Las temperaturas de este verano en España están alcanzando récords de calor que suponen un riesgo alto para la salud de las personas, pero también son un peligro para el funcionamiento de los dispositivos. Los ordenadores son aparatos que sufren con el calor y pueden dar señales de que algo no va bien si su rendimiento baja bruscamente.
Ahora que el teletrabajo se está asentando en el día a día de muchos españoles, surge la posibilidad de trabajar en el jardín o la piscina. No obstante, esa postal idílica puede acabar siendo una situación de estrés para el ordenador portátil y acortar su vida útil.
Al igual que las personas se protegen de golpes de calor o exposiciones al sol prolongadas, los aparatos electrónicos también necesitan un cuidado y mantenimiento ante este clima extremo que puede ser el verano. Aquí tienes algunos consejos para cuidar tu ordenador en una ola de calor.
Detectar que hay un problema
Saber si el ordenador se está calentando en exceso es más fácil de lo que parece. Para empezar es posible notarlo con las manos, sobre todo cuando se está cargando, el portátil puede desprender bastante calor. También hay herramientas como Core Temp que permiten controlar esa temperatura con exactitud.
Al ser modelos más compactos para poder transportar a cualquier parte, los portátiles tienen menos espacio que los ordenadores de mesa. Los componentes se encuentran a menos distancia y transmiten calor los unos a los otros.
Hace años ese diseño más delgado generaba bastantes problemas de sobrecalentamientos. De ahí, que los fabricantes diseñaran un sistema para mantener los equipos en un límite de temperatura aceptable y evitar que se estropearan antes de tiempo.
Esto es lo que se conoce como Thermal Throttling, una función que reduce el rendimiento de los componentes si detecta que se están calentando en exceso. Por este motivo, si el ordenador se calienta mucho, es posible notar una caída brusca del rendimiento de la máquina.
Para evitar perder fuerza de trabajo, además de conservar en buenas condiciones la máquina y que dure muchos años, es importante mantenerla lejos del calor en estos días en los que el clima juega malas pasadas.
Trabajar en lugares ventilados
Aunque se quiera trabajar al aire libre o dentro de casa, es importante buscar un lugar con buena ventilación y a la sombra. Los ordenadores cuentan con sus propios sistemas de ventilación, más o menos potentes según el modelo y tipo de dispositivo.
No obstante, para mantener fresco el interior del aparato, ayuda a que la temperatura exterior sea más baja. Por eso es interesante acondicionar el escritorio para que el dispositivo sea el único aparato que dé calor de la mesa.
Es interesante evitar trabajar cerca de otros aparatos que también desprendan calor, como una televisión o en la cocina donde se enciende el horno, incluso cerca de ventanas en las que dé mucho el sol.
No tapar las rendijas
Para que los sistemas de ventilación de los ordenadores, ya sean de mesa o portátiles, funcionen correctamente hay que mantenerlos limpios y libres. Evitando que se acumule mucho polvo encima de la máquina, reducimos la posibilidad de que se obstruyan las rendijas de ventilación con suciedad.
Tampoco es conveniente taparlas con materiales que den calor, como tejidos. Pongamos que se está trabajando en la piscina, es importante no dejar tapado el ordenador con la toalla y a pleno sol.
Descansar a ratos
Si se percibe que el dispositivo está alcanzando una temperatura excesiva, un buen truco es dejar descansar el ordenador y que se enfríe durante un rato. Por supuesto, a la hora de apagarlo o dejarlo suspendido durante un rato, incluso si ya ha terminado la jornada laboral, el dispositivo es mejor guardarlo en un lugar fresco, para potenciar que su temperatura disminuya lo antes posible.
Tareas sencillas
Si se presta atención es posible detectar fácilmente cuándo está trabajando con más intensidad un ordenador, con qué tareas necesita más consumo de energía y cuándo su temperatura aumenta por sí sola. Consultar el correo o leer un documento no son actividades muy exigentes, pero editar vídeos, fotografías o jugar a videojuegos, puede ser una carga importante.
Aunque el dispositivo cuente con un equipo potente para hacer frente a esas actividades más intensas, cuando el dispositivo está trabajando al máximo o se está cargando, la temperatura interior es normal que aumente. Si se quiere utilizar en zonas de mucho calor, es recomendable limitarse a tareas menos exigentes.
Usar equipos con buena ventilación
Si el ordenador es muy antiguo el sistema de ventilación puede no ser suficiente para mantener en buenas condiciones los componentes del interior. Es un buen motivo para plantearse renovar el equipo a un modelo más moderno que aporte más rendimiento al mismo tiempo que vigila la temperatura interna.
Algunos modelos incluso cuentan con diseños que permiten mantener inclinado el teclado para que el aire pase por debajo y refresque el equipo. Ejemplo de ello es el Zenbook 14 de Asus que deja espacio entre la mesa y su carcasa trasera.
Si con estos consejos, se percibe que los problemas de sobrecalentamiento persisten, es importante pedir ayuda técnica para averiguar por qué el dispositivo no está trabajando como debería. Sobre todo ante modelos modernos que están mejor diseñados para soportar el calor.
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