La inteligencia artificial que ha iniciado el cambio en las búsquedas de internet con la nueva guerra entre Microsoft y Google, también sirve para escribir libros. Tras su lanzamiento en noviembre, ChatGPT figura ya como autor o coautor en más de 200 libros de Kindle la librería de Amazon, aunque muchos autores no indican esta colaboración en las descripciones de sus libros.
La inteligencia artificial se atreve con poesía, cuentos infantiles y hasta libros educativos o guías de aprendizaje. En la librería digital lo que más se encuentra son libros sobre cómo usar ChatGPT para negocios u otras actividades profesionales. Con esta ayuda los libros se pueden escribir en pocas horas, pero genera un debate ético para el que Amazon aún no tiene normas.
El gigante del comercio online, solo contempla la prohibición por plagio, pero no el uso de herramientas como la IA para crear la obra. Amazon se ha convertido en uno de los principales vendedores de libros del mundo y su servicio Kindle Direct Publishing ha facilitado la creación de una industria artesanal de novelistas que autoeditan sus trabajos y los venden sin la aprobación de ninguna editorial.
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Los medios de comunicación también han puesto a prueba esta herramienta capaz de procesar el lenguaje para escribir artículo, pero fueron necesarias múltiples correcciones. Además, sobre estas inteligencias artificiales planean las denuncias por plagio al generar su trabajo a partir de millones de ejemplos de texto.
La publicación de ciencia ficción Magazine Clarkesworld ha tenido que suspender temporalmente la publicación de historias cortas después de recibir una avalancha de artículos sospechosos de usar IA sin una indicación clara. De forma similar, en la tienda de Amazon muchos autores no reconocen la ayuda que ChatGPT les ha brindado para terminar o escribir por completo el libro, por lo que es complicado saber con exactitud hasta que punto está influyendo esta tecnología en la nueva literatura.
Brett Schickler explica a Reuters que sin ChatGPT nunca se habría atrevido a crear un libro. Ha publicado un cuento infantil sobre una ardilla llamada Sammy, que vende por 2,99 o 9,99 dólares (2,82 a 9,38 euros) la edición digital e impresa. Se trata de un ejemplar de 30 páginas ilustrado, pero en cuya descripción no se indica la participación de la IA.
ChatGPT puede generar texto más o menos corto a partir de una pregunta, una frase o una conversación. También es posible darle indicaciones para que escriba como si fuera un personaje o con un estilo concreto. Sus algoritmos reconocen patrones a través de millones de ejemplos de texto para replicar el estilo de escritura de las personas y los términos y expresiones que se utilizan en cada idioma, pero esto no significa que entiendan lo que escriben.
De esta forma, los autores están siendo capaces de escribir libros de cientos de páginas en horas como muestra Frank White en su canal de YouTube y cuyo libro Galactic Pimp: Vol. 1, sobre alienígenas en una galaxia lejana que luchan por un burdel con personal humano, se puede obtener por solo un dólar en Kindle de Amazon.
OpenAI, creadora de ChatGPT, trabaja en una herramienta para reconocer si un texto ha sido escrito por su IA o si es obra de un humano, pero su efectividad aún no es plena. Si el coautor de carne y hueso corrigiera o modificara ligeramente el texto, es posible que la tecnología no supiera distinguir si la base es fruto de la IA.
De igual manera que muchos centros educativos y universidades han decidido prohibir esta tecnología hasta que existan herramientas para evitar que los alumnos realicen exámenes o los deberes con ellas, el mundo de la literatura se enfrenta ahora a la difícil convivencia con estas inteligencias artificiales que pueden quitarle el trabajo a muchos autores que no las usen, mientras otros se apoyan en ellas para lanzar obras con más rapidez.