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Los microorganismos marinos que habitan el Ártico son únicos

15 octubre, 2012 20:30

Tanto el Océano Ártico como el Antártico se caracterizan por ser lugares donde la radiación solar es mínima, las temperaturas son muy bajas y por la formación de hielo en invierno. Debido a esto no es raro pensar que los microorganismos que lo habitan podrían ser parecidos pero en realidad presentan profundas diferencias. Así lo demuestra un estudio internacional en el que ha participado el CSIC, en el que también pone de manifiesto que el carácter único de los microorganismos del Océano Ártico no es sólo en comparación con la Antártida, sino también con el resto de océanos.

En el estudio se han analizado 800.000 secuencias genéticas procedentes de 90 muestras de microorganismos recogidas en zonas costeras y de mar abierto, tanto en invierno como en verano. Concretamente se han comparado 20 muestras del Océano Antártico con 24 del Ártico, tanto en superficie como en profundidad, y se han incluido otras 48 muestras de latitudes más bajas para analizar la huella que provocan los polos en la biogeografía bacteriana marina del océano en términos globales.

Los resultados señalan que los microorganismos de ambos polos comparten un 40% de similitud taxonómica cuando se trata de microorganismos de las profundides y un 25% en los microorganismos de la superficie. Significa que tan sólo el 40% y el 25%, respectivamente, pertenecen a los mismos grupos de clasificación.

¿Por qué hay tantas diferencias?

La clave está en el aporte de agua dulce que reciben las aguas. Aunque ambos polos reciben agua procedente de los deshielos, el agua que recibe el Ártico llega principalmente de los grandes ríos continentales. Este sería el motivo principal para que haya esas grandes diferencias en los microorganismos que habitan las zonas costeras.

Según palabras de uno de los investigadores del CSIC:

“Hemos comparado las comunidades microbianas del Ártico y de la Antártida y hemos visto que son muy diferentes. Este resultado indica que las bacterias no tienen tanta capacidad para dispersarse con facilidad de una zona polar a otra como suponíamos. El aislamiento hace posible la especiación y, como consecuencia, la biogeografía”

En resumen, se ha comprobado que aunque un ecosistema tenga unas características muy parecidas, los organismos que allí viven no tienen por qué ser iguales. Los ecosistemas dependen de muchos factores y no todo depende de la temperatura, de la latitud o del sol que se reciba. Influyen otros factores, en este caso el aporte de agua dulce, que lo cambian todo.

Fuente: CSIC