representas en una sola región determinada de la corteza visual. Por el contrario, los investigadores observaron que, en realidad, las categorías están representadas en mapas continuos altamente organizados. Este último estudio va más allá, y muestra cómo el espacio semántico del cerebro se transforma durante una búsqueda visual, en función del destino de búsqueda.
Fuente | UC Berkeley – News Center
Imagen | El blog de latiendawapa