Cada vez más, los drones toman papeles relevantes dentro de las misiones militares de ataque. Desde las primeras aeronaves no tripuladas que se dedicaban casi en exclusiva al espionaje, la rama de operaciones tácticas ha sido una de las que más impulso ha tomado en los últimos años, también en el terreno puramente naval. Este último es el caso del dron T-600 de BAE Systems, que acaba de conseguir un hito tecnológico de primer nivel: se ha convertido en la primera plataforma eléctrica no tripulada en lanzar un torpedo.
Lo ha hecho dentro de las maniobras REPMUS (Robotic Experimentation and Prototyping with Maritime Uncrewed Systems), que se han celebrado frente a la costa de Portugal. En ella han participado países de la OTAN, así como Irlanda y Suecia. Tradicionalmente, REPMUS ha sido una de las citas navales más importantes dentro del calendario para probar nuevas tecnologías.
El ejercicio llevado a cabo en aguas atlánticas "mostró la capacidad de nuestro demostrador de tecnología T-600, que lleva un torpedo Sting Ray inerte [de entrenamiento], frente a las principales fuerzas navales del mundo", ha declarado Neil Appleton, jefe de Productos Eléctricos Sostenibles de BAE Systems. "Es un logro fantástico en nuestra colaboración con Malloy y una señal de nuestras ambiciones conjuntas de brindar nuevas capacidades a nuestros clientes".
Drones lanzando torpedos
La lucha antisubmarina sigue siendo una de las grandes ramas del ámbito naval. Los sumergibles de nueva generación cuentan con una firma radar y acústica realmente baja, que dificulta en gran medida las labores de detección. El empleo de drones para estas tareas se plantea como un complemento a las aeronaves especializadas —como helicópteros— o vehículos submarinos no tripulados especializados.
"Los sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS) pueden desplegarse rápidamente y ser fáciles de transportar", asegura Dave Quick, jefe de Armas Subacuáticas de BAE Systems, que también está detrás del desarrollo del torpedo. "Representan otra oportunidad para mantener los activos de mayor coste y a su tripulación fuera de peligro y tendrán un papel cada vez mayor en la guerra antisubmarina".
El dron T-600 es un demostrador tecnológico de propulsión eléctrica capaz de despegar y aterrizar verticalmente. Puede llevar una carga de hasta 200 kilogramos y volar a una velocidad máxima de 140 km/h. También cuenta con una autonomía de hasta 80 kilómetros dependiendo de la carga acoplada.
En cuanto a tamaño, BAE Systems lo compara con un "automóvil pequeño" y está diseñado para desmontarse fácilmente para su transporte. "Durante el ejercicio multinacional, el demostrador lanzó con éxito por primera vez una variante de entrenamiento del torpedo antisubmarino inerte Sting Ray durante una misión de vuelo en el mar".
Está diseñado para "desarrollar, validar y mostrar tecnologías que pueden aplicarse al T-650", señalan. Este último modelo de dron es un nuevo diseño de un UAS de carga pesada totalmente eléctrico que ofrecerá "capacidades de reconfiguración rápida aplicables a usos militares, comerciales y humanitarios".
Tal y como explican, el futuro T-650 "proporcionará capacidades significativas en las áreas de logística y reabastecimiento automatizados, evacuación de víctimas y guerra antisubmarina". Al mismo tiempo que "reducirá el impacto ambiental de nuestras fuerzas armadas".
Torpedo Sting Ray
Por su parte, "el Sting Ray lanzado por el UAS permitiría que la capacidad de torpedo pueda ser transportada por varias plataformas navales, proporcionando una mayor flexibilidad operativa", completó Quick. La demostración llevada a cabo en REPMUS se ha llevado a cabo con la colaboración de Malloy Aeronautics, quien se ha encargado de la integración del torpedo en la aeronave.
"Nuestro desarrollo de Sting Ray Mod 2 se centra no sólo en la efectividad del arma una vez desplegada, sino también en aumentar las formas en las que se puede implementar", señala Quick. "Como parte de esto, estamos ampliando la variedad de interfaces de plataforma admitidas y estamos madurando nuevos mecanismos de despliegue de torpedos, incluidos drones, para explorar los beneficios operativos para la guerra antisubmarina o la defensa antitorpedos".
El torpedo Sting Ray es uno de los sistemas más importantes de la industria naval británica. Su desarrollo comenzó a finales de los 60 y se prolongó hasta principios de los 80 con el fin de crear un arma avanzada contra los submarinos silenciosos. Dese entonces, BAE Systems como propietaria de la tecnología se ha encargado de crear algunas variantes.
El Mod 1 en el que se basa el torpedo lanzado desde un dron es un arma antisubmarina de lanzamiento aéreo con un sistema de detección acústica que detecta y ataca a los objetivos de forma autónoma. Puede desplegarse desde embarcaciones, helicópteros y aviones de patrulla marítima.
Por su parte, el Mod 2 empleado es una variante de ese mismo torpedo que actualmente está en servicio en la Royal Navy y Roya Air Force de Reino Unido. Cuenta con una cabeza de guerra de unos 45 kilogramos, 2,6 metros de largo por 33 centímetros de diámetro y hasta 11 km de rango operativo.