Esta vez es definitivo. El primer ministro italiano, Mario Draghi, ha dimitido este jueves y el presidente del Gobierno, Sergio Matarella, ha aceptado su dimisión. Ahora se da inicio a un proceso electoral que culminará, con toda probabilidad, con la convocatoria de elecciones en otoño de este año. Según ha explicado la Jefatura del Estado, "el Gobierno sigue en funciones para gestionar los asuntos actuales" hasta que se forme un nuevo Ejecutivo.
Draghi ha presentado hoy su dimisión, por segunda vez, después de perder la mayoría parlamentaria que le sustentaba, este miércoles. Al inicio de una comparecencia en la Cámara de Diputados, donde fue acogido con aplausos, Draghi pidió que se suspendiera la sesión porque iba a acudir de inmediato a comunicar su renuncia al jefe del Estado, Sergio Mattarella, que esta vez si ha aceptado la renuncia.
"Gracias, incluso los banqueros tienen corazón. Gracias por esto y por lo que hemos hecho juntos", dijo un Draghi emocionado cuando fue recibido con aplausos y con numerosos diputados puestos en pie, tras lo cual se dirigió al Quirinal, donde se reunió con Mattarella. El presidente "ha tomado acto" de la dimisión que le ha reiterado Draghi "tras informarle sobre el debate y la votración de ayer en el Senado", se lee en un comunicado de la Jefatura del Estado.
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La decisión de Draghi llega después de que tres socios de su coalición de gobierno, la conservadora Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi, la ultraderechista Liga de Matteo Salvini y el populista Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Giuseppe Conte, le retirasen su apoyo en una moción de confianza este miércoles en el Senado.
La sesión en la Cámara de Diputados, que se retomará a las 12.00 horas (10.00 GMT), cerrará el proceso parlamentario iniciado ayer en el Senado a instancias de Mattarella, quien el pasado jueves rechazó su renuncia por el abandono de uno de sus socios, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), y le instase a acudir al Parlamento para intentar reconstruir la coalición gubernamental.
El primer ministro fue al Senado para intentar reconstruir la coalición de unidad nacional que le apoyaba, pero terminó perdiendo el apoyo de tres miembros de su Gobierno, el populista M5S, la conservadora Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi y la ultraderechista Liga de Matteo Salvini. Draghi abandonó el Senado tras conocer las intenciones de sus socios y antes del final de la votación, que terminó ganado con 95 votos a favor y 38 en contra, aunque sólo votaron 133 del total de 320 senadores.
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El economista encabeza una coalición de unidad nacional desde febrero de 2021 en la que estaban casi todos los partidos del hemiciclo, excepto los ultras Hermanos de Italia de Giorgia Meloni. La semana pasada la crisis se desató en su coalición después de que el M5S no votara una moción de confianza, desmarcándose del resto de sus socios, lo que empujó a Draghi a presentar su dimisión.
Berlusconi y Salvini ven con buenos ojos la convocatoria de elecciones anticipadas, que podrían celebrarse a principios de octubre y que es la opción que desde hace días exige su socia electoral y líder ultra Meloni, sola en la oposición y primera fuerza del país según la mayoría de las encuestas.
En los últimos días, sindicatos, patronales, numerosas asociaciones de toda índole e incluso la Iglesia católica habían animado a la continuidad de Draghi debido a la crisis económica, energética y social en curso.