Cada vez parece más claro que Rusia lo tenía todo preparado. Primero, la voladura de la presa de Nova Kajovka. Luego, el bombardeo constante en la región de Jersón aprovechando el caos generado y el operativo de evacuación. Como consecuencia de estos ataques repetidos una persona ha muerto y otra ha resultado herida.
El bombardeo también incluyó la ciudad de Jersón, según informó el gobernador ucraniano de la región, Oleksandr Prokudin, a través de Telegram. Además, 38 000 personas han tenido que abandonar sus casas y 42 000 se encuentran en peligro después de que el agua haya inundado más de 80 asentamientos.
Oleksandr Prokudin ha dicho este miércoles que 1582 casas se inundaron en la margen derecha del río Dniéper y unas 1457 personas fueron evacuadas durante la noche, mientras que el jefe de ayuda de las Naciones Unidas advirtió sobre "consecuencias graves y de gran alcance".
"De siete personas sabemos con seguridad que están desaparecidas", informó TASS citando al alcalde de Nova Kajovka, Vladímir Leontiev. Más de 900 personas fueron evacuadas el martes de la ciudad controlada por Rusia, que se encuentra en la margen izquierda del río Dniéper.
Bombardeos en Jersón
Angustiados, los habitantes de la ciudad ucraniana de Jersón evacuaron el martes sus hogares bajo fuego de artillería. Algunos residentes lloraban mientras guardaban sus pertenencias en los coches. Un meteorólogo que medía el nivel del río en el lugar de los hechos dijo a Reuters que el nivel del agua era 3,5 metros mayor que el lunes, antes de que se destruyera la presa.
Jersón, a orillas del gran río ucraniano Dniéper, está situada a unos 60 kilómetros río arriba de donde se encontraba la presa de Nova Kajovka, una estructura de los años 50 de 3200 metros de longitud que Kiev acusó a Rusia de volar en un "acto de terrorismo".
El Kremlin, sin embargo, culpó a Ucrania, argumentando que estaba tratando de distraer la atención del lanzamiento de su "fracasada contraofensiva", pero lo cierto es que todas las pruebas apuntan a que fue Putin quien dio la orden de ejecutar una explosión que solo beneficia a sus intereses.
Mykola, un jubilado de 73 años, caminaba por la calle hacia tierra firme, empapado de los hombros para abajo y cargando con las pocas pertenencias que pudo salvar. El agua le llegaba al pecho.
Minutos después de empezar la evacuación, el ruido de la artillería hizo que la gente corriera a refugiarse. Sin embargo, no era fácil encontrar refugio, ya que el agua subía cada vez más por las calles de Jersón.
El martes por la noche, reporteros de Reuters oyeron cuatro ráfagas de artillería cerca de una zona residencial inundada del sur de Jersón de la que se estaban evacuando civiles. El ministro del Interior ucraniano había declarado anteriormente que Rusia estaba bombardeando zonas en las que se estaba evacuando a la población y que dos policías habían resultado heridos.
Oksana, una residente de la ciudad, se enjugaba las lágrimas mientras descargaba bolsas de plástico llenas de sus pertenencias del coche de su yerno. La casa de esta mujer de 53 años se había inundado el martes por la mañana. El contenido de las bolsas era todo lo que pudo salvar.
"Todo está flotando", dice. "Todos los muebles, la comida de la nevera, todas las flores, todo está flotando. No sé qué hacer", contó a Reuters.
Zona rusa
Las autoridades ucranianas han evacuado a personas de 24 asentamientos inundados, pero al menos otros 20 asentamientos anegados están en el territorio ocupado por las fuerzas rusas. Según Ucrania, Rusia está dejando a estas personas a su suerte.
"Vemos que las autoridades de ocupación no están evacuando a la gente", declaró el viceprimer ministro, Oleksandr Kubrakov, quien además pidió a las Naciones Unidas y al Comité Internacional de la Cruz Roja que ayuden a evacuar a las víctimas de las inundaciones en las regiones ocupadas.
Hasta 100 personas en la ciudad de Nova Kajovka, controlada por Rusia, están atrapadas y miles de animales salvajes han muerto en el Parque Nacional de Nizhnedniprovsky, informó el alcalde de la ciudad, Vladímir Leontiev, instalado por Rusia. El Kremlin ha decretado, como ya hiciera ayer Ucrania, el estado de emergencia en la región.
"Murieron miles de animales que estaban allí. La magnitud de la catástrofe es enorme", aseguró Leontiev en declaraciones al Primer Canal ruso. El parque destruido ocupaba 80.000 hectáreas, se encontraba a 35 kilómetros al sureste de Jersón y albergaba más de 70 especies raras, según fuentes oficiales.
A la vez, Leontiev negó que fallecieran los animales del parque zoológico de Nova Kajovka, donde se encontraba la presa destruida este martes, porque todos fueron evacuados en 2022.
Rusia reconoce el beneficio
El gobernador interino de la región de Jersón impuesto por Rusia, Vladímir Saldo, reconoció hoy que la destrucción de la presa de Kajovka en el río Dniéper, línea divisoria de los Ejércitos ruso y ucraniano en el sur de Ucrania, favorece a las tropas del Kremlin, algo en lo que coinciden expertos occidentales.
"Desde el punto de vista militar, la situación operativa y táctica está a favor de las fuerzas rusas", dijo en el programa Soloviev Live, al ser preguntado por cómo afectará el colapso de la central hidrológica y de la inundación de la zona a la defensa de Rusia en la región de Jersón.
Ucrania también ha alertado por las minas, ahora flotantes tras el desastre. "El agua está perturbando las minas colocadas anteriormente, haciéndolas explotar", declaró a la prensa Kubrakov. "Como resultado de las inundaciones, enfermedades infecciosas y productos químicos están entrando en el agua", dijo.
El funcionario informó de que Ucrania ha destinado 120 millones de jrivnias (3,25 millones de dólares) para garantizar el suministro de agua en Mikolaiv, otra ciudad del sur, y que se habían reservado 1.500 millones de jrivnias para reconstruir los sistemas de suministro de agua arruinados por la inundación.
La OTAN ha sido tajante al calificar el ataque como una violación rusa del derecho internacional. En total, las cifras del desastre avalan el veredicto de la Alianza Atlántica: 2700 evacuados entre las zonas controladas por Rusia y Ucrania, 100 000 hectáreas anegadas, cientos de miles de personas sin agua potable, toneladas de aceite de motor esparcidas por el río y miles de animales muertos.
En términos económicos la catástrofe no se queda atrás. Según el Ministerio de Economía ucraniano, construir una nueva central hidroeléctrica tras los daños irreparables sufridos por la que funcionaba hasta ahora costaría más de 930 millones de euros. El Ministerio estima el perjuicio causado por la pérdida de recursos hídricos provocada por la catástrofe en unos 50 millones de euros.
Erdogan propone una investigación
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, habló este miércoles por teléfono con sus homólogos de Rusia, Vladimir Putin, y de Ucrania, Volodímir Zelenski, y propuso que una comisión con representantes de la ONU y de esos países investigue la voladura de la presa de Kajovka, en Ucrania.
Durante sus contactos con los dos mandatarios, Erdogan planteó la necesidad de llevar a cabo una investigación sobre la voladura del embalse en el río Dniéper, de la que Rusia y Ucrania se acusan mutuamente y que ha provocado una inundación que ha obligado a evacuar a miles de personas.
El presidente turco planteó que expertos de Ucrania, Rusia, Turquía y de la ONU participen en esa comisión, en un formato parecido al acuerdo que el verano pasado permitió comenzar a exportar grano ucraniano a través del Mar Negro. Putin, según lo recogido por varias agencias, ha calificado la destrucción como "una catástrofe humanitaria y medioambiental a gran escala".