Tras dos días agónicos de múltiples retrasos y problemas, SpaceX ha conseguido llevar a cabo la esperadísima prueba de la Starship SN8. Tal y como Elon Musk predijo, la misión no ha salido perfecta; la Starship ha conseguido lanzarse y aunque ha realizado la maniobra despegue como de giro para volver a tierra de forma correcta, no ha conseguido aterrizar y ha acabado estrellándose contra el suelo.
El lanzamiento ha tenido lugar en Boca Chica, Texas, después de que ayer se cancelara el lanzamiento debido a un fallo en los motores Raptor. La hora de despegue ha sido las 23:45 de la noche, hora peninsular española y el aterrizaje ha tenido lugar a las 23:52.
Recordemos que el objetivo del test era conseguir que la Starship realizara la maniobra completa y que posteriormente aterrizara sin sufrir daños, algo muy difícil y que contaba con tan solo un 33% de probabilidades. No lo ha conseguido, pero sí que ha conseguido parte del propósito de SpaceX: aprender para que el siguiente prototipo consiga hacerlo bien.
La Starship ha sido lanzada
SpaceX intentó hacer historia ayer, pero no lo consiguió. Ayer En España seguimos el lanzamiento con mucha paciencia, después de varias horas de retraso que desembocaron en el desastre: la Starship ni siquiera despegó. A tan solo un segundo antes de que acabara la cuenta atrás, el ordenador de a bordo abortó la misión debido a un problema en los motores Raptor.
Y es que el día de ayer estuvo marcado por un retraso respecto a las horas que SpaceX dio bastante importante; en un inicio, se esperaba que fuera a las 15:00 de la tarde para, posteriormente, retrasarlo 2 horas. Más tarde, el retraso llegó hasta las 23:30 de la noche.
El lanzamiento ha tenido lugar de nuevo con varios retrasos, en parte debido a unos aviones que han entrado en la zona aérea de lanzamiento en plena cuenta atrás. La Starship, o al menos el modelo SN8, ha alcanzado una altura de 12.5 kilómetros, 100 veces más que su predecesora, la SN6.
Tras unos 5 minutos de vuelo, ha empezado a realizar la maniobra clave de la misión. La nave debía ponerse en orientación tangencial con respecto a la superficie de la Tierra, para frenar su velocidad con la fricción del viento. Tras un vuelo con planeo hacia la zona de aterrizaje, la nave debía volver a su posición inicial gracias a inteligencia artificial avanzada y aterrizar con los motores mirando hacia abajo.
A las 23:52, la nave ha entrado en contacto con la superficie de la Tierra y como era de esperar ha estallado al no poder aterrizar correctamente. Un hecho esperado y que no es demasiado problema para SpaceX, ya que la firma de Elon Musk cuenta con varios prototipos que aprenderán de los errores del lanzamiento de la SN8, los SN9 y SN10.
El objetivo detrás de este lanzamiento era comprobar que la nave es capaz de realizar las maniobras de planeo y aterrizaje que deben realizarse en un supuesto aterrizaje en Marte. Además, debe demostrar ser capaz de aguantar las altas temperaturas y condiciones difíciles que suponen para el cuerpo de la nave salir y entrar tanto de Marte como de la Tierra.