Quizás recuerdes al submarino S-81 'Isaac Peral', la última incorporación a la flota de submarinos de la Armada española y que aspira a ser una de sus naves más sofisticadas. Un monstruo de 3.000 toneladas y 81 metros de eslora que ha realizado en las aguas de Cartagena su primera inmersión estática, dentro del calendario de pruebas acordado entre el Ministerio de Defensa de España, la propia Armada y Navantia.
Este es el primer submarino de la serie S-80, un programa con el que España quiere tener una posición de privilegio a nivel internacional en lo que a diseño de submarinos convencionales se refiere. Un programa que, por cierto, se está desarrollando en el astillero de Navantia, también en Cartagena.
La inmersión se ha realizado en las aguas de la estación naval de La Algameca, y se ha desarrollado en varias fases, con la finalidad de medir los calados en el muelle de armamento de Navantia antes de salir a mar abierto. La prueba ha sido todo un éxito.
Hito español
Hay que aclarar que esta no es la primera vez que el S-81 'Isaac Peral' toca el agua. Ya lo hizo en el año 2021, momento en el que realizó su primera prueba en agua de mar. Ya esa prueba supuso un hito en la historia de los astilleros españoles, ya que el submarino fue colocado en el dique flotante del astillero de Navantia en Cartagena.
Hablamos de un submarino que en su interior transportará hasta 12 armas largas y 6 tubos lanzatorpedos con los que podrá disparar misiles tácticos y torpedos guiados por fibra óptica. Su capacidad de inmersión va más allá de los 300 metros y su precio casi ha alcanzado los 1.000 millones de euros. Tiene capacidad para desarrollar misiones en cualquier mar u océano y puede albergar una dotación de hasta 40 personas.
La prueba de inmersión a la que se ha visto sometido el Isaac Peral ha formado parte de los hitos de seguridad de la construcción y pruebas del programa de submarinos S-80, y se ha realizado tras la navegación en superficie y previamente a las navegaciones en inmersión. El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, ha explicado que con esta inmersión, el S-81 ha superado un hito "en el camino hacia su plena operatividad".
Además, esta se ha realizado en distintas fases, con la idea de medir los calados en el muelle de armamento de Navantia antes de salir a mar abierto. Esta se ha llevado a cabo en una ubicación próxima a la boya de 50 metros que se encuentra frente al Centro de Buceo de la Armada en La Algameca.
Estas pruebas continuarán hasta su entrega final a la Armada española, tal y como han explicado desde el astillero. La entrega a la Armada del S-81 iba a realizarse bastante antes, en primavera de este año. Ahora, se ha vuelto a retrasar, por lo que dicho acto podría acabar sucediendo incluso a finales de este año.