La madrugada del 27 de septiembre de 2022 ocurrió algo histórico. Por primera vez, la humanidad logró desviar con éxito la trayectoria de un asteroide, probando la eficacia de un sistema de Defensa Planetaria que busca proteger nuestro planeta de meteoritos potencialmente peligrosos. Se trata de la misión DART de la NASA, que se saldó con éxito gracias al brutal impacto que arrojó al espacio 1.000 toneladas de roca y dejó una espectacular imagen que pudimos ver desde España.
A 11 millones de kilómetros de la Tierra, la sonda DART (siglas de Double Asteroid Redirection Test) chocó deliberadamente a 23.000 km/h contra Dimorphos, la luna de un sistema binario junto a Didymos, acortando su periodo orbital en 33 minutos. La propia sonda y otros instrumentos como los telescopios espaciales James Webb y Hubble recogieron datos de los asteroides antes y después de la colisión, pero aún falta la confirmación definitiva sobre la composición de Dimorphos y el efecto del choque sobre su estructura y superficie.
Ahora, un artículo publicado en Nature Astronomy ofrece una nueva perspectiva del resultado del impacto cinético a través de simulaciones por ordenador. Según este método, en lugar de dejar un cráter, la misión habría supuesto una remodelación completa de Dimorphos, que "es potencialmente un débil montón de escombros formado por material desprendido del asteroide Didymos".
Modelos matemáticos
La investigación, dirigida por la investigadora Sabina Raducan, de la Universidad de Berna (Suiza), se basó en la modelización del impacto de DART gracias a un avanzado código de física de choques. Para alimentar este modelo matemático, Raducan y su equipo utilizaron restricciones realistas sobre las propiedades mecánicas y de composición del asteroide basadas en los resultados iniciales de la misión.
Según estas simulaciones por ordenador, todo parece indicar que Dimorphos carece de grandes rocas en su superficie y está formado actualmente por el desprendimiento rotacional y la reacumulación del material eyectado de Didymos. La cohesión de estos escombros es débil, similar a la de otros célebres asteroides como Bennu y Ryugu, estudiados en profundidad gracias a otras misiones espaciales que incluso han recogido muestras de sus respectivas superficies.
El trabajo de los investigadores liderados por Raducan indica que el resultado final de la misión DART no habría sido un cráter superficial provocado por el impacto, sino una reestructuración completa de la luna, en un proceso que se conoce como "deformación global".
Estos hallazgos implican, según los autores del estudio, "nuevas perspectivas sobre la formación y las características de los asteroides binarios". Su importancia es fundamental a la hora de diseñar nuevas misiones de desviación de asteroides similares a DART y es un avance de lo que ofrecerá la sonda Hera de la ESA, que cuenta con tecnología fabricada en España.
Hera, la sonda con sello español
La misión Hera, cuyo lanzamiento está previsto para octubre de este año y llegará a Dimorphos y Dydimos en 2026, busca recopilar datos tan importantes como la masa, dimensiones, forma, densidad, volumen, porosidad, distribución y forma del material superficial de ambos asteroides. Con todo esto, los científicos podrán "determinar la eficiencia de la transferencia del impulso en el impacto [de DART] y poder así escalarlo a diferentes asteroides", según informó Thales Alenia.
El mayor fabricante europeo de satélites tiene sede en España, y ésta será la encargada de proporcionar componentes esenciales como el sistema de comunicaciones y la unidad de distribución y acondicionamiento de la energía de Hera.
Los sistemas de Thales Alenia "permitirán controlar y seguir a la sonda a una distancia de hasta 500 millones de kilómetros", según ha informado la propia compañía. Toda la información que recoja Hera pasará por el sistema de comunicaciones en banda X y se enviará a las estaciones emplazadas en tierra firme. Este apartado corre a cargo de Thales Alenia España, liderando el consorcio compuesto por las divisiones de la compañía en Italia y Bélgica.
"Es apasionante poder formar parte de este experimento histórico para la humanidad para proteger la Tierra frente a colisiones de asteroides", declaró en su día Eduardo Bellido, antiguo CEO de Thales Alenia Space en España. También explicó que la tecnología con sello español proporcionará datos esenciales a los científicos para que puedan establecer una estrategia de Defensa Planetaria a largo plazo.
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