Los servicios de inteligencia de Rusia elaboraron un listado de personas en Bucha señaladas como amenazas potenciales o útiles para cumplir sus objetivos en Ucrania. Fueron secuestradas, torturadas y ejecutadas. En conversaciones telefónicas interceptadas, los rusos llamaron a esto "zachistka" ("limpieza").
Un minucioso trabajo de profesionales de la agencia Associated Press (AP) y el programa Frontline de la televisión PBS relata y muestra en imágenes lo ocurrido en esta localidad junto a Kiev el 4 de marzo, en los primeros días de la invasión.
Bucha ya está en la memoria de todos quienes han seguido de cerca la guerra. Es el lugar del que proceden algunas de las fotografías más espantosas, donde se han cometido crímenes atroces; la prueba definitiva de que Vladímir Putin estaba dispuesto a todo. En aquellos días, Putin empezaba a perder la confianza en una 'operación relámpago' para tomar la capital, que resistía. Aún hoy resiste.
Tres vehículos blindados rusos a primera hora de la mañana anticiparon lo que venía ese 4 de marzo. Un veterano de guerra ucraniano recorrió la ciudad gritando para que la gente se escondiera o huyera: "¡Que vienen los rusos!" Junto con otros voluntarios, trató de agilizar evacuaciones a través de una vía que conecta con Irpin, otra localidad destruida. Civiles se dirigieron a un sótano en el 144 de la calle Yablunska para refugiarse, sin saber que lo que creían un lugar seguro sería una prisión.
Los dos máximos responsables
Los soldados rusos acabarían conduciendo allí a punta de fusil a inocentes, niños incluidos. Irrumpían en las casas, una por una, robaban también herramientas, comida y bebidas. Dejaron ir finalmente a mujeres y niños, luego a hombres, pero nunca a los voluntarios que habían cooperado de alguna forma contra la invasión. Fueron interrogados, torturados y asesinados.
Una de las incógnitas que despertaron los atroces hallazgos en Bucha una vez pudieron acceder las tropas ucranianas y obervadores internacionales era si la matanza había sido aleatoria o selectiva. Las evidencias se acumulan del lado de la segunda opción, si bien no puede descartarse que algunos asesinatos carecieran de una orden directa de Moscú.
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Explica AP que "fue una barbarie organizada que se replicaba a gran escala en los territorios ocupados por Rusia en toda Ucrania, una estrategia para neutralizar la resistencia y aterrorizar a los locales a fin de su sometimiento", algo similar a lo que el ejército ruso ya llevó a cabo en Chechenia. "Las pruebas -señala la fiscalía- revelan que no sólo fueron incidentes aislados de personal militar que cometió un error, sino una política sistemática dirigida contra el pueblo ucraniano".
Solo en la calle Yablunska fueron hallados 40 cadáveres. Los fiscales señalan como principal responsable de estos crímenes a la 76ª División de Asalto Aéreo y buscan a su comandante, el general Sergei Chubarykin, y a su superior, el coronel Alexander Chaiko.
Rusia llegó a asegurar que todo lo ocurrido en Bucha era un montaje.