Los wearables son cada vez más comunes, especialmente los relojes inteligentes como el Apple Watch. Normalmente, se caracterizan por su mayor eficiencia energética, lo que les permite seguir funcionando incluso con poca batería.
Pero puede que en el futuro, no sea necesario siquiera llevar una batería: nuestro propio cuerpo se encargaría de generar la energía necesaria. El último intento de convertir al usuario en una batería eléctrica viene de un grupo de investigadores de la Universidad de Colorado.
Su último proyecto consiste en un anillo, un dispositivo que podemos ponernos en un dedo y que no ocupa mucho incluso en su versión de prototipo; pero que es capaz de obtener energía directamente del cuerpo. Pero a diferencia de otros productos como el reloj inteligente Sequent, no usa los movimientos del cuerpo.
Anillo que obtiene energía
El anillo se basa en la tecnología termoeléctrica, es decir, en convertir el calor en electricidad; ese es uno de los campos que más potencial ha ganado en los últimos años, especialmente en el desarrollo de nuevos paneles solares capaces de obtener energía de noche.
La termoelectricidad consiste en aprovecharse de los cambios de temperatura para generar electricidad; en el caso concreto de este anillo, se aprovecha la diferencia de temperatura entre el cuerpo del usuario y el aire que nos rodea. Los pequeños generadores termoeléctricos del dispositivo están integrados en una base de poliamina, conectados con cables de metal líquido.
Esta superficie es capaz de generar un voltio por cada centímetro cuadrado de piel que cubra; no parece mucho, pero los investigadores creen que será suficiente para hacer funcionar dispositivos como pulseras de actividad o relojes.
Futuro de los wearables
Lo interesante es que, con esta tecnología, un wearable no precisaría de una batería para funcionar; al menos, los más simples inicialmente. El mayor potencial que tiene es que estos generadores pueden unirse entre sí fácilmente, aumentando la electricidad generada de manera directa; calculan que un dispositivo en la muñeca podría generar unos cinco voltios.
La base sobre la que están los generadores es básicamente una piel electrónica, basada en nanopartículas de plata que es capaz de repararse por si sola gracias a la facilidad con la que se forman las uniones químicas de sus componentes y a la energía obtenida por el propio dispositivo. Además, el dispositivo es completamente reciclable.
El siguiente paso será crear dispositivos más baratos y fiables, que se puedan integrar en los futuros wearables.
Hasta ahora, las principales aplicaciones de la termoelectricidad han estado en el sector de los ordenadores, donde hemos visto refrigeración termoeléctrica capaz de bajar la temperatura de los componentes.
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