Tal y como hemos presenciado desde España en el conflicto entre Rusia y Ucrania, mucha de la tecnología bélica actual proviene del pasado, de hace décadas. Incluso innovaciones actuales tienen su base en avances que datan de épocas propias de la Unión Soviética. Es el caso del armamento nuclear estadounidense, que está en pleno proceso de renovación debido a que algunos de sus principales dispositivos están al final de su vida.
Según recoge New Atlas, Northrop Grumman ha conseguido completar la primera prueba de encendido estático a gran escala del motor de la etapa uno de su cohete LGM-35A Sentinel. Estos cohetes serán los responsables de reemplazar a los misiles balísticos intercontinentales nucleares Minuteman III, de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Dichos misiles Minuteman llevan en activo desde los años 70, y Estados Unidos se ha valido de un buen arsenal de al menos 450 misiles de este modelo. No obstante, a partir del año 2029, estos misiles intercontinentales pasarán a mejor vida, y se iniciará un proceso para sustituirlos por los actuales LGM-35A Sentinel.
Renovando misiles
La base armamentística nuclear de Estados Unidos se ha basado en tres tipos de sistemas distintos; los submarinos nucleares con misiles balísticos, los bombarderos y los misiles balísticos intercontinentales que llevan ojivas nucleares. La idea de esto es simple; poder cubrir tres campos distintos a la hora de atacar a un enemigo o defenderse de él, con tres sistemas diferenciados en tres apartados bélicos clave distintos.
Es aquí donde entran los LGM-30 Minuteman III. Estos misiles del tipo ICBM son de lanzamiento terrestre, siendo este el último tipo de misil intercontinental que queda operativo en Estados Unidos. Se lanzan desde un silo y están pensados para atacar a objetivos terrestres. Esta saga de misiles comenzó en los años 60, y el III ha sido el que más se ha mantenido, con mejoras que han permitido tener un servicio prolongado hasta al menos 2025.
El primero, denominado LG-30 Minuteman, entró en servicio en el 62 y permaneció activo durante 7 años, el segundo hizo lo propio desde el 65 al 90 y el tercero —Minuteman III— desde 1970 hasta la actualidad. Toda la experiencia acumulada en las anteriores versiones se cristalizó en esta última, corrigiéndose algunos problemas y afinando tanto la tecnología que todavía hoy se encuentra plenamente operativa.
Las mejoras introducidas en el Minuteman III se aplicaron principalmente en la última etapa de propulsión y en el sistema de reentrada, incluido el vehículo. La primera recibió un nuevo motor de inyección que proporciona un control más preciso. Mientras que para el vehículo de reentrada diseñaron un nuevo chasis más resistente y con mayor espacio de carga para acarrear ojivas.
Cuentan con un motor de combustible sólido y un ordenador digital de a bordo que los convierten en misiles guiados. Así, gozan de un tiempo de almacenamiento mayor gracias al combustible y un tiempo de despegue menor. Disponen de un sistema de guía inercial programable, con un software de guía inercial que podía ser incluso actualizado, para hacerlos todavía más precisos.
El sistema de reentrada colocado en la parte superior del misil está compuesto por 3 vehículos —aunque en el reciente ensayo tan solo hayan lanzado uno— capaces de atacar a otros tantos objetivos de manera independiente. Esta particularidad alzó al Minuteman III como el primer misil con esta tecnología y posteriormente fue copiado por otros países.
Todo lo que rodea al Minuteman se considera secreto para el Departamento de Defensa de Estados Unidos, por lo que algunos detalles técnicos importantes se guardan con recelo. Algunos reportes indican que tiene un alcance alrededor de 14.000 kilómetros, mientras que otros son algo más conservadores y tan solo indican que supera los 10.000 kilómetros.
Por otro lado, están los LGM-35A Sentinel. Una de sus principales ventajas respecto a los LGM-30 es su capacidad de mantenimiento. Requieren menos personal operativo para mantener no solo el lugar de almacenamiento del misil, sino que requiere menos mantenimiento per se. Además es más económico, ya que operan con un presupuesto de 264.000 millones a 50 años.
La prueba de encendido de la primera etapa se llevó a cabo en las instalaciones de Northrop en Promontory, Utah. Fue un éxito, ya que las estimaciones revelan que el encendido del motor tuvo la duración esperada y que se mantuvo dentro de los estándares de rendimiento previstos por los ingenieros.
El lanzador, que constará de 3 etapas, llevará una ojiva W87-0 con una potencia de 300 kilotones. Esto cambiará en 2030, ya que el misil pasará a tener una ojiva mejorada W87-1, que por ahora no se ha probado. El diseño del Sentinel también se caracteriza por su modularidad, con un software de arquitectura abierta que es más fácil de actualizar y mantener en el tiempo.
Una vez ensambladas sus tres etapas, se realizará una prueba de vuelo en la Base de la Fuerza Aérea Hill en Utah. También se realizará otra en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, California. Hay que aclarar, de nuevo, que la sustitución de los misiles LGM-30 Minuteman III será completamente gradual, y que dicho proceso no comenzará hasta dentro de 6 años. Por lo que el cambio armamentístico total se podría demorar todavía más tiempo.