Israel publica audios de miembros de la UNWRA alabando el ataque del 7 de octubre
Israel acusa a miembros de la agencia de Naciones Unidas haber participado directamente en la masacre.
6 marzo, 2024 02:32"Tenemos a varias mujeres capturadas. Yo me he cogido una". Esas son las palabras que el ejército israelí atribuye, en un audio publicado a última hora del lunes, a Yusef Al-Hawayara, profesor de una escuela de la UNRWA, la agencia de ayuda a los refugiados palestinos de la ONU. Se trata de una conversación a tres con otros dos compañeros cuya identidad no ha trascendido y en ella ríen y celebran los ataques del 7 de octubre. "Gracias a Dios, pronto podremos entrar en Al Aqsa", dice Al-Hawayara, refiriéndose a la mezquita de Jerusalén que dio nombre también a la operación de Hamás.
Aunque no se aporta contexto a la conversación y algunos de los términos son poco claros, pues en ocasiones parecen hablar en clave, para Israel estaríamos ante una prueba clara de que determinados miembros de la UNRWA, no solo auspiciaron a los terroristas, sino que participaron directamente en la masacre.
El audio va en sintonía con el informe de la ONU publicado el mismo lunes en el que la enviada especial del secretario general, Pramilla Patten, afirma tener pruebas "claras y convincentes" de actos de violencia sexual contra varias de las rehenes y gran parte de las víctimas del Festival Nova.
Patten habla en su informe de violaciones en grupo, asesinatos e incluso actos de necrofilia. Se basa en las imágenes de los cadáveres y en los testimonios recabados tanto por parte de otros rehenes liberados como de asistentes al festival que lograron sobrevivir a la masacre.
Con esta filtración, Israel parece querer vincular ambas cosas: la ONU estaría reconociendo las barbaridades que cometieron algunos de sus propios hombres en Gaza. Es un paso más en un enfrentamiento que se ha acabado convirtiendo en una guerra abierta.
La defensa de Lazzarini
Israel siempre ha desconfiado de la UNRWA. Desconfía de su exagerado presupuesto y de su numerosa plantilla. Desconfía también de su papel en la educación de los palestinos, que Hamás ha cedido a la agencia, y que, según Tel Aviv, solo fomenta el odio a los judíos. Desconfía incluso del papel que ejercen sus médicos en los hospitales, pues, según las IDF, estos son poco más que subterfugios para esconder armas, túneles y, en los últimos meses, rehenes.
Hace un mes aproximadamente, el gobierno de Netanyahu llevó el enfrentamiento aún más lejos, al detener a doce miembros de la UNRWA bajo la acusación de pertenencia a Hamás y de colaboración en los atentados del 7 de octubre. La noticia dio la vuelta al mundo, pero hasta ahora no se había publicado ninguna prueba que justificara dichas detenciones. En su comunicado, las IDF aseguran tener más audios en su poder, y amenazan con hacerlos públicos si la ONU no actúa en consecuencia y controla a la agencia dirigida por Philippe Lazzarini.
El propio Lazzarini había intervenido pocas horas antes de la filtración en la Asamblea General de la ONU para defender la labor de sus hombres y atacar de nuevo al Estado de Israel. Criticado por sus continuos ataques a la política militar israelí, que contrasta con su silencio ante la violencia terrorista, recordó ante los representantes de la comunidad internacional que Israel "no había demostrado la presunta colaboración con Hamás" por parte de los doce detenidos.
Asimismo, acusó a Israel de obstaculizar el trabajo de la agencia, que no solo atiende a los refugiados de Gaza en cuestiones básicas como educación y sanidad, sino que también está al cargo de la entrada de ayuda humanitaria en la zona. "Han hecho todo lo posible por impedir nuestro trabajo", afirmó públicamente, algo en lo que ya había insistido repetidas veces en redes sociales.
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Israel pide el cese de Lazzarini, pero para ello tendrá que presentar pruebas más contundentes. Su relación con Antonio Guterres, secretario general de la ONU, es magnífica y, guste más o menos, la agencia tiene un papel que cumplir en Gaza ahora mismo que no se puede soslayar.
Ordenar el caos en Gaza
A nadie se le escapa que el hecho de que una agencia mediadora pueda tener terroristas en sus filas y que esos terroristas hayan ejercido la violencia contra una de las partes es un escándalo mayúsculo. Ahora bien, en lo que se formula y concreta la acusación, y a pesar de que varios países, encabezados por Estados Unidos, ya han retirado la ayuda económica, en Gaza hay una tragedia humanitaria de la que nadie quiere encargarse y que solo la ONU, sea a través de la UNRWA o de otros organismos, puede resolver.
La desaparición de la policía de Hamás en el norte de la Franja ha hecho del territorio una zona sin ley ni orden. La semana pasada, más de un centenar de civiles murieron tiroteados en Gaza City, presuntamente por el ejército israelí, al intentar saquear unos convoyes de comida. La inseguridad que acompaña a cada incursión en Gaza ha provocado que en febrero los envíos de ayuda hayan bajado drásticamente respecto a otros meses, pese a que la situación es peor que nunca y el riesgo de hambruna se multiplica.
Israel no ha conseguido remplazar una autoridad con otra propia. Tampoco parece haber puesto demasiado esfuerzo. Por su parte, Hamás solo mira por sus intereses y nunca por los de los ciudadanos a los que dice defender. La UNRWA debería ser el mediador en esta situación, pero carece de medios suficientes para imponer ningún orden ni garantizar ningún envío humanitario. Si a eso le unimos el enfrentamiento constante con Israel, su trabajo en la Franja parece una tarea imposible.
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El reflejo de la polarización
Habrá quien piense que Lazzarini está pagando ahora los años de excesiva cordialidad con los terroristas, pero cabe preguntarse cómo se puede trabajar dentro de un régimen dictatorial sin una cierta cordialidad con los dictadores. Otros pensarán que los que lo están pagando, como siempre, son los civiles indefensos, desplazados de sus hogares, que malviven en campos improvisados sin alimentos básicos ni apenas fármacos.
Una vez detenidos los Al-Hawayara de turno, el esfuerzo debería centrarse en encontrar una solución a esta crisis y a la liberación de los rehenes, pero las conversaciones de El Cairo han vuelto a torcerse: Israel ni ha mandado una delegación propia y el posible acuerdo de Estados Unidos, Qatar y Egipto con Hamás, filtrado en la mañana del martes, se truncó por la tarde. Así llevan ambos bandos más de tres meses, desde la tregua de finales de noviembre.
Mientras, los rehenes siguen retenidos contra su voluntad, víctimas de todo tipo de atrocidades, y los civiles palestinos siguen muriendo bajo las bombas y las balas del ejército israelí. Hamás no hace caso a Qatar, Israel ignora a los Estados Unidos, y en Irán se lavan las manos mientras azuzan a los hutíes para que continúen sus ataques en el Mar Rojo.
La ONU podría ser al menos un espacio de negociación y acuerdo, pero, en un contexto internacional tan polarizado, en el que el eje Rusia-China-Irán es incapaz de ponerse de acuerdo en nada con los países occidentales, su papel parece condenado cada vez más a la irrelevancia.