Jersón recupera "su alma" un año después de lograr la expulsión de Rusia: "Ucrania siempre vuelve"
"Para que una ciudad esté viva, necesita gente. La gente es su sangre, su alma", explica Pogomi, que dirige un centro local de voluntarios civiles.
12 noviembre, 2023 02:52El 11 de noviembre se cumplió el primer aniversario de la liberación de Jersón -"La ciudad que no se rindió a la fuerza enemiga e inspiró a todo el mundo con su resistencia", ensalzó Volodímir Zelenski-. Un año después del 'día que cambió el cauce de la guerra', el presidente ucraniano ha querido subrayar que "Todo el sur de Ucrania se convenció el año pasado de que Rusia nunca viene 'para siempre'. Porque Ucrania siempre regresa, ¡siempre!", dijo en un mensaje a la nación.
Jersón -que estuvo ocho meses bajo ocupación rusa- ha sido denominada como "ciudad héroe" o "ciudad esperanza". Fue la primera gran capital en ser tomada por los rusos y también la que les dio su primera estacada. "Gracias a liberación, se solidificó el éxito de Ucrania en la batalla por el mar Negro", aseguró Zelenski.
A pesar de ello, esta zona, limítrofe con la península de Crimea y desembocadura del río Dniéper en el mar Negro, ha sufrido durante todo este año los constantes ataques de Moscú, presenciando la que ha sido una de las mayores masacres desde el inicio de la guerra: la destrucción de la presa de Kajovka. "A lo largo de este año, Rusia ha estado buscando venganza por la libertad de Jersón y otras ciudades liberadas", denunció el presidente.
"Gracias a la operación en Jersón, la orilla derecha del Dnipró quedó libre de ocupantes", ensalzó el presidente ucraniano en su discurso, no obstante, reconoció que "no se debe subestimar la fortaleza del enemigo", ensalzando al mismo tiempo que "Ucrania sabe cómo superarlo".
Marzo de captura, noviembre de libertad
La toma de la ciudad de Jersón se fraguó desde la noche del 24 de febrero de 2022, cuando las tropas rusas intentaron asegurarse el puente Antonovski -un cruce estratégico sobre el río Dniéper y que conecta con la ciudad de Nicolaev-.
Los enfrentamientos se encrudecieron con el paso de los días, consiguiendo las filas ucranianas expulsar a los rusos el día 26 de febrero, en una batalla 'muy feroz'. Sin embargo, el día 1 de marzo, las tropas invasoras volvieron a la carga, consiguiendo hacerse con el control de la ciudad de Jersón el 3 de marzo.
La Administración implantada por Rusia, seleccionó a Igor Kolijayev como nuevo alcalde, el cual estableció de manera inmediata una serie de normas de obligado cumplimiento para todos los ciudadanos de la ciudad. En primer lugar, sólo podían salir a la calle una vez al día; quedó totalmente prohibido reunirse en grupos; los únicos vehículos con permiso de acceso a la ciudad eran los de suministro de alimentos y medicinas, además, éstos sólo podían conducir a velocidades mínimas y estaban sujetos a registros.
El mismo día de la proclamación, el 3 de marzo, comenzaron a reportarse violaciones a mujeres por parte de los soldados rusos. Posteriormente cortaron el suministro eléctrico, quedando la ciudad incomunicada y en penumbra, de agua y de medicamentos.
Después de denunciar una "catástrofe humanitaria", Ucrania lanzó el primer contraataque en el óblast de Jersón el 23 de marzo. La lucha se prolongó hasta noviembre de 2022, momento en el que las tropas ucranianas consiguieron imponerse en número a las rusas, a pesar de conseguir éstas "repeler con éxito todos los ataques".
El 9 de noviembre las tropas de Moscú abandonaron la ciudad y tres días más tarde, el ejército de Kiev consiguió entrar y poner fin a su control (no a los ataques).
El retorno de los exiliados
Un año más tarde pueden regresar a sus hogares. "Es nuestro hogar, que estuvimos tanto tiempo construyendo. Es bueno estar por fin aquí", dice Jutkovska, que volvió a su ciudad este verano.
Las contínuas ofensivas -las cuales no cesan y han matado a 405 residentes- no han condicionado los retornos de aquellos que hace un año tuvieron que abandonar sus hogares.
"Recientemente, los rusos han aumentado sus ataques tanto en cantidad como en calidad. Mientras que antes utilizaban sobre todo artillería y tanques, ahora emplean toda la gama de armas, siendo las bombas aéreas guiadas y los misiles las más temibles", explica. No se sabe dónde van a aterrizar y toda la ciudad es un objetivo. "Disparan a todas partes. Cada semana atacan una escuela o una guardería, una y otra vez", añade Jutkovska.
Además de la falta de alimentos u otros servicios básicos, dice Pogomi -otro ciudadano-, también está preocupada por las numerosas cámaras de tortura que los rusos operan allí, al igual que hicieron en Jersón antes de que fuera retomada por el ejército ucraniano. "Los que son patriotas son torturados o asesinados solo porque aman a Ucrania", subraya.
No obstante, la ciudad "respira", con la reapertura de algunas tiendas y cafeterías. Aunque muchas familias jóvenes con niños se han marchado, aproximadamente un tercio de la población sigue en la ciudad. "Para que una ciudad esté viva, necesita gente. La gente es su sangre, su alma", explica Pogomi, que dirige un centro local de voluntarios civiles.
Según dijo, una tarea importante de los que quedan aquí es apoyar al ejército ucraniano en su empeño por liberar el resto de la región. Las tropas ucranianas han ido extendiendo gradualmente su posición al otro lado del río desde la ciudad. "Nos liberaron de la jaula, así que ahora nuestro trabajo es ayudarles tanto como podamos", subraya Pogomi.