Los ministros de Agricultura de los países del G7 condenaron este domingo el uso de los alimentos "como medio desestabilizador y herramienta de coerción geopolítica" por parte de Rusia durante su invasión a Ucrania, al que prometieron más apoyo.
"Seguimos condenando en los términos más enérgicos la guerra de agresión ilegal, no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania", reza la declaración conjunta adoptada por el Grupo de los Siete al término hoy de su reunión de dos días en la ciudad japonesa de Miyazaki (sudoeste), a la que se unió el representante europeo.
Los titulares de Agricultura de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) mostraron su "profunda preocupación por el impacto devastador que la guerra está teniendo en la seguridad alimentaria a nivel mundial, sobre todo a través de los aumentos repentinos de los precios de los cereales, el combustible y los fertilizantes, que están afectando de forma desproporcionada a los más vulnerables", señala el texto.
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El grupo mostró su apoyo a las iniciativas emprendidas por la UE, Ucrania y Turquía para abrir vías de exportación de grano desde el territorio en guerra, uno de los mayores productores del mundo, y en concreto mostraron su "firme apoyo" a la extensión e implementación de la iniciativa para el transporte de grano por el mar Negro.
El G7 se comprometió a "apoyar a los más afectados por la militarización de los alimentos por parte de Rusia", mediante medidas que garanticen su acceso a alimentos y fertilizantes.
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También reafirmaron su compromiso para apoyar la reconstrucción y recuperación de Ucrania, compartiendo con el país sus diferentes experiencias y conocimientos agrícolas, así como contribuyendo a la reconstrucción de infraestructuras y al acceso de sus agricultores a financiación y semillas a través de organismos internacionales.
Los problemas experimentados en las cadenas de suministro durante la pandemia, los costes crecientes y un peor acceso a materias clave como los fertilizantes, "han dejado más clara que nunca la importancia de adoptar una perspectiva amplia de los 'sistemas alimentarios'", expone la declaración.
Para lograr una agricultura más sostenible a largo plazo, los titulares del G7 consideran que es importante "diversificar las cadenas de suministro internacionales, regionales y locales" para fortalecer los recursos y producciones agrícolas de cada país y que el impacto de factores externos sea menor para los que tienen una mayor dependencia de las exportaciones alimentarias.
El Grupo de los Siete también destacó su compromiso para el desarrollo de un comercio "justo, abierto, transparente, predecible, no discriminatorio y basado en las leyes", así como una mayor disponibilidad de dietas saludables a precios asequibles.
Con el crecimiento demográfico mundial en mente, los ministros de Agricultura del G7 señaló además la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y revertir la pérdida de biodiversidad teniendo en cuenta la "alta interdependencia de la adaptación y mitigación del cambio climático" y la agricultura.
El grupo abogó por fortalecer su compromiso para cumplir con los tratados internacionales en materia climática y de biodiversidad, y destacó varias medidas que pueden contribuir a su recuperación, como la agricultura orgánica, el manejo de plagas sin dependencia única de pesticidas químicos o sistemas de regado más eficientes.