No es un misterio que a nivel de movilidad urbana en España, los patinetes eléctricos han sido toda una revolución. A la cabeza nos vienen rápidamente modelos de Xiaomi, por supuesto, pero existen modelos de muchas otras marcas, como Segway. Firmas que apuestan, como es este último caso, por la legalidad en la carretera y por el uso de dispositivos enmarcados dentro de las normativas públicas. Así lo demuestra su modelo más potente, el Segway MAX G2.
Este no solo se constituye como el patinete más tope de línea dentro del catálogo de la compañía, sino que como ocurre con el resto de sus hermanos menores, se trata de un patinete preparado para correr. Y es que a partir de 2024, la DGT impondrá una nueva normativa que obligará a todas las marcas y modelos a seguir una serie de directrices en los modelos que comercialicen, implementándoles un equipamiento obligatorio.
La idea de Segway con este MAX G2 E es clara: tener potencia y autonomía a raudales pero con la seguridad de tener un dispositivo que cumple de forma anticipada con todos los requisitos legales en España. Todo ello a un precio de 799 euros en nuestro país, que determinará si merece o no la pena.
La revolución del patinete
Debido a que los dispositivos de micromovilidad o también llamados vehículos de movilidad personal (VMP) han sido el foco de la movilidad urbana para muchos, la Dirección General de Tráfico se ha visto obligada a publicar una nueva normativa de obligado cumplimiento para todos los usuarios que se comenzará a aplicar a partir de enero de 2024 para los fabricantes.
Todos aquellos usuarios que cuenten con un patinete eléctrico o un vehículo VMP deberán no solo acogerse a las normativas previas (como la obligación de circular siempre por la vía y no por las aceras), sino también a esta. Todos estos puntos se ven reflejados en el Manual de Características Técnicas de los Vehículos de movilidad personal, que destaca todos y cada uno de estos puntos. Esta normativa ya estaba presente para los usuarios en 2022, pero ahora se aplicará en 2024 a todas las marcas y modelos.
Esta normativa se aplica a todos los VMP que se comercialicen. Los modelos anteriores a 2024 que evidentemente no están homologados para esta normativa disfrutarán de una moratoria hasta el año 2027, dando un margen a los usuarios para adaptar sus VMP al nuevo Manual. Todo esto está reflejado en el BOE, referente al Real Decreto 970/2020 del 10 de noviembre.
Para empezar, el punto más importante que la DGT destaca en su nueva normativa hace alusión a la velocidad máxima. No se puede circular a más de 25 kilómetros por hora y se impone una limitación por hardware, ya que la DGT especifica que a esa velocidad el motor deberá dejar de impulsar al vehículo. Se precisan, además, sistemas antimanipulación tanto para la velocidad como para la potencia.
Se necesitará un indicador de información visible para el nivel de batería y el de velocidad, además de un sistema de frenos dobles independientes, que permitan una desaceleración mínima de 3,5 m/s2. Los vehículos de más de 2 ruedas tendrán que tener freno de estacionamiento dedicado.
Sin embargo, el aspecto más relevante se refiere a la visibilidad. Se necesitarán señales visuales con catadióptricos frontales (blancos), en ambos laterales (blancos o color amarillo auto) y traseros (rojo). La luz de freno deberá o estar diferenciada de la luz trasera o combinada con ella. También se requerirá un avisador acústico.
No faltan detalles como un sistema de estabilización con una pata cabra lateral o caballete central, y ruedas de mínimo 203,2 milímetros. Se prohíbe el uso de neumático liso, y se impone la necesidad de que los VMP sean completamente plegables. Además, la DGT impondrá la necesidad de que el dispositivo incluya la llamada placa de marcaje que muestre el número de serie, la marca y el modelo y otros datos.
Segway se ha puesto las pilas
La clave de este patinete es que cualquier usuario que se compre este patinete no tendrá problemas a la hora de cumplir a rajatabla todas estas normativas. Y es que tanto el MAX G2 como el resto de patinetes de la línea F2 y E2 vienen específicamente preparados para que en caso de una inspección, el usuario tenga todo en regla de base.
Lo vemos claramente en los detalles físicos del patinete. Las señales visuales y sonoras que pide la DGT están presentes aquí, ya que el patinete cuenta con intermitentes laterales en los bordes del manillar y con un pito electrónico muy audible. También dispone de las señales con catadióptricos blancos o color amarillo por la zona de la barra y el cuerpo, claramente visibles y distinguibles del resto del patinete.
De hecho, hasta el más mínimo detalle referente a la nueva normativa se ha respetado en este MAX G2. Sin ir más lejos, la DGT exige en su Manual no solo un espacio trasero para llevar una identificación o etiqueta de registro, sino que el propio vehículo VMP lleve una placa identificativa. Esto, por supuesto, se ha cumplido.
Esto, además, se puede comprobar únicamente usando el patinete. La DGT pide que los fabricantes incluyan un sistema de limitación a 25 kilómetros por hora por la cual el motor deje de impulsar al vehículo alcanzada esa cifra. Esto ocurre con el MAX G2, ya que a la hora de correr con él, se siente claramente como el motor limita la velocidad del patinete, pese a que tiene bastante más potencia de la que sería necesaria para alcanzar los 25 km/h.
En definitiva, este Segway MAX G2 está al día en todo lo que se refiere a movilidad urbana. La idea es simple; que el usuario que vaya a registrar este dispositivo y busque respetar todas estas condiciones no tenga que realizar ninguna adaptación. No habrá problemas legales de ningún tipo a la hora de usar este patinete eléctrico.
Vale, pero ¿funciona bien?
De nada sirve respetar las normas de la Dirección General de Tráfico si el resto del producto no satisface las necesidades de los usuarios. Nada más lejos de la realidad en este caso, ya que el MAX G2 de Segway es un tanque y una bestia, que podrá con prácticamente todo lo que le eches. Eso sí, con ciertos aspectos a considerar.
Y es que a nivel de especificaciones, estamos ante un portento. Autonomía de hasta 70 kilómetros, cuatro modos de funcionamiento, neumáticos de 10 pulgadas sin cámara que no precisan de mantenimiento ya que son autoregenerables, y tracción trasera con potencia máxima de 900 W. Uno de sus puntos más importantes pasa por el uso de un sistema de doble suspensión, hidráulica delante y de resorte atrás.
Además del sistema TCS de control de tracción antideslizante, disfrutamos de la tecnología RideyLONG, que optimiza el funcionamiento del patinete para conseguir un rango todavía mayor. Todo ello gracias a una descomunal batería de 551 Wh, que en algunas ocasiones permitirá incluso sobrepasar esos 70 kilómetros de autonomía.
Sin lugar a dudas, el aspecto en el que mejor se ha desempeñado este patinete es en la subida de pendientes. Soporta un ángulo de subida de pendientes del 22% y aunque obviamente cuando la batería baja el rendimiento en cuestas es peor, el MAX G2 es perfectamente capaz de subir prácticamente cualquiera.
De hecho, hemos probado a subir cuestas en algunas de las zonas más difíciles de Málaga. Una de las cuestas más problemáticas, situadas en la zona del Atabal en Málaga (cerca de Puerto de la Torre) ha sido nuestra zona de pruebas. Todas superadas; incluso con la batería por debajo del 50%, el patinete era capaz de subir la larguísima cuesta incluso con alguien pesado como yo.
Todo en el patinete funciona excelentemente. Respecto a los sistemas de señalización, quizás podemos discutir sobre cómo los intermitentes laterales son difícilmente visibles en algunos ángulos (pese a que son muy brillantes). Además, nos hubiera gustado que, por el tamaño que tiene el patinete, hubieran puesto unos intermitentes traseros. No obstante, en la noche son muy usables.
Cabe destacar, a nivel de funcionamiento, la suspensión trasera y delantera del MAX G2. Es sencillamente espectacular; cualquier bache que se pueda encontrar (que no sea muy pronunciado, por supuesto) lo superará sin ningún problema. El patinete, directamente, va muy suave en carretera y no notaremos especiales trompicones en el viaje, lo cual es muy de agradecer.
Sin embargo, el aspecto más importante a destacar de este MAX G2 es su tamaño, el cual es a su vez su mayor virtud y su mayor problema. No estamos hablando de un patinete especialmente pequeño, ya que el dispositivo pesa 24,3 kilos y tiene unas medidas de 1.210 x 570 x 1.264 milímetros completamente desplegado. Es decir, es un mastodonte en todos los sentidos de la palabra.
Por supuesto es plegable, y el sistema que usa para el mismo es tremendamente satisfactorio y útil. Gracias a eso, subirnos a un bus o a un transporte público (que admita estos patinetes) será un paseo, ya que tan solo hay que retirar una pequeña pestaña para doblar la barra superior del manillar.
Respecto a las ventajas, el tamaño es una bendición para las personas grandes y para los que temen a los patinetes endebles. En carretera, este patinete impone, y ya sea que haga viento o haya mucho tráfico, cualquier usuario que use este patinete se sentirá en un tanque muy seguro para circular. En ese sentido, estamos ante uno de los mejores exponentes del mercado.
Por contra, está el hecho de que este peso no es apto para todos. Soy una persona bajita, y no soy capaz de cargar mucho peso. A la hora de cargar el patinete para salir de casa o manipularlo para entrar a una tienda, es muy complicado gestionarlo y que sea cómodo. Tanto es así que en más de una ocasión me he visto en dificultades para entrar en establecimientos o incluso para cargar el MAX G2 de Segway, por ejemplo, en el autobús.
Gran parte de la culpa la tiene el sistema de suspensión trasera, que es donde se concentra gran parte del peso. Por lo tanto, no sirve de mucho levantar el patinete por el mango del manillar, ya que el peso caerá hacia atrás. Si eres un usuario que tiene problemas para levantar objetos pesados, esta no es ni mucho menos una opción viable.
Segway, por otro lado, se ha encargado de hacer sentir al usuario que maneja una máquina de gran potencia. El patinete en su modo 'Sport' pega un acelerón importante, tanto que es fácil entender que el patinete tiene mucha más potencia de la que aparenta. No superaremos los 25 kilómetros por hora nunca, pero jamás nos faltará potencia para empezar a correr por cualquier lugar.
¿Me lo compro?
Actualmente, este patinete se puede encontrar a un precio de 799 euros en España, ya sea en la web de Segway como en distribuidores externos. Un precio elevado para un patinete, aunque en este caso hablamos de una gama específica, para los que quieren dispositivos grandes, pesados y sobre todo robustos.
Es cierto que este modelo en concreto puede ser demasiado grande o pesado para un cierto tipo de público, pero es sin duda alguna una de las mejores opciones disponibles para los que desean un buen patinete de gama alta y que no les dé problemas. En este caso, el MAX G2 es una compra recomendadísima, que sabrá satisfacer a todo este sector de usuarios.
Pese a ello, el punto que más destacamos a la hora de recomendar su compra radica en su legalidad. Si te preocupa cumplir las nuevas normativas de la DGT en torno a la movilidad VMP y no quieres preocuparte de adaptar tu patinete a este nuevo marco legal, el MAX G2 sabrá suplir todos esos problemas de un plumazo.
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