Una de las mayores ventajas del telescopio James Webb y de las imágenes que llegan a España es que no se limitan a ser instantáneas impresionantes, sino que ayudan a los investigadores a desentrañar algunos de los mayores misterios del espacio así como explorar lares del mismo hasta ahora bastante desconocidos. El Webb lo ha vuelto a hacer, esta vez fotografiando una protoestrella ubicada en una nube oscura.
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Más concretamente y según expone la NASA en un comunicado, el Webb ha captado en esencia los primeros momentos del proceso de formación de una estrella. La toma totalmente espectacular recoge la protoestrella L1527, que se ubica en la región de Tauro. Una zona caracterizada por tener cientos de estrellas jóvenes que están recién formadas, y que se encuentra a 430 años luz de la Tierra.
La nube de material que envuelve a la protoestrella la alimenta. La ESA estima que esta protoestrella tan solo tiene 100.000 años, considerándose una protoestrella de clase 0, la más temprana en la escala de formación de estrellas. Esto ha sido así, en parte, por el brillo infrarrojo que emite esta protoestrella.
Nueva toma del Webb
Las nubes que envuelven la protoestrella y que están dentro de la región de formación estelar de Tauro son únicamente visibles en luz infrarroja. Así, el Webb ha conseguido captar la toma gracias a su cámara de infrarrojo cercano NIRCam. La tecnología del telescopio ha sido clave, ya que la protoestrella está oculta a la vista "dentro del 'ucello' de esta forma en reloj de arena", asegura la NASA.
La protoestrella se encuentra incrustada dentro de la nube de material. Las eyecciones que está produciendo la protoestrella "han limpiado las cavidades por encima y por debajo de ella, cuyos límites brillan en naranja y azul en esta vista infrarroja. La región central superior muestra formas similares a burbujas debido a los 'eructos' estelares o eyecciones esporádicas".
Estos colores tienen un porqué. El azul y el naranja delinean las cavidades creadas cuando el material sale disparado de la protoestrella y choca con la materia circundante. Estos colores son producidos debido a las capas de polvo que se encuentran justo entre el Webb y las nubes; las áreas azules representan las zonas en las que el polvo es más delgado. Cuanto más gruesa es la capa de polvo, menos luz azul puede escapar, creando bolsas de color naranja.
La instantánea del Webb también revela "filamentos de hidrógeno molecular que han sido impactados cuando la protoestrella expulsa material de ella". Y es que estos choques y turbulencias inhiben la formación estelar de estas nuevas estrellas, que de otro modo se formarían por toda la nube. Así, la protoestrella "domina el espacio y se queda con gran parte del material".
Aún queda mucho para que L1527 se convierta en una estrella completa, de ahí que se haya considerado una protoestrella de clase 0. Aún no es capaz de generar su propia energía a través de la fusión nuclear de hidrógeno, algo esencial de las estrellas.
Además, su forma también es inestable. De hecho, la imagen muestra justo el proceso de fusión nuclear estable, a medida que L1527 acumula masa y su núcleo se comprime gradualmente. La estética en espiral de la nube molecular circundante, formada de polvo denso y gas, también tiene un motivo.
Según el material cae, gira en espiral alrededor del centro, creando un disco denso de material, también conocido como "disco de acreción". Este disco alimenta material para la protoestrella, y a medida que gana más masa y se comprime, la temperatura de su núcleo aumenta, provocando eventualmente el comienzo de la fusión nuclear. El disco se puede ver en la imagen como la banda oscura en el centro más brillante, y tiene más o menos el tamaño de nuestro propio sistema solar.