Se estima que un 60,80% de los hogares en España tiene acceso a las plataformas de streaming, como Disney+ o HBO Max. Unas aplicaciones que incluyen el modelo de suscripción con el que los usuarios pagan una determinada cantidad de dinero al mes para acceder a su contenido. A pesar de su éxito, los consumidores han comenzado a recortar servicios por suscripción, y tienen una serie de motivos para hacerlo.
Un nuevo estudio sobre las empresas de servicios con suscripciones realizado por GP Bullhound, el banco de inversión especializado en tecnología, ha revelado las principales causas por las que los usuarios cancelan sus suscripciones en plataformas como Netflix, Spotify o Tinder.
El fenómeno de las suscripciones ha estado presente desde hace tiempo, por ejemplo, en el mundo de los videojuegos se lleva empleando para permitir a los usuarios de consola jugar online. Sin embargo, la aparición de los smartphones y smart TV ha hecho que este modelo de negocio se haya extendido en muchos otros sectores, estando a la orden del día en prácticamente cualquier aplicación.
El aumento de precio
La inflación está teniendo un impacto directo en los patrones de gasto de los consumidores, al tiempo que está aumentando los costes para las empresas, según el informe. Por tanto, y al igual que sucede con otros productos, el precio de las suscripciones se ha encarecido provocando que los usuarios comiencen a darse de abaja.
El informe señala que "debido a las presiones inflacionistas, los consumidores han empezado a recortar servicios por suscripción, pues a la subida de precios generalizada se suma también el de estos servicios". En el estudio, las personas que se dieron de baja de un servicio de suscripción citaron "el precio" como la razón más importante por la que la cancelaron.
Desde que las plataformas de vídeo bajo demanda llegaron a España, como Netflix, HBO Max, Amazon Prime Video y Disney Plus, el precio de cada una de ellas se ha encarecido en una media de 18,36 euros al año, según otro informe de Kelisto. Esto significa que este incremento es tres veces superior al aumento del IPC desde que comenzaron a operar en el país.
Esto se ve reflejado en el caso de Netflix. La plataforma se lanzó en España en octubre de 2015 a un precio de 7,99 euros al mes para su tarifa más básica, que casi siete años después ha aumentado su coste en 10 euros. Lo que le ha llevado a perder usuarios en el último año.
Además de para ahorrar dinero, otros motivos por los que se están reduciendo las suscripciones están en la falta de tiempo para disfrutar de esos servicios y en que algunos consumidores se sienten saturados ante el amplio volumen de contenido y plataformas disponibles.
¿Quién cancela?
El informe refleja que en total hubo 46 millones de cancelaciones de suscripciones en el último año y que los usuarios más jóvenes han sido los primeros en darse de baja de estos servicios.
De hecho, señala que la generación Z, con un 17%, es la primera en la lista de consumidores que han cancelado una suscripción; seguidos por los millennials con un 16%, la generación puente con 14% y, por último, la generación X con un 11%.
Otro detalle interesante del informe es que por primera vez las suscripciones de aplicaciones que no son juegos superan a los que sí lo son, aunque son datos de Estados Unidos. En la actualidad hay al menos una docena de este tipo de apps que tienen un gasto de consumidores que superan los 50 millones, como Netflix; mientras que en 2016 solamente había una.
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