El James Webb no para. El telescopio espacial estrella de la NASA está copando cada vez más titulares en España no solo por sus impresionantes fotografías, sino por los descubrimientos que está realizando en apoyo a los científicos que investigan el espacio exterior. Según apunta la Agencia Espacial Europea (ESA), los astrónomos han vuelto a maravillarse gracias a un nuevo descubrimiento del Webb.
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Gracias a las funciones espectroscópicas del telescopio, unidas a sus dispositivos infrarrojos, el Webb ha podido captar un cúmulo de galaxias masivas en proceso de formación, ubicadas alrededor de un cuásar SDSS J164202.64+172852.3 "extremadamente rojo", en el universo primitivo, apuntan desde la NASA. Estos cuásares se pueden definir como galaxias recién nacidas o por fuentes de energía presentes en el agujero negro ubicados en los centros de dichas galaxias.
La NASA estima que este cuásar existió hace 11.500 millones de años. La definición de "rojo" de este cuásar obedece al hecho de que la luz de su galaxia se ha desplazado "hacia el rojo", o que se ha estirado en longitudes de onda infrarrojas más largas, a medida que el universo se está expandiendo.
Nuevo descubrimiento del Webb
La NASA revela los últimos descubrimientos de la agencia respecto a este cúmulo de al menos 3 galaxias, que están formando un nudo cósmico alrededor del cuásar. Un cuásar muy brillante que está siendo alimentado por un agujero negro supermasivo, para ser exactos. Y no hablamos de cualquiera; este, según la ESA, es "uno de los núcleos galácticos más poderosos que se haya visto a una distancia tan extrema".
Si bien fueron los datos del Hubble los que habían mostrado el material que rodeaba a este cuásar, ha sido el NIRSpec del Webb el que ha permitido a los investigadores mapear los movimientos de dicho material y descubrir así el cúmulo de galaxias.
Los cuásares son un tipo bastante raro (y luminoso) de AGN, o lo que es lo mismo, núcleos galácticos activos por sus siglas en inglés. Estos AGN, a su vez, son regiones compactas en el centro de las galaxias, que son capaces de emitir radiación electromagnética suficiente para eclipsar las estrellas de esa misma galaxia. Estos AGN, incluyendo a los cuásares, funcionan con gas que cae en un agujero negro supermasivo, en el centro de la galaxia, y por lo general emiten grandes cantidades de luz en todas las longitudes de onda.
El cuásar en cuestión es "miembro de una clase inusualmente roja", especifica la ESA. La luz de su galaxia se ha desplazado aún más hacia el rojo debido a su distancia, y de base, su luz es de un color rojo intrínseco. Esto facilitó las cosas al Webb gracias a su sensibilidad en longitudes de onda infrarrojas, usando el espectrógrafo de infrarrojo cercano, es decir, el NIRspec.
Examinando tanto el cuásar como su galaxia, así como sus alrededores, los investigadores pudieron determinar el movimiento de los flujos de salida y vientos que rodeaban al cuásar, afectando a la luz que estos emiten y reflejan, provocando por el camino el desplazamiento hacia el rojo o el azul. Este movimiento pudo ser captado gracias al seguimiento del oxígeno ionizado en los espectros del NIRSpec.
Todo ello, combinado con los estudios previos realizados por el telescopio espacial Hubble y el espectrómetro de campo integral de infrarrojo del Gemini-North, hizo que los astrónomos especulasen sobre la galaxia anfitriona del cuásar, que podría estar fusionándose con otras. Así, descubrieron que no había una, sino tres más girando a su alrededor, formando un nudo de formación de galaxias. Incluso los datos del archivo del Hubble sugieren que podría haber más.
Según Dominika Wylezalek, astrónoma de la Universidad de Heidelberg en Alemania que dirigió el estudio del cuásar, existen "pocos protocúmulos de galaxias conocidos en este momento temprano. Es difícil encontrarlos, y muy pocos han tenido tiempo de formarse desde el Big Bang". Además, asegura que este hecho podrá ayudarles "a comprender cómo evolucionan las galaxias en entornos densos". La NASA cree que esto aumentará la comprensión sobre cómo los cúmulos de galaxias se unieron, formando "la red cósmica que vemos hoy", dice la agencia.