La semana pasada, Apple revelaba uno de sus nuevos productos bajo una gran expectación y asombro por sus grandes cualidades. Las Vision Pro sus primeras gafas de realidad aumentada, que desafían a la competencia en numerosos aspectos, cargadas de tecnología y con nueve meses por delante para el desarrollo de un amplio catálogo de funciones y contenidos. No obstante, las críticas más fuertes se han centrado en su precio, el cual podría ser más bajo en adelante, con el lanzamiento de una versión más económica y sencilla, destinadas a llegar a más usuarios.
El analista especializado en Apple, Mark Gurman ha reiterado en su columna de Bloomberg, los esfuerzos de Apple por crear unas gafas de realidad aumentada más asequibles. Las Vision Pro se han presentado al mundo con el precio de 3.499 dólares, un coste importante en comparación con los 569,99 euros que costarán las Meta Quest 3 cuando lleguen a España, mientras que las Hololens 2, también para profesionales cuestan 3.649 euros.
Según indica Gurman, Apple valoró no revelar el precio hasta la salida a la venta, pero terminó comprendiendo que mantenerlo en secreto haría más potentes las especulaciones. El apellido Pro que lucen estas gafas revela que se trata de un producto destinado a profesionales, un modelo superior, que abre la puerta a versiones más sencillas en el futuro. Esto es precisamente en lo que está trabajando la compañía, unas gafas más modestas y económicas para llegar a más usuarios, pero que no darán el salto a la esfera pública hasta dentro de 2 años, para finales de 2025.
¿Cómo reducir el precio?
El precio de 3.499 dólares de las Vision Pro es igual o cercano al coste de fabricación que asume Apple y en la tecnología que incorpora radica ese gasto. Los tres componentes más caros de las gafas serían su conjunto de cámaras y sensores, sus dos chips de silicio y las pantallas gemelas de realidad virtual micro-OLED 4K que hay frente a cada ojo. Precisamente los elementos que se modificarían para rebajar el precio final del equipo.
Esta versión más económica se podría denominar Apple Vision o Vision One. Se utilizarían pantallas de menor calidad, chips destinados a un iPhone o Mac antiguo y un menor número de cámaras para controlar el entorno que rodea al usuario, así como sus gestos con las manos. Incluso podrían renunciar a la cámara 3D que recoge la escena frontal y pasar a un ajuste IPD físico en vez de automático, es decir, la distancia entre las pupilas.
Otra modificación esperable estaría en el audio, que dependería de usar AirPods para poder disfrutar del audio espacial en lugar de los altavoces que integran las gafas. Con estos cambios, Gurman calcula que la empresa podría reducir el precio en unos cientos de dólares. No obstante, hay otras opciones en las que no parecen interesados a renunciar como la pantalla externa conocida como EyeSight que muestra los ojos del usuario para conectar con las personas de su entorno, este elemento del que prescinden las gafas de la competencia es la apuesta de Apple para evitar que su tecnología sea acusada de aislar a las personas.
Otro elemento indispensable sería el seguimiento de ojos y manos que permite navegar con fluidez por el sistema sin mandos físicos y que ha recibido buenas críticas de los pocos usuarios que ya han podido probarlas. Por otro lado, la compañía ya trabaja en la segunda generación de las Vision Pro que mejorarán en rendimiento, dos estrategias para crear una gama amplia de modelos en el futuro adaptándose a todas las necesidades del mercado como ocurre con los iPhones o los Mac.
El coste de las Vision Pro
"Si compro un televisor de última generación, un sistema de sonido envolvente, un ordenador potente con múltiples pantallas de alta definición, una cámara de gama alta y más, aún no se hubiera acercado a lo que ofrece Vision Pro", justificaba así el precio Mike Rockwell, el máximo ejecutivo de Apple a cargo del proyecto. No obstante, el conjunto que describe podría servir para consumir contenido en grupo, en familia, mientras que las Vision Pro son de uso individual.
Apple ha presentado estas gafas, tras años de desarrollo en secreto, en el WWDC 2023 ante su comunidad de desarrolladores, para abrir la oportunidad de crear otras aplicaciones, contenidos y experiencias de AR en los próximos meses. Antes de que las gafas lleguen al público final, periodo en el que sus cualidades se seguirán puliendo. También cuenta la compañía con tiempo para conocer mejor qué opciones valoran más sus consumidores y qué funciones no son tan apreciadas y a las que pueden renunciar.
En este tiempo, es posible que Tim Cook se anime a usar las Vision Pro, el CEO de Apple todavía no se ha mostrado en público con las gafas puestas al contrario que ocurre con el Apple Watch o los iPhone nuevos. Gurman explica que es una estrategia para cuidar la imagen de sus directivos y que no se conviertan en un meme con este voluminoso y distópico producto en la cabeza. Aunque también puede significar que Apple tenga reservas sobre el diseño del dispositivo, el a cual quizá cambie ligeramente en los próximos meses.