Miles de residentes de Gaza han irrumpido en los almacenes y centros de distribución de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) para conseguir harina y "artículos básicos de supervivencia", ha informado la organización. "Esta es una señal preocupante de que el orden civil está empezando a romperse después de tres semanas de guerra y un estricto asedio a Gaza", dijo en un comunicado Thomas White, jefe de la UNRWA.
Los suministros de ayuda a Gaza se han visto estrangulados desde que Israel comenzó a bombardear el enclave palestino -densamente poblado- en respuesta al ataque mortal de Hamas el pasado 7 de octubre. "Los suministros en el mercado se están agotando, y la ayuda humanitaria que llega a la Franja de Gaza en camiones desde Egipto es insuficiente", dijo la UNRWA, añadiendo que el sistema actual para llevar convoyes humanitarios a Gaza estaba "preparado para fracasar".
La UNRWA ha dicho que su capacidad para ayudar a la gente en Gaza se ha visto completamente mermada por los ataques aéreos que han matado a más de 50 miembros de su personal y han restringido el movimiento de suministros. Incluso antes del conflicto, la organización había dicho que su mandato estaba en peligro debido a la falta de financiación.
"Las necesidades de las comunidades son inmensas, aunque sólo sea para la supervivencia básica, mientras que la ayuda que recibimos es escasa e inconsistente", denuncia la UNRWA (establecida en 1949 tras la primera guerra árabe-israelí y que proporciona servicios públicos y ayuda humanitaria en Gaza, Cisjordania, Jordania, Siria y el Líbano).
El derrumbe de los servicios básicos en Gaza están derivando en graves brotes de enfermedades, tanto por la ausencia de agua potable como por la acumulación de aguas residuales en las calles. A esto se suma la escasez de alimentos y de medicinas para tratarlo.
"Tuvimos que abandonar nuestro hogar cuando bombardearon la casa de al lado de mi tía. Mataron a 26 personas, entre ellas 11 niños", asegura Mohammed Bashir, un contador de 38 años de la ciudad central de Deir al-Balah, a The Guardian. "El agua es nuestra principal preocupación. Ayer no encontré nada y mi hijo menor está enfermo. No podemos lavarla", sentencia. La ONU considera el asedio un crimen de guerra.
La Media Luna Roja Palestina ha denunciado, además, que es imposible evacuar a los enfermos del hospital de Al-Quds en Gaza, al estar la mayoría de ellos en cuidados intensivos. "Tenemos más de 400 pacientes que están dentro del hospital, muchos de ellos en la unidad de cuidados intensivos. Evacuarlos significa matarlos. Por eso rechazamos la orden de evacuación", afirma un representante del grupo. "Pedimos a la comunidad internacional que intervenga inmediatamente para detener la catástrofe humanitaria que se está desarrollando", ha dicho.