El papa Francisco se ha operado este miércoles en un hospital de Roma para reparar una hernia abdominal causada probablemente por las cicatrices de otra intervención en 2021. Esta es la segunda operación quirúrgica a la que se somete el pontífice, de 86 años, en menos de dos años. La cirugía ha concluido sin complicaciones tras tres horas en quirófano, según fuentes del Vaticano.
Francisco no dio señales durante su audiencia general del miércoles de que estuviera a punto de ingresar en el hospital. Al contrario, en la plaza de San Pedro se mostró de buen humor, se detuvo a besar a bebés y se entretuvo charlando con recién casados. Poco después, el pontífice abandonó el Vaticano en un sencillo Fiat 500 L blanco para dirigirse al hospital católico Gemelli, situado a poca distancia en coche y que cuenta con una suite en la décima planta reservada a los papas.
La cirugía mantendrá al papa varios días ingresado. Un comunicado de la Santa Sede ha declarado esta tarde que su "hospitalización en la institución médica durará varios días para permitir una recuperación postoperatoria normal y una completa recuperación funcional".
Además, una fuente vaticana ha dicho que todas las audiencias privadas y generales del papa han sido canceladas hasta el 18 de junio. Sin embargo, en su estancia en Gemelli en 2021, Francisco recitó la tradicional oración dominical desde un balcón del hospital.
La operación era necesaria para reparar un laparocele, una hernia que a veces se forma sobre una cicatriz, normalmente como consecuencia de una operación anterior. Es más frecuente en personas mayores y también puede estar causada por la obesidad o la debilidad de los músculos de la pared abdominal.
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El equipo médico del papa decidió en los últimos días que era necesaria una intervención quirúrgica porque la afección estaba causando dolorosas oclusiones intestinales. Se sabe que Francisco teme los efectos negativos de la anestesia general, que también son más comunes en las personas mayores.
El comunicado decía que el Papa sería sometido a una laparotomía, o cirugía abdominal abierta, y que se utilizaría una prótesis para reconstruir la pared abdominal. En julio de 2021 se le extirpó parte del colon en una operación destinada a tratar una dolorosa enfermedad intestinal llamada diverticulitis. A principios de este año declaró que la dolencia había reaparecido y estaba afectando a su peso.
Francisco pasó unos 40 minutos en el mismo hospital romano el martes para lo que el Vaticano dijo que era un "chequeo", sin revelar entonces que era, de hecho, una visita previa a la operación.
El pasado mes de marzo, el papa fue tratado durante cinco días en el mismo hospital por una infección pulmonar, y en mayo faltó a las audiencias durante un día debido a la fiebre.
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El pontífice utiliza a menudo una silla de ruedas o un bastón para caminar debido a un persistente dolor de rodilla. El año pasado no quiso operarse de la rodilla porque la anestesia general de la operación de colon le había provocado efectos secundarios desagradables.
A pesar de sus problemas de salud, Francisco mantiene una apretada agenda. El sábado, el Vaticano anunció que del 31 de agosto al 4 de septiembre visitará Mongolia, uno de los lugares más remotos a los que habrá viajado.
Antes visitará Portugal del 2 al 6 de agosto para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa y visitar el Santuario de Fátima. El Vaticano hizo público el martes el programa oficial del viaje, dando a entender que estaba confirmado.