Los servicios de inteligencia de Irán han acusado a las dos periodistas que desvelaron el caso de Mahsa Amini de haber sido contratas por la Agencia Nacional de Inteligencia estadounidense (CIA) para provocar las revueltas en el país, que ya duran varias semanas. A su vez, la Guardia Revolucionaria ha avisado a la ciudadanía: "Hoy es el último día de los disturbios".
Las dos mujeres periodistas son Nilufar Hamedi, la primera periodista que informó de la detención y posterior muerte de Amini. También publicó fotos de la joven en el hospital. La segunda es Elahe Mohammadi, quien cubrió el entierro de la joven, lugar en el que comenzaron las movilizaciones.
El Ministerio de Inteligencia de Irán y la Organización de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria iraní han acusado a las dos periodistas de recibir entrenamiento de la CIA para fomentar las protestas, según EFE.
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"La agencia de inteligencia mencionada organizó campamentos en varios países para entrenar a individuos en guerra híbrida", según un comunicado conjunto de los dos organismos mencionados y que publicaron en diferentes medios estatales este viernes por la tarde.
"Las personas que publicaron la primera foto de Mahsa Amini en el hospital, así como la que incitó a la familia de Amini con fotos específicas recibieron formación especial en esos cursos", detalló el comunicado.
Irán vive protestas desde la muerte de Amini el pasado 16 de septiembre tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico. La joven participaba en ese momento en unas movilizaciones en las que se pedía el fin de la República Islámica, que fue la encargada de instaurar esta medida obligatoria.
Situación de las periodistas
La periodista del diario reformista Shargh fue detenida el 21 de septiembre, se encuentra en confinamiento solitario y no ha sido informada de los cargos que provocaron su arresto, según ha contado en Twitter su marido Mohamed Hosein Ajorlou.
Por su parte, Mohammadi cubrió el entierro de Amini en la reegión de Saqez, en el Kurdistán, donde comenzaron las protestas y se quemaron los primeros pañuelos el 17 de septiembre. Esta periodista trabaja para el diario Hammihan y fue arrestada el 22 de septiembre, cuando efectivos de las fuerzas de seguridad entraron en su casa rompiendo la puerta y confiscaron su ordenador y móvil.
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Irán sabe de su situación actual en el mundo y esta oleada de protestas le ha puesto de nuevo en el ojo de huracán del tablero geopolítico. Por ello, el Ministerio de Inteligencia de Irán y la Organización de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria han señalado con rotundidad que las protestas están siendo fomentadas por la CIA con la cooperación de los servicios de inteligencia de Reino Unido, Israel y Arabia Saudí.
Las protestas están siendo fuertemente reprimidas por las fuerzas de seguridad y han causado al menos 108 muertos, según la ONG con sede en Oslo Iran Human Rights. No obstante, otras organizaciones y asociaciones en defensa de los Derechos Humanos elevan la cifra a 250 asesinados. Además se ha arrestado a miles de personas, entre ellas al menos 45 periodistas y fotógrafos, según el Comité para la Protección de Periodistas.
Amenazas constantes
El comandante de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, ha advertido a los manifestantes que este sábado será el último día que saldrían a la calle. "¡No salgan a la calle! Hoy es el último día de los disturbios", ha avisado. Este mensaje parece ser una amenaza más del régimen de Jamenei para aquellos que deciden protestar por una situación sobre la que poco ha cambiado a pesar de las semanas de intensas reivindicaciones desde dentro y fuera de Irán.
El país de Oriente Próximo, uno de los más poderosos de esta zona del mundo, se ha visto envuelto en protestas que no cesan desde hace más de un mes y están poniendo en tela de juicio las doctrinas impuestas por los ayatolás.
El viernes, los vídeos difundidos en las redes sociales mostraban a los manifestantes pidiendo la muerte del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, y de la milicia Basij, que ha desempeñado un papel importante en la represión de los manifestantes.
Las protestas por la muerte de Amini están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de "¡Mujer, vida, libertad!" que lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho.