Starship, el cohete más grande jamás construido y obra de SpaceX, la empresa aeroespacial de Elon Musk, ha despegado con éxito y ha llegado a órbita en su tercer lanzamiento de prueba, aunque se ha perdido durante su reentrada en la atmósfera. Una nave que ha salido desde las instalaciones de Boca Chica, en Texas (Estados Unidos), en torno a las 14:25 hora de España peninsular del jueves 14 de marzo. Este tercer ensayo llega tras los realizados en abril y en noviembre del año pasado, donde en ambos casos acabó explotando en el aire.
Un intento que ha sido un éxito, ya que Starship ha despegado en apenas unos pocos segundos con los 33 motores Ratpor del propulsor Super Heavy encendidos. Un módulo que, a los pocos minutos en el aire y a una altitud de 72 km, ha logrado separarse durante la primera etapa del lanzamiento para regresar a la Tierra y caer en el mar. A los doce minutos, con Starship en el espacio, han comenzado las maniobras clave de este intento, como es la apertura de la puerta del cohete y la transferencia de combustible en pleno vuelo.
Tras la separación, Starship ha comenzado el trayecto de casi una órbita alrededor del planeta. Durante el vuelo ha habido pérdida de comunicaciones, algo que era previsible, y según SpaceX, el propulsor del cohete, ha entrado en "una fase costera", lo que podría ser una señal de que ya aterrizó. A los 47 minutos del despegue el cohete ha comenzado con su reingreso a la atmósfera de la Tierra para amerizar en el océano Pacífico. Aunque la compañía ha confirmado que el cohete se perdió durante dicha reentrada; presumiblemente quemándose, desintegrándose durante el reingreso o estrellándose en el mar.
De esta manera, la nave ha llegado más lejos en comparación con las otras dos ocasiones nateriores. El tercer lanzamiento de Starship ha durado mucho más, pero no tuvo luz verde hasta un día antes de la fecha fijada por la empresa del magnate, momento en el que la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ofreció la licencia de vuelo a la compañía de Elon Musk. Aun así, las condiciones climatológicas, que mejoraron horas antes del despegue, también provocaron cierta incertidumbre en cuanto a si se terminaría realizando este ensayo.
Un vuelo de prueba que finalmente ha tenido lugar; aunque el despegue del gigantesco cohete se ha tenido que retrasar un poco sobre su hora inicial -prevista para las 13:00 hora de España peninsular- debido al viento y a la presencia de barcos en el golfo de México -lugar marcado para el regreso del propulsor Super Heavy-, y que se han tenido que retirar por su seguridad.
Cambios en Starship
Starship es un gigantesco sistema de transporte reutilizable compuesto por el propulsor Super Heavy de 33 motores Raptor y la nave en sí, con seis motores; diseñado para llevar tanto tripulación como carga a la órbita terrestre, y ayudar a la humanidad a regresar a la Luna en 2026 y, en última instancia, viajar a Marte y más allá. Un cohete de grandes dimensiones, con una altura de 122 metros y un diámetro de 8 metros, que puede cargar de 100 a 150 toneladas métricas de carga, llegando a poder extenderlas hasta las 250 toneladas.
En este tercer lanzamiento la enorme nave ha volado en una nueva trayectoria, amerizando en el océano Índico, en lugar de en el océano Pacífico, como en los anteriores ensayos. Una modificación de la ruta que ha permitido a la compañía de Elon Musk probar nuevas técnicas, como la quema de motores en el espacio, al tiempo que se aumenta la seguridad pública. Además, cabe indicar que en esta ocasión ni el Super Heavy ni el cohete van a ser recuperados.
Para este nuevo lanzamiento SpaceX realizó una serie de modificaciones en Starship con el objetivo de mejorar la protección contra incendios, la reducción de fugas y las operaciones refinadas asociadas a la ventilación del propulsor para aumentar la confiabilidad. Incluso la compañía de Elon Musk puso en marcha todo lo aprendido con el primer y segundo vuelo de prueba de su cohete, que terminaron explotando.
En el primero de ellos, no consiguieron separar las dos partes del vehículo, por lo que Starship comenzó a girar sin control y se activó el comando que hizo que, por razones de seguridad, explotara a los cuatro minutos del despegue; llegando a autodestruirse. Mientras que el segundo intento fue mejor, logrando separar correctamente las dos partes de la nave. Sin embargo, aquí fallaron varios motores y a los ochos minutos de vuelo se produjo una explosión debido a una fuga de oxígeno líquido durante la ventilación.
SpaceX ha señalado que con este tercer lanzamiento tenían en mente alcanzar una serie de objetivos, entre los que se incluyen el éxito del encendido de ascenso de ambas etapas, la apertura y cierre de la puerta de carga útil de la nave, una demostración de transferencia de propelente durante la fase de crucero de la etapa superior, el primer reencendido de un motor Raptor en el espacio, y una reentrada controlada de la Starship.
La compañía de Elon Musk también ha aclarado en X, red social conocida antiguamente como Twitter, que aunque este ensayo no haya sucedido en un laboratorio, "es absolutamente una prueba", por lo que con ella conseguirán "datos invaluables para continuar con el rápido desarrollo de Starship"; como información sobre el reingreso a velocidades hipersónicas, o más de 5 veces la velocidad del sonido. Incluso han aclarado que "este enfoque de desarrollo rápido e iterativo ha sido la base de todos los principales avances innovadores de SpaceX, incluidos Falcon, Dragon y Starlink".