Sólo un día después de marcar la previsible fecha de lanzamiento, tras recibir la autorización de las autoridades de seguridad aérea, SpaceX se ha visto obligada a posponer el segundo ensayo de lanzamiento de Starship por la necesidad de cambiar un componente de última hora. Ahora está previsto que se produzca el despegue este sábado 18 de noviembre a partir de las 13 horas de España peninsular. Será el segundo lanzamiento después de la primera prueba realizada en abril, que acabó estallando en el aire, aunque se pudo considerar un éxito.
La pionera empresa espacial dirigida por Elon Musk, ha anunciado esta noche a través de su perfil de X (antigua Twitter) y de su página web, que tiene previsto el lanzamiento de Starship, el cohete más grande del mundo, a partir de las 7:00 hora local (12:00 GMT) del sábado, con una ventana de lanzamiento de dos horas. De este modo, y tras el reemplazo de un actuador de aleta de rejilla de última hora, la colosal nave espacial encenderá los 33 motores Raptor del lanzador Super Heavy.
Musk está seguro del lanzamiento próximo, tanto es así que el magnate anunció el lanzamiento de la nave antes de tener el visto bueno oficial de la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés). La agencia finalmente dio luz verde hace poco más de 24 horas al lanzamiento del supercohete tras considerar que SpaceX cumplía con todos los requisitos de seguridad, medioambiente, políticas y responsabilidad financiera.
Tras el primer lanzamiento de prueba, el potencial de los cohetes Raptor que impulsa el Super Heavy sorprendió a todos, dejando un erial alrededor con numerosos daños lo que ha provocado que la FAA se haya puesto más exigente con SpaceX instándola a reforzar las medidas de seguridad y contención. La empresa ha cumplido con ellas y ya está lista para marcar la historia aeroespacial.
Se han hecho cambios también en la plataforma de lanzamiento de Starbase, en Texas, para mitigar los efectos de los motores de la primera etapa, y que constituye uno de los aspectos analizados por la FAA tras la primera prueba efectuada en abril. Sin embargo, más allá del sistema de contención, SpaceX ha realizado más de un millar de modificaciones en la nave con la idea de solucionar los problemas del primer vuelo solucionan los problemas detectados en la primera prueba.
Entre ellas una relacionada con el proceso de separación y por el que la segunda etapa, la propia nave Starship, encenderá sus motores durante el mismo proceso de separación, y no después, en aras de conseguir más potencia. Aún así, este segundo intento seguirá probando la tecnología con la idea de perfeccionar el vehículo y detectar más fallos en la nave que aspira a llegar a Marte.
"La primera prueba de vuelo de Starship proporcionó numerosas lecciones aprendidas que contribuyeron directamente a varias actualizaciones tanto del vehículo como de la infraestructura terrestre para mejorar la probabilidad de éxito en vuelos futuros. La segunda prueba de vuelo presentará un sistema de separación de etapa caliente y un nuevo sistema electrónico de control vectorial de empuje (TVC) para motores Super Heavy Raptor, además de refuerzos en la base de la plataforma y un deflector de llama de acero refrigerado por agua, entre muchas otras mejoras", ha explicado la compañía en un comunicado.
La ambición de Starship
La agencia espacial estadounidense se halla muy pendiente de los resultados del vuelo de prueba, en vista de que el Starship será el responsable de llevar a los astronautas de la misión tripulada Artemis III a la superficie lunar, un viaje contemplado en principio para el año 2025.
El programa Artemis, con el que la NASA retornará al satélite terrestre al cabo de más de 50 años, cuenta con el cohete lanzador Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, en inglés) y la cápsula Orión, que ya fueron probados en la misión no tripulada Artemis I, la cual entre noviembre y diciembre de 2022 orbitó la Luna y luego regresó a la Tierra.
De acuerdo con algunos medios especializados, la agencia espacial estadounidense, que se halla en una carrera con China que tiene a la Luna como meta, ha desembolsado unos 3.600 millones de euros en el desarrollo del Starship de Elon Musk.