Todas las alarmas saltaron en Israel en mitad de la madrugada de este domingo, hora peninsular española. Los servicios de inteligencia de Netanyahu detectaron que Hezbolá se encontraba ultimando un ataque extensivo contra su territorio y planificaron, de urgencia junto con la Fuerza Aérea, un bombardeo preventivo contra las posiciones del grupo terrorista en el sur del Líbano.
Las Fuerzas de Defensa israelíes "consiguieron frustrar un ataque mucho mayor" con esa operación aérea a gran escala, según indicaron. En ella estuvieron involucrados un total de 100 cazas con los que consiguieron hacer blanco en, al menos, 40 sitios de lanzamiento de cohetes y misiles de Hezbolá en esa misma región.
"Desde justo al lado de las viviendas civiles en el sur del Líbano podemos ver que Hezbolá se está preparando para lanzar un ataque extensivo contra Israel", según publicó el Ejército de Netanyahu. "Advertimos a los civiles ubicados en las áreas donde opera Hezbolá que se alejen del peligro inmediatamente por su propia seguridad".
"Los ataques destruyeron miles de cañones de lanzamiento, dirigidos principalmente al norte de Israel, pero también a algunas áreas centrales" del país, continuó el propio ejército. Por su parte, Hezbolá desmintió esa declaración e indicó que su ataque se llevó a cabo según lo planeado originalmente, por lo que la misión preventiva israelí no habría surtido el efecto deseado.
Poco después del sobrevuelo del centenar de cazas en la región controlada por Hezbolá, las sirenas de advertencia irrumpieron en la noche de la zona más norteña de Israel, según recoge Reuters. Se escucharon múltiples explosiones mientras la Cúpula de Hierro —el sistema antiaéreo de defensa— derribaba la munición proveniente del sur del Líbano.
El grupo terrorista libanés lanzó más de 320 proyectiles que alcanzaron, al menos, 11 bases militares tanto en territorio de Israel como en los disputados Altos del Golán, posiciones de artillería y cuarteles militares. Por el momento, no ha trascendido qué tipo de munición exacta ha empleado Hezbolá, aunque todo apunta a que ha sido una combinación de drones kamikaze y cohetes.
"Estamos decididos a hacer todo lo posible para defender nuestro país, devolver a los residentes del norte a sus hogares sanos y salvos y seguir manteniendo una regla simple: quien nos haga daño, nosotros le haremos daño", fijo el primer ministro Benjamin Netanyahu en un comunicado.
Ha sido el intercambio de fuego entre Israel y Hezbolá más importante en las últimas dos décadas y se ha producido sólo unas horas antes de que se reanudaran las conversaciones en El Cairo (Egipto) para la paz en la Franja de Gaza.
La Fuerza Aérea israelí es una de las más potentes, numerosas, modernas y avanzadas de la región. Su núcleo de aeronaves de ataque se alimenta de plataformas estadounidenses como el F-35, F-16 y F-15 todos ellos especialmente modificados con tecnología propia para adaptarse a sus necesidades particulares. Las Fuerzas de Defensa no detallan qué modelos han participado en el ataque de la madrugada del domingo, aunque seguramente haya sido una combinación de los tres modelos como acostumbran a realizar en las operaciones de incursión.
La joya de la corona
Israel fue el primero en adquirir el F-35 fuera de los 8 países que participaron en su desarrollo y el segundo, sólo después de EEUU, en ponerlo a prueba en un entorno de conflicto real. De hecho, Tel Aviv se convirtió en un cliente preferente para Washington y permitió realizar algunos cambios en sistemas clave de la aeronave. No sin la protesta de los otros participantes y clientes que tienen prohibido ejercer cualquier cambio, por mínimo que pueda parecer.
Tanto fue así que la rama aérea de las Fuerzas de Defensa israelíes disponen de una denominación propia: F-35 Adir. Que demuestra ser una variante muy diferenciada respecto al modelo convencional que sirve ya en algunos países de todo el mundo. "Los principales cambios incorporados incluyen pantallas montadas en el casco, funcionalidades de enlace de datos que se adapta a las necesidades de Israel y mejoras adicionales realizadas en las capacidades de recopilación y procesamiento de datos", según explica la analista Maya Carlin, en National Interest.
Dentro de esta última categoría se incluye el sistema de guerra electrónica Mighty One, "que garantiza que este avión mantendrá una ventaja sobre sus homólogos enemigos", recalca Carlin. El particular escenario de grupos proxy —como Hamás o Hezbolá— que no cuentan realmente con capacidades aéreas convierte en necesidad el disponer de una herramienta personalizada.
"Los sistemas de guerra electrónica de última generación son capaces de discernir y eliminar conflictos del espectro para identificar frecuencias [electromagnéticas] hostiles y amenazantes", indica en este caso el experto en defensa Kris Osborn. También para "lograr interferir o desactivar las comunicaciones enemigas o los sistemas de guiado de armas".
Según los últimos datos de Flight Global, Israel cuenta con una flota de 39 cazas F-35 en activo y otros 36 pedidos pendientes de recibir por parte de Lockheed Martin. Hace sólo un par de semanas, la administración Biden aprobó la venta de las últimas 25 unidades junto a un paquete armamentístico de más de 2.000 bombas: 1.800 MK 84 y 500 del modelo MK 82.
La MK 84 tiene un peso nominal de 900 kilogramos y es una de las más utilizadas como base para incorporar los sistemas de guiado que mejora su precisión a la hora de ejecutar ataques. Por otro lado, la MK 82 tiene una masa de 227 kilogramos y también puede incorporar algunos kit de guiado por láser.
Un F-16 particular
Los cazas de este modelo son los más numerosos dentro de la Fuerza Aérea de Israel. Según los últimos datos publicados, disponen de un total de 175 unidades en servicio dentro de los cuales existe una variante muy concreta y especialmente diseñada para cumplir con las necesidades del país.
Al igual que ocurre con el F-35 del punto anterior, el Ejército israelí consiguió el permiso de Estados Unidos —país fabricante— para modificar a conveniencia la plataforma e incluir sus propios sistemas. El contrato de venta se firmó en el año 2000 y la variante en cuestión es la denominada F-16I Sufa, tormenta eléctrica en hebreo.
El primer lote de este modelo llegó a Israel en 2004 y, entre las particularidades, se encuentra con que está equipado con tanques de combustible con un 50% más de capacidad, lo que le permite mayor rango operativo y transportar más carga en forma de munición.
La ubicación de los tanques internos permite que los anclajes de debajo de las alas más pegados al fuselaje de la aeronave se puedan utilizar para llevar armamento, en lugar de pods con combustible extra. Esta variación, por sí sola, duplica la capacidad de armas aire-superficie del Sufa, según The National Interest.
Cuenta con una carlinga con dos asientos y se trata de una actualización mayor respecto al F-16 Block 52 en el que se basa. Aproximadamente el 50% de la aviónica está remplazada por desarrollos israelíes, incluyendo algunos sistemas clave como el que lanza señuelos como contramedida.
La compañía israelí Eibit Systems fabricó los cascos para los pilotos, el HUD para mostrar información, los ordenadores de misión y la pantalla con el mapa digital. El F-16I puede lanzar el misil aire-aire guiado por infrarrojos modelo Phyton 5 fabricado por Rafael.
Sin embargo, la modificación más significativa realizada en el F-16I se encuentra en su conjunto de guerra electrónica y aviónica, según explican en el mismo medio. El Sufa incorpora sistemas de alerta de radar y capacidades de interferencia, incluido un sistema para autoprotegerse de las mismas.
El F-16I Sufa se encuentra operativo en la Fuerza Aérea israelí desde hace dos décadas y "sigue siendo un activo fundamental". En 2021, durante un conflicto entre Israel y Hamás en Gaza, el Sufa llevó a cabo la mayoría de los ataques aéreos a la red de túneles y otros depósitos de armas.
El F-15 más moderno
El F-15 es una de las plataformas más longevas del mundo de la aviación militar que todavía se encuentra en plena forma. Levantó por primera vez el vuelo en 1972 y muy poco después se incorporó en la Fuerza Aérea de Estados Unidos, donde permanece en activo a través de las versiones y variantes que han ido apareciendo en los últimos años.
La aeronave nació al calor de la compañía estadounidense McDonnell Douglas, una de las más importantes de la última mitad del siglo pasado y que se integró en Boeing a finales de los años 90. Israel opera el F-15 desde el año 1977, siendo uno de los primeros clientes, y en la actualidad su flota la componen un total de 71 aparatos distribuidos entre las versiones de la siguiente manera: 38 F-15A, 6 F-15B, 16 F-15C y 11 F-15D.
El éxito del caza tanto dentro de Estados Unidos como en el plano de las exportaciones ha hecho que Boeing continúe mejorando la plataforma hasta hoy. La última versión del caza es la denominada F-15EX Eagle II y se ha coronado como una de las que mejor relación precio/capacidad ofrece de todo el mercado.
Las buenas relaciones entre Estados Unidos e Israel quedan también patentes a la hora de conceder acceso total a la aeronave para integrar sus propios sistemas. Esta particularidad da como resultado el modelo F-15IA, que emplea la misma plataforma que Eagle II con adiciones locales. Es algo similar a lo que ocurre con el F-35 Adir, en el que los ingenieros israelíes aportan parte del interior del aparato.
Hace sólo unos días y como parte de un macro contrato aprobado por Estados Unidos, Israel firmó la compra de un total de 50 cazas F-15 de la última versión disponible por 18.000 millones de euros. Las primeras unidades se entregaron a la Fuerza Aérea estadounidense el pasado junio mientras que las israelíes tendrán que esperar hasta el 2029. Además, dentro del contrato figuran 25 kits de conversión al F-15IA, por lo que Israel actualizará alguno de sus aparatos actuales a este nuevo estándar.
El lote también incluye un total de 120 motores F110-GE-129, 90 procesadores de núcleo de pantalla avanzados para mejorar la aviónica, 75 radares de barrido electrónico y 50 pods de navegación que mejoran el vuelo a baja cota durante la noche o con malas condiciones meteorológicas.
Además de los sistemas electrónicos de a bordo, desde Boeing también apuntan a una mejora sustancial de la maniobrabilidad, aceleración, durabilidad, de la capacidad de computación y del equipamiento de armamento. En su versión estadounidense, el F-15EX integra una suite completa de guerra electrónica que no está en la lista de adquisiciones de Israel. Se trata de un sistema dedicado a detectar y contrarrestar amenazas tanto aéreas como en superficie en entornos de alta densidad de señales.
En cuanto a capacidades técnicas, el avión cuenta con un par de motores capaces de catapultar al piloto a más de 2.600 kilómetros por hora con una autonomía de combate de 1.200 kilómetros. También destaca su larguísima lista de armamento compatible, fruto de las prácticamente 5 décadas que la plataforma lleva vigente.
Entre los misiles que puede llevar se encuentra el AIM-120 AMRAMM, del que Israel ha adquirido 30 unidades. Este modelo lleva operativo desde los años 90, pesa 161 kilogramos y mide 3,65 metros de largo. En las versiones más avanzadas, supera los 4.000 km/h de velocidad máxima con un alcance de 180 km.