Las freidoras de aire se han vuelto esenciales en muchas cocinas españolas. Este pequeño aparato nos permite disfrutar de nuestros platillos favoritos sin necesidad de usar aceite, lo que las convierte en una opción ideal para quienes quieren llevar una dieta más saludable.
Sin embargo, no todos están contentos con ellas. Algunos usuarios han reportado accidentes, como incendios y quemaduras causadas por el sobrecalentamiento del aparato. Debido a esto, han comenzado a pedir que se retiren de inmediato del mercado, e incluso han iniciado campañas para eliminar estas freidoras de aire.
Estas quejas han tomado fuerza en las reseñas online de las tiendas, y, al igual que ocurre con otros productos, varios modelos han sido retirados del mercado por problemas de seguridad. Los competidores más grandes también han aprovechado esta situación, ya que algunos modelos han puesto en riesgo la seguridad de los usuarios.
Tan solo en marzo, más de 280.000 unidades de Insignia fueron retiradas del mercado por sobrecalentamiento por la existencia de un problema en su cableado, y en enero, la marca Newair hizo lo propio con su freidora Magic Chef, retirando 11.700 unidades del mercado por contar con una serie de piezas defectuosas.
No obstante, tal y como recalcan los expertos, no siempre es culpa de los fabricantes que se den este tipo de problemas, pues en ocasiones los fallos tienen que ver con un mal uso o una falta de mantenimiento de la freidora de aire. A pesar de todo, aún sigue habiendo una gran demanda y oferta de freidoras de aire, que han adquirido una gran popularidad tanto por ayudar a consumir menos calorías como a cocinar más rápido.
Principales inconvenientes de las freidoras de aire
Las freidoras de aire arrasan en los supermercados, pero hay diferentes fallos que han hecho que se estén retirando muchas unidades de la venta. Entre los fallos que más se han observado en estos pequeños electrodomésticos se encuentran los problemas de calidad en sus componentes, así como en la presencia de sobrecalentamiento, causando en algunos casos que partes de las freidoras se derritan o dejen de funcionar.
Algunos de sus problemas tienen que ver con fallos derivados por un mal uso o por un deficiente o falta de mantenimiento del aparato, pero también hay que hablar de que tiene un elevado consumo eléctrico, que se cifra en un 25% mayor con respecto a una freidora convencional.
Además de gastar más electricidad, tardan más tiempo en cocinar los alimentos, sin olvidar el ruido que genera el ventilador interno que distribuye el calor por la cesta. A ello hay que sumar que, en estos aparatos, existe un mayor riesgo de que los niveles de acrilamida sean más altos, siendo esta una sustancia química que se produce de forma natural en productos que tienen almidón y que se genera en los habituales procesos de cocinado.
Por otro lado, este tipo de aparatos también presentan problemas de calidad, siendo el principal los problemas de sobrecalentamiento de sus componentes, hasta el punto de que hay unidades que incluso se han incendiado. En estos casos, habitualmente se sobrecalentaban asas y vidrios hasta que estos se rompían o quemasen, mostrando así importantes fallos en el nivel de calidad de construcción.
No obstante, todo depende de cada modelo y marca, siendo normal que las freidoras habitualmente funcionen como deben. Sin embargo, hay que tener cuidado con aquellos modelos que tienen una calidad más baja o que no han sido testados correctamente, pues ahorrar en su compra, puede llegar a ser peligroso para el hogar y para los propios consumidores.
En lo que respecta a los fallos más comunes provocados por un mal mantenimiento, se acumulan principalmente en la electrónica y en la resistencia de estos aparatos. Si esta última se ensucia mucho y se sigue usando, podría dejar de funcionar e incluso provocar problemas en el circuito interno de la máquina. Por lo tanto, se recomienda limpiarla tras cada uso, esperando a que esté fría.
Para hacerlo, es aconsejable utilizar una esponja o un estropajo no abrasivo ligeramente humedecido, que no suelte agua, para que, una vez que se haya desincrustado la suciedad de la resistencia, hay que secar con una bayeta seca.
El usuario también puede influir mucho a la hora de causar fallos, más allá de una falta de mantenimiento, y que habitualmente tienen que ver con errores como poner demasiada comida en la canasta de la freidora.
Poner demasiada cantidad de comida en la cesta hará que los alimentos no se cocinen bien, llevando a que el electrodoméstico se caliente más y tenga que funcionar durante más tiempo. Asimismo, cargarla demasiado podría provocar que la comida entre en contacto con el ventilador e incluso con su resistencia, con el riesgo que ello supone.
En todo caso, hay que tener en cuenta que, si se compra una freidora de aire de calidad y se siguen las instrucciones del fabricante en lo que respecta a su uso y su mantenimiento, lo más habitual es que no den problemas en su funcionamiento o al menos estos no sean peligrosos.