Manual para crear un esclavo con ayuda de la ciencia y un poquito de humor negro
Pequeño Manual para crear un esclavo con algunas hierbas
Noticias relacionadas
- India lanza la misión que le puede convertir en el cuarto país en llegar a la Luna
- Tu nuevo fondo de pantalla ha sido posible gracias a una vela solar
- Duro como una piedra o blando como la gelatina: este material dinámico cambia con la iluminación
- Esta lengua electrónica puede "probar" y analizar líquidos en solo un minuto
No realizar estas indicaciones bajo ningún precepto, esto es sólo una guía curiosa extraída de antiguos manuales donde practicar el humor no era su intención principal
Crea un esclavo, o lo que es lo mismo, un Zombie. No sé como lleváis el tema del ego, pero si realmente necesitáis ser déspotas y totalitarios con alguien, deja a tus amigos y familia en paz, y sigue estas pautas detalladamente. Con ellas conseguirás transformar a un ser humano en tu esclavo, tanto para limpiarte la casa como para usarlo de juguete sexual si así lo crees conveniente, sin tener que invitar antes a cenar. No es broma.
1- Escoge a una persona cualquiera, especialmente de la que no esperes mucho y que tenga poca familia.
2- Encuentra un científico corrupto (no será difícil) y cómprale tetrodotoxina.
3- Invita a tu futuro esclavo a un café y échale disimuladamente 1mg de tetrodotoxina en su taza (más no, porque lo matarás). Caerá en catalepsia, pero todos creerán que está muerto. Llama a la ambulancia y asegúrate que lo entierran pronto.
4- Mientras, busca a un etnobotánico maligno y cómprale estramonio, trompeta del diablo, yerepe, belladona y beleño blanco. Pásalas por un robot de cocina (aquí te ayudamos a decidir uno por si no tienes) con un poquito de agua, y obtendrás un cocktail espesito muy rico.
5- Desentierra a tu víctima y llévatela a casa. En unas horas volverá en sí. Escucha sus aventuras con la catalepsia y dale de comer la pastita afirmando que es un remedio de la abuela. En un ratillo, la pastita lo dejará amnésico de por vida y devastará su voluntad.
Una lobotomía, pero homeopática. Ya tienes al amigo perfecto.
Autor: :Miguel Galván Reina