Zelenski busca "nueva energía" con su mayor reestructuración desde el inicio de la guerra
La dimisión del ministro de Exteriores y otros altos cargos llega a pocas semanas de que el presidente viaje a Washington con su "plan de victoria".
5 septiembre, 2024 02:35En los círculos mediáticos de Ucrania se rumiaba, desde hace meses, que Volodímir Zelenski preparaba una reestructuración ambiciosa de su equipo de Gobierno. Finalmente, ayer, seis ministros y varios altos cargos anunciaron su dimisión. El presidente, con un país asediado por los bombardeos rusos y acuciado por los graves problemas económicos y sociales derivados de la guerra, argumentó que necesitan "una nueva energía". "Estos pasos", continuó, "están vinculados al fortalecimiento de nuestro Estado en varias direcciones".
Dmytro Kuleba, ministro de Exteriores desde marzo de 2020, es el sacrificado más relevante de la mayor remodelación de Gobierno desde que Rusia comenzó la invasión a gran escala de Ucrania, y en los mentideros políticos de Kyiv aparece el nombre del viceministro Andrii Shybha como principal aspirante a la sucesión.
Algunos medios recuerdan los choques de Kuleba con Polonia, uno de los grandes aliados en la guerra, en la busca de explicaciones. El último incidente fue a cuenta de la falta de avances para la exhumación de las víctimas de la masacre de polacos por parte de los nacionalistas ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial en Volinia. El ministro llegó a relativizar el valor del proceso, para ofensa del Gobierno polaco. Sin embargo, el diputado Oleksandr Merezhko afirma en el periódico ucraniano The Kyiv Independent que "es un gran cambio que se esperaba desde hace tiempo", descartando que la cuestión polaca marcara la diferencia.
Algunas voces admiten que los cambios son numerosos, pero cuestionan su trascendencia. "No hay cambios profundos", interpreta Petro Burkovskyii, director ejecutivo de la influyente fundación Ilko Kucheriv, a este periódico. "Los cambios no son estructurales". Este experto, buen conocedor de los salones de poder en Ucrania, argumenta que Kuleba "no era independiente", "hacía lo que le pedían". "Sólo era uno de los canales usados por el presidente para contactar con el exterior", añade, "y ni siquiera el más importante". Los más destacados, dice, son el propio Zelenski y Andriy Yermak, su mano derecha, lo que acrecienta sus dudas sobre el motivo de la decisión. Como sea, "los cambios", sostiene, "no son una noticia para quienes cubren a diario la información política".
Otros analistas resaltan que, en esta ocasión, Zelenski apuesta por una agenda más ambiciosa con un círculo de confianza más cerrado, con concentración de ministerios y más centrado si cabe en la guerra, a pocas semanas de viajar a Estados Unidos para presentar "un plan para la victoria" al actual presidente, Joe Biden, y a los dos aspirantes a la sucesión, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump.
Kuleba es el caído más conocido fuera de Ucrania, pero la lista incluye a la viceministra Olga Stefanishyna, negociadora del proceso de adhesión a la Unión Europea, y a Rostyslav Shurma, jefe de la oficina presidencial. También salieron del Gobierno el ministro de Energía, el de Justicia y el de Medioambiente, entre otros.
Es la reestructuración más profunda de Zelenski hasta la fecha. Pero los ceses y las dimisiones han sido habituales desde febrero de 2022. El año pasado destituyó a Oleskii Reznikov como ministro de Defensa y lo reemplazó por Rustem Umerov. En febrero, retiró a Valery Zaluzhny como jefe de las Fuerzas Armadas y apostó por Oleksandr Sirski. En mayo, las sospechas de corrupción lo llevaron a prescindir de Mikola Solskii como ministro de Agricultura. Hace una semana, el sacrificado fue Oleksii Mes, jefe de la Fuerza Aérea, después del accidente en el que perdieron uno de los cazas de combate F-16 entregados por Países Bajos.
¿Cambios insuficientes?
La apelación de Zelenski a "una nueva energía" llega en un momento crítico para el país, machacado por los ataques rusos, necesitado de más asistencia militar de sus aliados occidentales y del permiso de Estados Unidos, Reino Unido y Francia para atacar con sus misiles de largo alcance objetivos militares dentro de Rusia.
Burkovskyi critica que el presidente no vaya más lejos en la reforma, que no haya más ceses y dimisiones. "No hay novedades sobre las políticas de educación, salud o anticorrupción", argumenta, "y son temas que tenemos que arreglar si queremos ganar la guerra".
Hay cientos de miles de niños que continúan en el país sin posibilidad de continuar con normalidad sus estudios, y "como padre y como soldado", razona Burkovskyi, ahora alistado, "me siento sorprendido de que los salarios de los profesores se hayan recortado". Lo mismo sucede con los médicos y enfermeros de los hospitales. Muchos de ellos han salido del país para trabajar en Polonia, Alemania o Italia, y el deterioro de la asistencia sanitaria está afectando a los ancianos y los enfermos crónicos.
La fuente señala, además, la falta de avances en la lucha contra la corrupción. "No somos el país más corrupto del mundo, como predican Orbán y Trump", sostiene, "pero tenemos muchos problemas todavía". Insiste en que la lucha contra la corrupción es "una causa de supervivencia nacional", una manera de mantener vivo el apoyo de aliados como Alemania o España: no sólo en el frente, también para financiar las escuelas y los hospitales. "El presidente debe decidir si quiere ganar la guerra o si quiere que su gente se haga rica", dice, "pues no se puede conseguir ambas cosas a la vez".