Algunos de los avances más importantes en lo que a despliegue de equipamiento militar refiere se han centrado en la guerra entre Rusia y Ucrania. No obstante, fuerzas militares de España, Estados Unidos o Reino Unido han conseguido sus propios logros de forma paralela. Es el caso de la Royal Navy inglesa, que consiguió despegar el avión no tripulado más grande jamás lanzado desde uno de sus portaaviones.
Así lo detalla la propia Royal Navy en un comunicado, explicando que este dron con nombre en clave 'Mojave' consiguió despegar y aterrizar de manera segura a bordo del HMS Prince of Wales, en una prueba única realizada justo delante de la costa este de los Estados Unidos, en la costa de Virginia.
La nave, que fue tripulada de forma completamente remota en una terminal mediante un ordenador, consiguió realizar la prueba con un éxito abrumador. La Royal Navy define este logro como una oportunidad para allanar "el camino para la próxima generación de poder aéreo naval del Reino Unido".
El dron más grande de la Royal Navy
Hablamos de un vehículo aéreo de tamaño considerable. 9 metros de largo, con una envergadura de 17 metros y un peso de más de una tonelada y media "completamente cargada", según la Royal Navy. La fuerza militar asegura que esta máquina no tripulada es la primera de su tamaño en volar de un portaaviones, quitando el caso de la Marina de los Estados Unidos.
El Mojave es una versión del avión MQ1C Gray Eagle adaptada para despegues y aterrizajes cortos en pistas de reducidísimo tamaño. De hecho, está preparado para pistas y cubiertas de vuelo más pequeñas que las de los portaaviones de clase Queen Elizabeth. Algo destacable, teniendo en cuenta que este avión es seis metros más ancho que un caza F-35B Lightning.
James Parkin, director de desarrollo de la Royal Navy y contraaalmirante responsable del equipo detrás de la prueba del Mojave, asegura que esta es una primicia en Europa. "[Es] la primera vez que un sistema aéreo pilotado remotamente de este maño ha operado hacia y desde un portaaviones". Esto lo corrobora el Second Sea Lord, el vicealmirante Martin Conell.
El propio avión ha sido producido por la firma estadounidense General Atomics, y entre sus capacidades se incluyen la capacidad de realizar misiones de larga duración incluso en altitud media. Está englobado en la misma familia de aviones que el Protector RG Mk1 de la Royal Air Force; aviones pilotados también de forma remota destinados a misiones de vigilancia y ataque de largo alcance.
Hay que aclarar que esta no es la primera vez ni mucho menos que la Royal Navy ha desplegado operaciones con aviones no tripulados. El caso, tal y como admite la propia Royal Navy, reside en que estas operaciones involucraban sistemas diseñados para vuelos de corto alcance destinados a misiones de vigilancia en tierra y mar.
Conell asegura que este era "el siguiente paso lógico para garantizar que la Royal Navy pueda seguir luchando. [...] Estoy encantado de que estemos tomando la iniciativa en un trabajo tan apasionante e importante para liberar el potencial a largo plazo del portaaviones y llevarlo hasta lo más profundo del siglo XXI con una capacidad de ataque muy potente".
La prueba en sí exigió varios meses de planificación por parte de los expertos más brillantes de la Royal Navy, en conjunto con los de General Atomics. El comandante Martin Russell, responsable de las operaciones aéreas a bordo del HMS Prince of Wales, calificó el resultado como un éxito completo, asegurando estar "emocionado y orgulloso" por ser los primeros "en lanzar y aterrizar un Mojave desde un portaaviones".
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