Elon Musk, al rescate. Tras meses de incertidumbre y algún que otro susto, los dos astronautas que la Starliner llevó a la Estación Espacial Internacional y han quedado allí 'atrapados' debido a los fallos de la nave de Boeing, empiezan a ver más cerca el final de su aventura. La misión Crew-9 de SpaceX rumbo a la ISS ha partido hoy a las 19:17 hora peninsular de España, tras varios retrasos, el último provocado por una tormenta tropical que obligó a llevar el cohete Falcon 9 de vuelta al hangar.
El cohete despegó desde el Complejo de Lanzamiento Espacial-40 de la Estación Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, con sólo dos especialistas, en lugar de los 4 habituales. A bordo de la cápsula Crew Dragon viajan Nick Hague, astronauta de la NASA y Aleksandr Gorbunov, cosmonauta de Roscosmos, la agencia espacial rusa. La misión, concebida inicialmente como una rotación más para la tripulación de la ISS (el relevo de unos astronautas por otros), se ha convertido en una misión de rescate tras los sucesivos problemas sufridos por la Starliner.
Dos astronautas de la NASA, la rookie Zena Cardman y la veterana Stephanie Wilson, se han quedado en tierra para ceder sus asientos a Butch Wilmore y Suni Williams, que inicialmente sólo iban a pasar 10 días en el espacio y ya llevan meses, ya que no regresarán hasta febrero de 2025 a bordo de esta cápsula Crew-9 de SpaceX. Por su parte, Hague y Gorbunov desempeñarán la labor habitual de los 'habitantes' de la estación espacial, la realización de experimentos y mejoras en los sistemas de la ISS junto al resto de tripulación.
A bordo de la cápsula también viajan simuladores de masa en los dos asientos vacíos para no desviar el centro de gravedad de la nave durante el lanzamiento y dos trajes de SpaceX para Willmore y Williams, ya que los que utilizaron en su vuelo de ida no son compatibles con la Crew Dragon en la que tendrán que regresar.
El cambio de tripulación de la Crew-9 se decidió en agosto, después de que la NASA y Boeing pasaran meses examinando conjuntamente la nave Starliner, cuyo último problema con el sistema de propulsión a la hora de acoplarse a la ISS sembró de dudas tanto a la agencia espacial como a la empresa.
Willmore y Williams fueron reasignados a nuevas tareas en la Estación Espacial Internacional mientras su misión inicial se ampliaba, para participar en nuevas pruebas y experimentos. Finalmente, la NASA decidió que el riesgo era demasiado alto para que volvieran en la Starliner y la nave regresó sin tripulación el 6 de septiembre. Esto supone un nuevo logro para SpaceX, que se va quedando sin competidores a la hora de cubrir las necesidades del programa de tripulación comercial de la NASA.