El temor por una escalada nuclear en la guerra entre Rusia y Ucrania ha ido incrementándose en las últimas semanas debido a las declaraciones de Putin y a los informes emitidos por los servicios de inteligencia de la OTAN, a la que pertenece España. El último de los movimientos lo ha protagonizado el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigú, quien ha acusado a Kiev de estar planeando un ataque de falsa bandera con una bomba sucia para desencadenar la guerra nuclear.
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Shoigú habló con sus homólogos en Francia, Turquía y Reino Unido para comunicarles "su preocupación por posibles provocaciones de Ucrania con el uso de una bomba sucia", según indicó el Ministerio de Defensa. Por otro lado, Zelenski afirmó el domingo que este movimiento del Kremlin tan solo es una justificación para que puedan emplear armas nucleares en la contienda.
Este tipo de armamento es la combinación de un explosivo convencional con elementos radiactivos. Se emplea compuestos como la dinamita como base de la bombas a la que se añaden esos compuestos radiactivos que se diseminan en el aire cuando la bomba explota.
Para esta última parte se puede emplear todo tipo de fuentes radiactivas de isótopos del cobalto, selenio, cesio, polonio, radio, plutonio o californio. Al no ser una bomba nuclear como tal, este tipo de bombas no generan una explosión nuclear como sí producen la gran variedad de armamento que Putin tiene disponible.
El principal peligro de una bomba sucia proviene de la explosión, no de la radiación, según recoge el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. Las personas cercanas podrían resultar heridas por las partículas radiactivas, pero solo las que estén muy cerca del lugar de la explosión estarían expuestas a suficiente radiación como para causar una enfermedad grave inmediata.
Sin embargo, apuntan, el polvo y el humo radiactivos pueden propagarse más lejos y podría ser peligroso para la salud si las personas respiran el polvo, comen alimentos contaminados o beben agua contaminada. "Las personas lesionadas por piezas radiactivas o contaminadas con polvo radiactivo necesitarán atención médica".
Según algunos informes de la ONU, Irak fue uno de los primeros países en construir bombas sucias en los años 80 en plena guerra con Irán. Llegaron a probar una primera unidad con una bomba de 1 tonelada que, finalmente, desecharon para uso militar debido a la baja letalidad que consiguieron. También han estado presentes en los años 90 a través de grupos de rebeldes chechenos que colocaron una bomba sucia con isótopos cesio 137 en un parque de Moscú en 1995.