La gama media del mercado de los smartphones está que arde. Marcas como Xiaomi o Realme compiten por sacar la cabeza sobre las demás en un rango de prestaciones y precios en el que cualquier detalle puede ser decisivo para que el consumidor se decante por un modelo u otro. En Samsung también lo saben y han decidido que la tercera generación de los Galaxy A marque distancias no solo en prestaciones sino en durabilidad, uno de los grandes asuntos pendientes del sector. En ese sentido, el nuevo Samsung Galaxy A33 5G es un ejemplo a seguir, ya que garantiza actualizaciones durante 5 años.
[He probado el nuevo móvil de Samsung de gama media que te durará durante años]
Al igual que su "hermano mayor", el Galaxy A53 5G, este terminal de entrada a la gama media de la marca coreana incluye una mejora generalizada con respecto a sus predecesores, con los que tan buenos resultados comerciales ha obtenido.
Sobre todo se han centrado en mejorar las cámaras y sus distintos modos pensados para lucirse en las redes sociales, una pantalla muy brillante y con buena tasa de refresco y un precio relativamente , que partió de los 369 euros pero ya puede encontrarse por debajo de los 270 euros en algunas tiendas online. Tampoco conviene olvidar que tiene conectividad 5G, el que está llamado a ser el estándar de comunicación en los próximos años.
Cómodo y fiable
Estos nuevos miembros de la familia Galaxy A tienen una clara línea continuista, sobre todo en el diseño. En ese sentido, en el A33 no se han esforzado mucho en darle un nuevo aire al aspecto exterior, que en su versión negra es bastante anodino (también hay versiones en blanco, azul y melocotón). Las diferencias importantes, como veremos más adelante, están en su interior.
Si en los Galaxy A53 y A73 Samsung monta un marco brillante de aluminio, el A33 tiene marco mate de policarbonato, uno de los materiales por los que la marca lleva apostando desde hace tiempo. En parte lo hace porque es más sostenible a nivel medioambiental, pero también porque abarata costes y ofrece una buena resistencia frente a golpes.
Dos detalles importantes sobre las primeras sensaciones con el A33: es cómodo a la hora de cogerlo, ya que no se resbala y cabe bien en la mano, y la parte trasera de plástico no da sensaciones premium pero al menos no se llena de huellas con solo mirarla.
El módulo donde se insertan las cuatro cámaras sobresale mínimamente en la esquina superior izquierda de la trasera, pero tampoco demasiado, porque está integrado en . En el borde derecho se encuentra el botón de encendido y los del control de volumen, que responden bien al toque y tienen un tacto agradable.
La ranura para dos tarjetas SIM se sitúa en la parte superior, mientras la inferior está reservada para el puerto USB-C. Lo que se echa de menos es el jack de audio de 3,5 mm, un lastre para quienes de vez en cuando conectamos nuestros antiguos cascos con cable. Es comprensible que lo hayan apostado todo al Bluetooth, como otros fabricantes, pero no deja de ser un detalle negativo para nostálgicos analógicos como yo.
El terminal tiene un grosor aceptable de 8,1 mm y el peso es de 186 g, algo superior a anteriores modelos Galaxy A, pero nada preocupante, sobre todo teniendo en cuenta que el A33 guarda una gran batería de 5.000 maH en su interior, suficiente para los usuarios más exigentes. Eso se traduce en una duración de dos días con un uso moderado, que se queda en un día si no despegas la vista del móvil.
En la parte inferior de la pantalla, el A33 incorpora un sensor de reconocimiento de huella dactilar muy preciso, permitiendo una activación más rápida y eficaz que con el reconocimiento facial, un PIN o un patrón. Eso sí, si tus manos son pequeñas, igual no resulta cómodo, porque necesitarás las dos para manejarte bien y que no se te caiga el móvil intentando desbloquearlo.
Una pantalla para lucirse
En la parte delantera, la cámara frontal se inserta en un notch con forma de U, una solución no tan satisfactoria como la del A53, donde han optado por una perforación en la pantalla. Precisamente, el panel Super AMOLED que viste el A33 es una de las grandes mejoras con respecto a modelos anteriores y una de sus bazas fuertes frente a la competencia. Samsung sabe lo que se hace en esta materia y eso se traduce en una pantalla de 6,4 pulgadas con resolución FHD+ y una frecuencia de refresco de 90 Hz.
Así, el A33 no llega a los 120 Hz del A53... ni falta que hace, salvo para los más puristas. El resultado es fluido, nítido y con colores brillantes en casi todas las condiciones de iluminación, con un contraste que a veces puede resultar incluso excesivo (para reducirlo sólo hay que configurar la pantalla y elegir entre 'intenso' o 'natural', o configurar el balance de blancos a tu gusto).
La pantalla cuenta además con Gorilla Glass 5, lo que la hace resistente a golpes y rayaduras. Damos fe, pues un par de caídas accidentales no le han hecho el más mínimo rasguño. La resistencia exterior viene reforzada por la certificación IP67, es decir, que el terminal está protegido frente al agua y el polvo. Samsung asegura que puede sumergirse en 1 metro de agua dulce (importante, nunca en agua salada) durante un máximo de 30 minutos, pero eso, por razones obvias, es lo único que no hemos probado. Habrá que fiarse de ellos.
El principal uso que le he dado en estos días al móvil ha sido el de ver series y películas y para eso el A33 parece el dispositivo ideal: colores vibrantes, máxima nitidez, negros muy puros y sin excesivos reflejos. Los dos altavoces situados en la parte superior e inferior cumplen con su cometido sin más, aunque para disfrutar del sonido inmersivo Dolby Atmos es preferible recurrir a altavoces de calidad o auriculares como estos.
Rendimiento ejemplar
Aparte de la pantalla, donde brilla especialmente este A33 es en su rendimiento, muy similar al del A53, ya que contienen el mismo procesador. Samsung ha decidido dejar atrás los Mediatek para apostar por chips de fabricación propia, el Exynos 1280, de 5 nanómetros. Sus ocho núcleos, dos de ellos Cortex A78 a 2,4 GHz y seis de tipo Cortex A55 que pueden correr a 2 GHz, son capaces de mover sin problemas ni tirones todas las apps y juegos que he probado durante esta semana.
Los 6GB de RAM, no ampliables, también ayudan a que la multitarea sea una realidad, a lo que hay que añadir la característica RAM Plus, que lee tus patrones de uso y proporciona RAM Virtual extra para cumplir sin problemas ante cualquier exigencia puntual. No es un móvil diseñado ex profeso para gamers, pero juegos 'pesados' como PUBG o Asphalt 9 van como la seda con la calidad gráfica al máximo. Tampoco he notado que se calentara demasiado, salvo en una partida muy larga al Call of Duty Warzone.
Por otra parte, los 128 GB de almacenamiento interno son más que suficientes para el usuario medio. Para los más acaparadores, el soporte para tarjeta microSD de hasta 1 TB permite acumular más fotos, vídeos y música en alta calidad de los que uno puede disfrutar en varios meses. El síndrome de Diógenes digital existe y poder almacenar todo lo que queramos sin tener que cambiar de tarjeta o de móvil supone un extra de tranquilidad.
Cámara versátil
Las cámaras de los móviles son uno de los apartados en los que las marcas buscan dar el do de pecho frente a la competencia. Un terreno en el que el A33 no destaca especialmente pero tampoco se queda atrás, supliendo la falta de lentes de alta gama con modos de cámara y de edición que pueden marcar la diferencia si lo tuyo es actualizar Instagram varias veces al día o fardar con tus amigos por WhatsApp de tus viajes y comidas. La cámara incluye optimizador de escenas, HDR automático, aplicación de filtros en tiempo real y el modo Diversión, que permite jugar con las lentes de Snapchat para conseguir imágenes tronchantes (o espantosas, según se mire).
La clave en el apartado fotográfico es el OIS o estabilizador de imagen de la cámara principal, que llega a los 48 MP evitando molestos desenfoques y permitiendo capturar el movimiento con bastante precisión. Las demás lentes, un angular de 8 MP, la de profundidad de 2 MP y el macro de 5 MP, cumplen con su cometido, pero no pueden competir con las prestaciones de la gama alta. La cámara frontal para selfies, de 13 megapíxeles, consigue resultados más que aceptables, sobre todo en modo retrato. En cuanto a los vídeos, poder grabar en calidad 4K y a 60 fps es un punto a su favor, aunque la experiencia es más fluida si nos limitamos al FHD+.
El modo retrato permite elegir el desenfoque en tiempo real y da resultados bastante satisfactorios. El modo nocturno consigue "levantar" muchas fotos, pero tiene sus límites: con poca luz el ruido se cuela en las imágenes en forma de grano. El zoom óptico de diez aumentos es suficiente para captar y reencuadrar objetos o personas que estén lejos pero, como suele suceder, cuanto mayor es la ampliación, menos nítida resulta la imagen, con los píxeles asomando en cada silueta.
En alguna ocasión, el obturador de la cámara no ha reaccionado todo lo rápido que debería, lo que ha arruinado varios intentos de pillar a mi gato en una pose divertida, incluso en el modo 'mascotas'. Aún así, en líneas generales las cámaras del A33 cumplen con creces para un móvil de estas características.
Actualizaciones aseguradas
Uno de los mayores aciertos de Samsung con los nuevos Galaxy A ha sido incluir cuatro generaciones de actualizaciones de Android y 5 años de parches de seguridad. Android 12, el sistema operativo del A33, todavía nos parece la última novedad, pero esto va tan rápido que en un par de años muchos modelos actuales se habrán quedado obsoletos por culpa del software y el firmware.
La capa de Samsung One UI 4, ligera y accesible en todos los sentidos, explota las posibilidades de Android 12 para personalizar al máximo tu móvil y tener todo a tu gusto. Además, incluye las habituales funciones y apps de Samsung preinstaladas, como Samsung Pay, un navegador bastante fiable, el asistente Bixby o Samsung Pass, que ayuda con las contraseñas y el acceso a distintas webs y apps.
Afortunadamente, no hay muchas más aplicaciones instaladas de fábrica y son fácilmente desinstalables, una de las asignaturas pendientes de muchos fabricantes, que prefieren ocupar varios gigas del almacenamiento interno con apps que nunca utilizarás y son difíciles de eliminar a que el propio usuario decida qué es lo que quiere hacer con su terminal.
¿Me lo compro?
El A33 es una muy buena opción dentro de la gama media, incluso a pesar de un precio algo superior a competidores directos como el Xiaomi Redmi Note 11 Pro. Los motivos hay que buscarlos en su pantalla Super AMOLED a 90 Hz, la gran duración de su batería, un rendimiento todoterreno y una cámara que responde bien en la mayoría de situaciones.
En contra, este nuevo estandarte de la gama media de Samsung tiene dos cosas cada vez más frecuentes: la ausencia de jack de 3,5 mm y que la caja no incluya cargador, sólo un cable USB-C. Eso impide de inicio disfrutar de prestaciones como la carga rápida de 25 W, algo subsanable si compramos un cargador aparte, pero un chasco considerable para quien adquiere un móvil con un precio que ronde los 300 euros.
Más allá de las cuestiones técnicas, lo que me ha conquistado de este móvil resultón y cumplidor es la apuesta de Samsung por hacer sus nuevos terminales más duraderos. La actualización de sistema operativo y parches de seguridad durante 5 años es una gran noticia para quienes no queremos —o no podemos— renovar nuestro móvil cada pocos meses.
En definitiva, el Galaxy A33 es una estupenda alternativa dentro de la gama media, por su rendimiento, su autonomía y sus cámaras; un terminal muy completo por un precio que tampoco resulta excesivo.
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