El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha presentado este miércoles su particular plan de paz para poner fin a la guerra durante la reunión de alto nivel del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas, a la que no ha asistido el jefe de la diplomacia rusa, el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, a pesar de encontrarse en Nueva York, donde se celebra esta semana la 78.ª sesión de la organización. En su lugar ha asistido Vasili Nebenzi, representante permanente de Rusia ante la ONU, que ha escuchado presencialmente todo el discurso.
Vestido con su habitual uniforme verde caqui, el rostro serio y en ucraniano, Zelenski ha iniciado su intervención exigiendo reformas en las instituciones internacionales. En concreto ha señalado al Consejo de Seguridad, donde cinco países (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China) tienen representación permanente y derecho a veto. "El mundo sabe por qué la ONU es incapaz de actuar. Por el sillón que ocupa Rusia", ha señalado Zelenski.
Asimismo, ha insistido en que "es imposible detener la guerra porque el agresor veta cualquier actuación". En este sentido, el líder ucraniano ha pedido que se reforme el derecho a veto, se le retire a Rusia ese derecho y que se amplíe la representación permanente a África y Asia.
Posteriormente, Zelenski ha procedido a detallar su fórmula de paz que contiene algunos de los principales puntos que el país lleva meses defendiendo. Entre ellos se encuentran la retirada total de las tropas y mercenarios rusos de todo el territorio ucraniano y el restablecimiento del control de Ucrania en todo el país, incluida la zona económica exclusiva.
El martes, durante su participación en la Asamblea General de la ONU, Zelenski ya avisó a los líderes mundiales de que su postura era inamovible: no se conformará con ningún plan de cese de hostilidades que no incluya la expulsión total de Rusia del territorio ucraniano.
Tensión entre Varsovia y Kiev
Durante esa misma alocución, acusó a Rusia de tratar de ganarse el apoyo de ciertos países con "tratos bajo la mesa" con relación al veto que, en una medida proteccionista, algunos aliados han impuesto sobre los productos ucranianos, especialmente sobre los cereales. Zelenski, aunque no identificó qué países son los que, a su juicio, están jugando a dos bandas, sí advirtió de que "no se puede confiar en el diablo".
"Es preocupante que algunos en Europa estén representando el papel de la solidaridad en un teatro político, convirtiendo la cuestión de los cereales en un thriller. Se diría que están interpretando sus propios papeles. Pero lo que hacen es ayudar a preparar el escenario para un actor de Moscú", arremetió Zelenski.
Estas palabras parecen no haber molestado a Polonia, que este miércoles ha convocado al embajador de Ucrania en el país, Vasil Zvarich, para mostrar su disconformidad con estas acusaciones. Esta misma semana, Ucrania ha denunciado a Polonia, junto a Hungría y Eslovaquia por sus prohibiciones unilaterales de exportar grano ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El presidente polaco, Andrej Duda, también se ha pronunciado al respecto y ha defendido que "cualquiera que haya participado alguna vez en el rescate de una persona que se está ahogando sabe que alguien así es extremadamente peligroso; que puede arrastrarte hasta lo más profundo".
Esta tensión dialéctica se ha extendido también al plano diplomático. Al parecer, Duda y Zelenski tenían agendado un encuentro en los márgenes de la Asamblea General que ha sido cancelado "por falta de tiempo", según la versión oficial.