Desde hace años, Apple ha estado en la mirilla de la justicia de muchos países en el mundo debido a sus férreas políticas respecto a su ecosistema. En España y en el resto del planeta, Apple no permite de ninguna forma que los usuarios puedan descargar aplicaciones o software de terceros en sus iPhone y en otros dispositivos, pasando obligatoriamente por la App Store. Esto podría cambiar.
Según recoge Mark Gurman, periodista especializado en Apple de Bloomberg, los equipos dedicados a la ingeniería y servicios de software de los de Cupertino estarían ultimando cambios para, por fin, adoptar tiendas de apps de terceros. Así, Apple podría permitir la instalación de aplicaciones en iPhone y en iPad fuera de la store de la firma.
Esto provocaría que muchas empresas y desarrolladores se beneficiaran de ello ya que, recordemos, Apple aplica una comisión del 30% en los beneficios de las aplicaciones alojadas en su Apple Store. Así, empresas que han criticado estas prácticas como Spotify, Netflix o la todopoderosa Epic Games se librarían de ella.
Apple podría recular
Por el momento esta no es más que una decisión que se estaría planteando como algo real, pero el mismo hecho de que Apple se plantee algo así después de todos estos años, apunta a que el resultado será afirmativo. Todo viene a raíz de nuevas legislaturas aprobadas por la Unión Europea y que podrían motivar este cambio.
Hablamos en concreto de la Digital Markets Act y la Digital Services Act, ambas aprobadas en este año 2022. La DMA sería el principal motivo de este cambio, ya que obliga a las empresas de la Unión Europea a garantizar la interoperabilidad de sus servicios. Se prohíben por esta normativa que las empresas den tratos favorables a sus propios servicios y productos en detrimento de los otros, algo de lo que Apple ha sido acusada en varias ocasiones.
Obliga a las compañías a incluir opciones para que el usuario tenga que dar su consentimiento explícito para lanzar publicidad con anuncios dirigidos y personalizados, y además se garantizará la elección libre de servicios como asistentes virtuales, navegadores y similares para evitar monopolios. Por otro lado, los servicios de mensajería que existen en la UE (Mensajes de Apple, WhatsApp, Telegram) tendrán que ser interoperables. Por último, se le dará libertad a los usuarios para desinstalar aplicaciones de sistema.
Y sí, lo lógico sería pensar que a Apple le compensa más pagar una hipotética multa antes que ceder a estas directrices. Pero no es así, ya que las multas según estipula la propia ley serían muy costosas; hasta el 10% del volumen de los negocios mundiales de la empresa y en caso de reincidencia, hasta el 20%. Con todo esto, Apple tendría incluso que abrir ciertas partes cerradas de su hardware y su software, como el NFC de los iPhone para abrirse a otros métodos de pago además de Apple Pay.
Con este panorama, Apple no tendría más remedio que seguir adelante con esta normativa y ceder, al igual que harán con los iPhone del 2023 que por fin tendrán USB-C. La idea es simple; evitar el monopolio asociado a los ecosistemas propios de las compañías y fomentar un entorno más proclive a dar opciones a los usuarios y que tengan libertad dentro de los mismos.
Por ende, podríamos ver a una Apple con iPhones con USB-C que, además, admitiera otros servicios de pagos contactless y que permitiera la instalación de aplicaciones fuera de la App Store (con las medidas de seguridad implícitas que esto conllevaría). Un futuro prácticamente distópico para los de Cupertino que podría hacerse realidad en un par de años.